Leticia Dolera entona en Málaga un canto a la diferencia con su primer largo como directora

El Festival de Málaga volvió ayer a dar la alternativa a dos directores noveles, eso sí, con dos propuestas de muy distinto tono, Leticia Dolera, con la comedia Requisitos para ser una persona normal, y Francisco Espada con El país del miedo, una de intriga.

Dolera, que ya había compaginado su trabajo de actriz con la dirección de cortometrajes, empezó a escribir el guión de esta cinta, su primer largometraje, inspirada en esa sensación que cualquiera ha tenido de ser diferente a los demás. "En teoría no está de moda ser normal, pero la sociedad envía permanentemente mensajes sobre la supuesta normalidad, qué talla hay que tener, qué tipo de ropa llevar, a qué trabajo se debe aspirar o qué pareja se debe desear", afirmó la barcelonesa.

La protagonista es una treintañera "que no se siente a gusto en su piel y decide convertirse en una persona normal". "Quiero contar que lo mejor a lo que podemos aspirar es a ser nosotros mismos, que no deberíamos tener ninguna lista de requisitos que vienen dados por la sociedad, sino que nos la tenemos que inventar cada día, improvisarla, porque lo que nos hace diferentes nos hace únicos y especiales", dijo Dolera, que se siente parte de "una generación que pensaba que los 30 años eran la cima de la madurez, de la vida organizada, pero luego se llega y se descubre que se lleva la misma vida que a los 20, o que hay que volver a empezar porque se replantea todo".

Por su parte, el extremeño Francisco Espada presentó El país del miedo, basada en la novela homónima del escritor sevillano Isaac Rosa. Se trata de "una intriga social", como lo califica Espada, que parte de una situación de acoso escolar para tocar algo mucho más amplio, "una reflexión más profunda sobre cómo el miedo condiciona las reacciones y comportamientos en la sociedad".