Tribuna del Día del Libro

Sobre el libro y su encuadernación

  • El encuadernador del prestigioso taller gaditano relata en el artículo un sinfín de anécdotas e historias en torno a su bello oficio de vestir de gala los libros

Encuadernación del libro 'Mi Eterna Primavera'.

Encuadernación del libro 'Mi Eterna Primavera'.

Parafraseando a don Miguel de Unamuno: “Como decíamos ayer…”, continúo describiendo la encuadernación, que iniciamos el Día del Libro del año pasado en la onomástica de la muerte de Cervantes.

Pero antes quiero manifestar la discreción que el libro desprende, a pesar de lo mucho y bueno que transmite, cuando queremos interrogarle, siendo la ilustración un procedimiento esencial para lograr la mayor eficacia de ese instrumento formidable de cultura que es el libro.

Continuamos con su vestimenta, la elección de la piel depende de varios factores: decoración proyectada, lugar y fecha de impresión, color predominante de la tipografía e ilustraciones si las hubiere, asunto de la obra, pretensiones de poseedor, etc.

Una recomendación a los jóvenes: el buen estudiante ha de leer y ha de jugar. El juego es tan necesario en la vida como la lectura. Pero en nuestros días acaso se olvida demasiado la lectura por el juego y los deportes.

Tuvimos la gran satisfacción hace algún tiempo de recibir en nuestro taller a un grupo de alumnos de erasmus, su profesora era Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier, cuya visita nos solicitó. He de decir ya que dicha visita resultó de lo más interesante por la atención prestada por los alumnos y que luego plasmó y sintetizó en un bello artículo su profesora. Sinceramente, no se puede describir y enumerar mejor y al mayor nivel el proceso de encuadernación en menor espacio.

Sigue Ana Sofía, haciendo gala, sin pretenderlo, a desarrollar anécdotas que surgieron sobre libros que tuvimos el placer de tener en nuestras manos. Varios Poeta en Nueva York con distintas decoraciones y anécdotas. De José Hierro, su obra Nombres Propios, cuyo poema dedicado a F. Schubert, leía, en ese momento, sonó por la radio Rosamunda, de inmediato surgió la inspiración en forma de pentagrama ondulado recordando el mar Cantábrico…. Fue el poema que su autor, eligió para leer ante S.M. la Reina Sofía cuando lo distinguieron con el Premio Cervantes; curiosa coincidencia.

Entre las obras mostradas, una edición políglota del poema El Infinito de Leopardi; entre los alumnos se encuentra una erasmus que lee el poema en checo, en una hermosa lengua incomprensible. Hay momentos en que la vida es tan generosa… Gracias Ana Sofía, por todo.

Otra anécdota es la de los Antifonarios de la Cartuja de Jerez, cuyo prior era el padre Arteche, que en una visita junto al administrador y un lego con nutrida barba, amplios hábitos con capa y por Navidades, mi hijo José María, cogiendo a su abuelo por la mano, le preguntó si eran los Reyes Magos.

El Beato de Gerona del siglo X, a cuya Catedral nos desplazamos, mi hijo Juan Manuel y yo, para despojarlo de la encuadernación reciente que poseía, que le impedía su apertura, y realizarle otra más adecuada; logrando que nos mostrase sus entrañas, a pesar de sus escasos medianiles (márgenes interiores). Esto se logró sin utilizar colas en su realización que perjudicaran las hojas de pergamino, portadoras de maravillosas policromías y excelente letra visigótica. Además del deán de la Catedral, pude escuchar como el Beato nos daba las gracias.

Las Gramáticas Castellana y Latina de Antonio de Nebrija, de 1492, incunables de la Biblioteca Colombina adquiridos por Fernando Colón.

La Biblia Políglota, en seis tomos, de 1516-1520, cuya tipografía corrió a cargo de Arnaldo Guillén de Brocar, alarde de composición y distribución en cuatro lenguas: latín, griego, hebreo y arameo. Hay que ver un cajetín de cuerpo pequeño de letra griega para imaginar las dificultades que entrañarían su composición.

A continuación, paso a describir algunas anécdotas y el proceso de realización sobre un ejemplar cuyo poseedor fue su autor; consistía en una recopilación de los poemas que, durante toda su vida, le dedicó a su esposa. El título era Mi Eterna Primavera. Para tal fin, nos visitaron y depositaron el ejemplar en nuestras manos, manifestándonos sus deseos; el título de la obra era muy sugerente para la elección de la decoración, que sería floreal, plena de mosaicos. Los elementos decorativos, denominados ‘hierros’, fueron diseñados ex profeso para este ejemplar, extensivo para las guardas, camisa y estuche.

Muchos fueron los elogios recibidos, desde los poseedores a las expresiones de los artistas franceses: encuadernadores, diseñadores y doradores que juntos realizan sus maravillosas obras.

