Luis Díez rastrea en su libro la huella de 500 periodistas exiliados en México
El autor presentó 'El exilio periodístico español, de 1939 al final de la esperanza' en la Asociación de la Prensa de Cádiz
Entre los 20.000 españoles que se exiliaron en México tras el fin de la Guerra Civil española, había unos quinientos periodistas que, desde los mismos barcos en los que cruzaron el océano, retomaron sus carreras, unas trayectorias que Luis Díez ha rescatado ahora en libro que ayer se presentó en Cádiz, en la Asociación de la Prensa. El autor, que citó a varios de los gaditanos que se vieron abocados a la huida, fue presentado por Beatriz Revilla, coordinadora de Redacción de Diario de Cádiz.
El exilio periodístico español, de 1939 al final de la esperanza es el título de esta investigación con la que el doctor en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Díez, ha querido salvar "el vacío" en el que han caído, especialmente en España, sus peripecias vitales y logros profesionales, según dijo en una entrevista con la agencia Efe.
Una investigación que emprendió hace cuatro años, con la que hizo su tesis doctoral y que ahora sale a la luz en este libro de la colección DePeriodistas que publican la Asociación de la Prensa de Cádiz, Cajasol/Obra Social y Quórum.
Entre este colectivo de periodistas estaban directores de periódicos de la época como Roberto Castrovido, director de El Liberal; Fabián Vidal, de La Voz; Elfidio Alonso, del ABC de Madrid; Fernando Vázquez Ocaña y Paulino Masip, de La Vanguardia; Emilio Criado Romero, de El Heraldo de Madrid o Vicente Fe Castells, propietario de El mercantil de Palencia.
Y también reporteros de sucesos como Rafael Sanchís y Víctor Alba, quienes, trabajando para diarios mexicanos, descubrieron que el hombre que asesinó a Trosky en Ciudad de México en 1940, el catalán Ramón Mercader, era español y no belga, como él quiso hacer creer tras su detención; fotógrafos como los Hermanos Mayo o publicistas como Eulalio Ferrer, cuya reputación hizo que John F. Kennedy le pidiera organizarle una campaña, que no llegó a producirse porque el presidente estadounidense fue antes asesinado.
También gente que confirmó su vocación en la misma travesía hacia el exilio, como el sevillano Luis Suárez López, un militar republicano que retomó su vocación en el barco que con otros 2.500 españoles, le trasladó desde Francia a México. "Durante las tres semanas de travesía se hizo un periódico a bordo, con las noticias de lo que pasaba en el barco, lo que captaban por la radio o lo que sabían sobre México. Ahí se demostró la función de la información frente a la incertidumbre", explica Luis Díez. En esa travesía, Luis Suárez "se adiestró en la técnica de escribir crónicas" y acabó convirtiéndose en "uno de los grandes cronistas de la vida política mexicana", recuerda.
En México encontraron un país en el que los medios de comunicación tenían "un grado de desarrollo tecnológico" superior al que había entonces en España y una forma de informar "mucho más ágil". Unos medios en los que se integró esta "rama desgajada del periodismo español" que, con distintas suertes, "encontró asiento y sustento" en México. Ellos aportaron impulsaron, por ejemplo, la creación del periodismo económico.
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