Cultura

Memoria del Cádiz de las Cortes en la nueva sala de la Casa de la Juventud

  • El artista gaditano Manuel Rey Piulestán inaugura este espacio expositivo con una serie sobre la época de las Cortes

El Cádiz de las Cortes era un Cádiz en ebullición. Un hervidero de gente, culturas y relaciones comerciales. Un Cádiz vivo cuyas calles, rincones y plazas resurgen en la nueva sala de exposiciones de la recién restaurada Casa de la Juventud de Cádiz, de la mano de la muestra Paisajes hacia la Memoria viva del tiempo, del pintor gaditano Manuel Rey Piulestán.

Con esta propuesta el autor inaugura la nueva sala destinada al arte joven. Un nuevo emplazamiento que pretende nutrirse de las colecciones adquiridas por el Ayuntamiento de Cádiz en las distintas ediciones del Certamen Fernando Quiñones, en el que Piulestán resultó ganador en la edición de 2002.

La serie que el artista presentó ayer en un recorrido junto a las concejales de Juventud, Carmen Sánchez y la teniente de alcaldesa, Mercedes Colombo, rescata la memoria visual del Cádiz del XIX. Un trabajo de investigación que ha desarrollado a partir de fotos, grabados y documentos con el fin de acercarse a este Cádiz esplendoroso, bajo el estilo más figurativo que alcanza su variopinta obra.

"Empecé a crear esta serie en 2004, cuando me encargaron la decoración del Hotel Las Cortes". Pero la inmersión en la historia del XIX gaditano le llevó por nuevas historias e insólitos rincones que ha ido recreando hasta el año del Bicentenario. Ocho años de trabajo cuya evolución y depuración de las técnicas empleadas se aprecia en la obra que expone. "Las primeras piezas son más coloridas, pero luego he intentado imprimir el aire desgastado del paso del tiempo". Así, cuanto más actuales son sus composiciones, más envejecidas parecen.

Composiciones que se adentran por todo el frente marítimo de la ciudad, desde el Paseo de Canalejas, en las que el autor ubica las antiguas murallas que lo atravesaban; hasta el Campo del Sur, la vista del Castillo de San Sebastián con su antigua torre, la Capitanía del Puerto -junto a la que se apreciaban las estatuas de San Servando o San Germán- o Puerto Piojo. También figuran algunos enclaves de gran interés patrimonial como son el Gran Teatro Falla en construcción; la Torre de Poniente, también entre andamios de la época, o la iglesia de San Antonio con sus antiguas torres de madera. Otra imagen inusual es la de la estación de ferrocarril con la iglesia de Santo Domingo al fondo; el antiguo mercado de abastos o una vista muy particular, "desde mi casa" de lo que hoy es el edificio de Correos.

Esta muestra incluye asimismo un par de piezas de paisajes rurales y monumentales de Jerez.

En definitiva, un viaje por los rincones más vistosos o desconocidos de Cádiz, por aquellos años en que empezó a gestarse el espíritu liberal y cultural que vio nacer la homenajeada Constitución del Doce.

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