La Casa Pinillos del Museo de Cádiz cobra de nuevo vida. A la espera de que cuaje el proyecto de dedicar este espacio a una exposición permanente sobre la figura y la obra de Manuel de Falla, las dos salas de su última planta acogen hasta septiembre la exposición SurRealismo, el que es hasta la fecha último proyecto del grupo fotográfico gaditano Tercero Efe. Rafael Sánchez, Paco Rocha, Rafa Pérez y Juan Martín Beardo son los integrantes de este grupo que se fotografía a sí mismo en sus trabajos con el objetivo, al menos esta vez, de transformar la realidad que nos rodea, la más cotidiana –y a veces la más gaditana–, para afrontar un “reto lúdico”, que así lo definen ellos mismos, con el que plantear al espectador un juego infinito de interrogantes que pocas veces puede dejar indiferente. Como explica Martín Hidalgo en el texto que sirve de puerta a la muestra, “los cuatro lunáticos de Tercero Efe han logrado, de nuevo, arrojarnos a los ojos un conjunto deslumbrante de artilugios visuales que unas veces nos invitan a la fantasía traviesa o al lúdico sinsentido, y otras nos escupen una íntima decadencia en el sur mismo de nuestras frentes”.

SurRealismo llega a la Casa Pinillos, hasta el 4 de septiembre, por iniciativa de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía con la colaboración de Acción Cultural del Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Cádiz (UCA). De forma que en la inauguración de la muestra, los miembros del colectivo Tercero Efe estuvieron acompañados por la delegada de Cultura, Mercedes Colombo; la directora general de Acción Cultural de la UCA, Cristina Verástegui, y el director del Museo Provincial de Cádiz, Juan Ignacio Vallejo.

Juan Martín Beardo, que actuó ayer como portavoz del grupo fotográfico, explicó que la muestra que se abre al público en la Casa Pinillos es la “más personal” que el colectivo ha expuesto hasta la fecha: “Es una exposición que refleja el espíritu que hay en nosotros; todo lo que hacemos es un reto, reto lúdico porque disfrutamos haciéndolo”.

La exposición es fruto de un trabajo surgido durante la pandemia, un periodo “fructífero” que en el caso de esta muestra comenzó con la fotografía ‘Venga a nosotros’, en el que una persona arrodillada adora a una divinidad que con forma de móvil desciende sobre un altar.

Aquella foto fue la que les condujo a un nuevo reto, al “reto del surrealismo”, con imágenes tocadas, y trastocadas, digitalmente en la que aparecen los cuatro miembros del grupo, a veces en compañía de amigos o familiares, y en las que la realidad se transforma hasta el punto de mostrar una imagen que muchas veces se antoja imposible: “Se trata de una exposición en la que las imágenes no tienen una explicación concreta. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones”.

Curiosa es cuanto menos la historia de una de las fotografías de la exposición, la titulada ‘Caballacostés’, que Juan Martín definió como “un rito iniciático del gaditanismo” y en la que los cuatro miembros del grupo aparecen en una mesa mientras sobre sus cabezas se sitúan cuatro caballas y del cielo, como si fuera un apetitoso maná, caen enteros los ingredientes de una piriñaca. Pues resulta que la fotografía ha sido llevada a un congreso internacional de teología que se ha celebrado en Madrid por una catedrática de Teología de la Universidad de Granada.

Junto a esta imagen, 30 fotografías más como, por ejemplo, una gran ola a punto de inundar el Campo del Sur, una comparsa chillona cantando en la Caleta bajo la iluminación de un ovni, un par de confesionarios de corte moderno (y surrealistas al máximo), dos españoles vociferando sin entenderse o un hombre sentado en el banco de un parque y dando pan a unas palomitas... de papel.