Flamenco

'Y de lo mío ¿qué?' Tomasito se reivindica a sí mismo

  • El artista jerezano publica su quinta grabación y la presenta el próximo viernes día 11 de septiembre en su ciudad natal, con Kiko Veneno como artista invitado

El artista Tomás Moreno Romero Tomasito (Jerez, 1969) acaba de publicar su quinta grabación que titula con una especie de grito de autorreivindicación Y de lo mío ¿qué? (Nuevos Medios). Realmente, el nombre es el de una de las canciones que integran el disco, un tema compuesto por el productor de la grabación, Tino di Geraldo, que lo animó a que pusiera en papel las frases habituales que se cruza cualquier colega con otro. Tomás empezó a apuntar, pero al final fue Tino el que terminó redondeando la letra y poniéndole música. Un surrealista inventario de frases aparentemente inconexas, pero que se hacen redondas en la expresión de Tomasito. "Fíjate, un asturiano y ha clavado nuestra forma de hablar. Es un genio", exclama el artista, quien no para en elogios para con Di Geraldo quien, además de producir el disco, ha metido en él batería, cajón, bajo, guitarras eléctrica, acústica y hasta flamenca.

Los elogios del artista -un término al que se hace necesario recurrir ante la diversidad expresiva de un Tomasito que canta, baila y ejerce de showman en cualquier función- también se extienden a Mario Pacheco, el dueño de la discográfica Nuevos Medios, al que califica de "especie en peligro de extinción" y en el que ha encontrado la confianza que andaba buscando después de cuatro discos, tres con multinacionales, que actualmente se encuentran descatalogados. "Realmente -explica Tomás-, la idea con él era la de hacer un recopilatorio, comprando los derechos de los anteriores, pero fueron saliendo las canciones, muchas tomadas del directo, de las actuaciones, y el disco ha salido solo. Lo del recopilatorio quedará para después".

La opción de Tomasito para este Y de lo mío ¿qué? ha sido decididamente rockera. "Flamenco-rock o rock-flamenco, me da igual" -declara-. Y sí, la grabación, con punzantes guitarras de Di Geraldo, Lalo del Val y de Jorge Gómez, que también se hace cargo de la flamenca en casi la totalidad de los temas, suena con la fuerza del rock y, a la vez, con un indiscutible aire flamenco en la mayoría de los cortes: bulerías, unos fandangos con letra de Germán Copini, unas alegrías, y hasta una taranta que suena abluesada. "Sí, es cierto", apunta el guitarrista Gómez, "pero con un toque moruno", en referencia a que está interpretada en la escala modal. La escucha también aporta referencias al G-5, el grupo ocasional que formaron el propio Tomasito, Kiko Veneno, Muchachito Bombo Inferno y Los Delinqüentes. Fue en noviembre de 2006 cuando todos ellos se reunieron en los estudios La Bodega de Josema García Pelayo para dejar registrada otra obra inclasificable, Tucaratupapi. Tomás reconoce que, efectivamente, el disco puede participar de la frescura de aquella reunión, a la vez que confiesa que lo ha alimentado mucho reunirse "con toda esa basca". En Y de lo mío ¿qué? hay dos temas de Kiko Veneno, uno firmado a medias con Tomasito, Consejos de mi pare, y otro íntegramente del primero, La vida está mu mala, compuesto a raíz de la experiencia con el G-5: Por ejemplo, los versos "Hay que ver la mama, el potaje que mi hizo ayer", se refieren a la comida que les preparó la madre de Tomás. También en el disco participa Muchachito Bombo Inferno en una rumba y, en otros cortes, se escuchan ecos de Los Delinqüentes y hasta de Pata Negra. "Mario Pacheco dice que este disco es El blues de la frontera del siglo XXI", añade Tomás en referencia a la reconocida grabación de los hermanos Amador.

Por primera vez, en esta grabación, Tomasito participa en la composición de media docena de temas, algo que él mismo califica como un paso adelante: "muy fuerte para mí". Lo hace en una pequeña mesita, usa cuatro pistas nada más -"para qué voy a comprarme un pro-tolls, si no sé", exclama- y así, "muy en carne, fresco, fresco", se lo da al productor, quien termina de redondear los temas. Ha puesto de esta manera música a los versos de creadores desconocidos, y se siente muy orgulloso de haberles dado "vidilla". Como a Luis González Luisiño, un chico de su barrio de allí en Madrid, que le pasó unas letras en un papel. O de Karolo, otro asturiano, de Germán Copini, que le había dejado unos versos hace tiempo y que le salieron por fandangos de Huelva. Otros temas proceden de colegas de Jerez como El Tota o David de la Chica, que firma varios. Entre ellos, el brillante Lola y Candela, esa taranta metida por blues. Composiciones que se han ido rodando en los directos y que, según Tomás, "han salido del tirón. Los hemos grabado en tan sólo seis días de estudio", concluye.

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