El libro fue expuesto en la Biblioteca Nacional en el año 1986, originando una anécdota que paso a describir: almorzando con un colega de profesión, le pregunté qué le parecía la encuadernación que nos ocupa; la respuesta fue un gesto con la cabeza, y deduje que le parecía mecánica, realizada con planchas, por lo que le di las gracias por el piropo, que no los solía prodigar.

Otra expresión epistolar, que mucho agradecí, fue la manifestada por Antolín Palomino, célebre encuadernador madrileño: “Tu Eterna Primavera será una ejecutoria que te enaltecerá siempre. El color y la disposición de los hierros son maravillosos,…. Aunque la encuadernación es de mi amigo Galván, tiene un golpe de encuadernación inglesa digna de ser firmada por Riviere, Zaehndorf o Sangorsky. Tu Eterna Primavera es un verdadero alarde de caligrafía. No la supera ni el mismo Godofredo Tory en su célebre Libro de Horas. De gran dificultad técnica, al ser hierros de perfiles muy finos para ser dorados sobre mosaicos”. Gran conocedor de donde radicaba la dificultad. Nuestro agradecimiento, Antolín, por tu extenso elogio…Dicha exposición se culminó con un ciclo de conferencias impartidas por don Emilio Brugalla y por mi hermano Antonio, siendo muy elogiadas por el numeroso público asistente.

Otro ejemplar muy valioso de caza fue Gaston Phoebus, manuscrito del siglo XIV, con algunas ilustraciones iluminadas a la acuarela. Se ha vestido con una piel de ternera marrón oscuro, que adquirimos en una casa de curtición alemana y la hemos decorado con elementos neomudéjar gofrados, en esa época aún no se aplicaba el oro en las encuadernaciones. Se denomina ‘de cartera’ al tener una solapa continuación de la tapa trasera, que abrocha en la tapa delantera. Toda ella con un estuche de protección. El conjunto presenta un aspecto sobrio, dentro de su riqueza decorativa. Muy ajustado.

Un ejemplar, cuya imagen incluyo, es La Encuadernación en Paris en las Avanzadas del Arte Moderno, realizado en piel cabra de grano marroquén color siena, con decoración moderna con arquillos gofrados y dorados, muy en boga en Francia a mediados del siglo pasado. El desarrollo parte de las iniciales del autor, Emilio Brugalla, consumado artista encuadernador, en bajorrelieve sobre ambas tapas y lomo. Las guardas son de piel velours.

A continuación describiré una encuadernación que realizamos sobre un Canto General de Pablo Neruda, en piel marroquén color azul con un par de ilustraciones de Diego Ribera y Siqueiros en las guardas, cuya decoración plena de mosaicos consistía en una pirámide truncada, evocando la de Machu-Picchu, de donde brotaba la sangre, el sol cortado por dos cóndores, la serpiente, todo ello realizado con líneas doradas y gofradas; las contratapas de piel roja, camisa y estuche. Muy elogiada por Manuel Carrión, director técnico de la Biblioteca Nacional.

Otra encuadernación, cuya original decoración fue proyectada por mi hijo José María, se realizó sobre el ejemplar Los Lobos de Morla, en piel marroquén verde, cuyas figuras sugeridas con arquillos gofrados y mosaicos color siena, representa una cacería de lobos atrapando un ciervo sobre ambas tapas y lomo; ejemplar número 1 donado a S.M. por el Circulo de Bibliofilia Venatoria.

Actualmente hemos recibido de un bibliófilo canadiense, de Toronto, dos ejemplares para ser encuadernados con ciertas pretensiones, esperemos que el trabajo le guste y no sean los últimos encargos. Hay que sembrar para recoger.

Expresiones elogiosas emanan del doctor Guillermo Piera, partiendo del conocimiento, que mucho valoramos y agradecemos. Poseedor de algunos libros ‘galvanizados’; desde Cádiz, donde, además reside, sin duda, el bibliófilo que atesora mayores conocimientos relacionados con la bibliofilia y la encuadernación, tanto nacional como internacional. Me refiero a Diego Martínez Casado que, como él cuenta, fue a partir de su Primera Comunión, cuando nos visitó con su álbum de firmas, cuyas tapas arrancó, para que le hiciéramos una nueva encuadernación, que abonó con lo ganado jugando al crivi… por lo visto ha debido seguir jugando….

Esto se consigue desde el cariño y entrega durante más de treinta años recorriendo mercadillos y librerías, en busca del próximo volumen. Amigo Diego, muchas gracias por contribuir a que el nombre de Cádiz aparezca en el mundo de la cultura sobre el libro, compendio del habla castellana que bordó Cervantes en su obra imperecedera y que hoy celebramos. Y todo ello de la mano del bibliófilo errante.

Antes se decía, “tanto tienes, tanto vales”, ¿ahora se practica el tanto sabes, tanto vales?No hay rosas sin espinas, aunque en la dilatada trayectoria del taller abundan afortunadamente las situaciones agradables en torno al libro y su vestidura.

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