Cineasta, director teatral, guionista, escritor, gestor cultural, aficionado a las músicas del alma (flamenco, jazz, blues...), profesor, activista político, agitador social... Julio Diamante supo dar sentido a cada centímetro de lo largo y ancho de sus 89 años de vida. Una vida –tan extensa como apasionante– que quedará recogida en sus memorias, Del cine y otros amores, que próximamente publicará el sello Cátedra, de la editorial Anaya, en su colección Signo e Imagen.

“Este proyecto se puso en marcha en vida de Julio pero se fue retrasando y, como sabéis, Julio se nos fue en agosto, pero sí, el libro sigue adelante y, seguramente, lo veremos publicado a finales de octubre o principios de noviembre”, explica Sagrario Muñoz, viuda del cineasta, que asegura que “a vosotros –a los gaditanos– os va a encantar porque Cádiz está muy presente”.

Y es que, entre esos otros amores que rezan en el título de la próxima obra, el lugar de nacimiento de Diamante ocupa un lugar privilegiado. “Julio amaba Cádiz y, a pesar de vivir en Madrid, no se olvidaba de su ciudad ni un sólo día y siempre que podía nos escapábamos allí. Él se consideraba muy gaditano y eso se nota en sus memorias mucho. De hecho, la obra se abre y se cierra con Cádiz. Al principio con una soleá que él le dedica a la ciudad y al final con otro cante... Creo que es una seguiriya”, adelanta Muñoz.

Una huella gaditana que se intuye desde la portada ya que la imagen que la ilustra es una fotografía realizada por nuestro compañero Joaquín Hernández Kiki, el fotógrafo que, a juicio de Sagrario Muñoz, “mejor ha retratado a Julio”. “Y mira que le han hecho fotos, aquí en España y en otros países y, sin duda, Kiki es quien mejor sacaba a Julio”, alaba la viuda que, junto a los editores, ha elegido “una fotografía de la cabeza, del busto, de Julio creo que muy alegórica”, aprecia.

Y en eso anda Sagrario estos días. En las fotografías que ilustran la obra. “Están saliendo muchas cosas inéditas. Es que tenemos tanto porque Julio lo guardaba todo... Así que las estamos mirando y escogiendo con lupa, desde fotos de Julio con tres añitos yendo a su primer colegio a unas imágenes preciosas con Félix Grande, con Chano Lobato y Nani de Cádiz del día de la presentación de Blues jondo...Bueno, es que con Chano tiene tres o cuatro que vaya sin son bonitas...”, detalla.

Porque Julio Diamante era cine, pero también flamenco. Julio Diamante era cultura e historia social y política de este país. De hecho, por eso resultarán tan interesantes estas memorias. “Es que Julio hizo muchas cosas, empezó muy joven y le interesaron muchas cosas y estuvo metido en todo. En las memorias ha vuelto al editor loco porque él lo cuenta todo cronológicamente, desde eso que te digo, de su primer colegio con 3 añitos, a La memoria rebelde (2012)”.

La memoria rebelde que, por cierto, se editará junto al libro. “Julio hubiera dado saltos de alegría al saber que su película se iba a editar junto a las memorias. Es un homenaje precioso que le hacen desde la editorial y yo estoy muy feliz por ello, porque sé que a él le hubiera encantado”, agradece su viuda.

Así en Del cine y otros amores, está su cine, está la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena (todo un revulsivo cultural en pleno franquismo), está el flamenco, está el teatro “y sus años de lucha política”. “En las memorias cuenta también cómo llevo toda aquella lucha con Juan Antonio Bardem, el sindicalismo en el Instituto de Cinematografía, las reuniones que tenían a nivel europeo con aquello que se llamó la Fera, toda la movida aquella de cuando estuvo en la cárcel, su relación con el Partido Comunista y con la izquierda... Cuenta cosas que se conocen y cosas que no se conocen”, anima Muñoz que adelanta que en sus memorias Diamante también recoge todo aquel ambiente “de las tertulias, de los amigos, las canciones que él hacía cuando estábamos en reunión, que le gustaba mucho el cante...”, recuerda.

Unas memorias que cuentan con el prólogo del crítico de cine y académico Fernando Lara, a petición del propio Diamante que dejó dicho a quién habría que hacerle tal encargo, y que se presentarán “con mucho bombo” en Madrid, en la Academia de Cine. “A ver, yo pienso que también se deberían de presentar en Cádiz, pero eso es cosa de la editorial, yo ahí no entro, pero creo que es lo lógico”, espera Sagrario Muñoz.

Un legado que se queda la Universidad de Málaga

El legado de Julio Diamante, que finalmente se ha quedado la Universidad de Málaga tras el nulo acuerdo con el Ayuntamiento de Cádiz, ciudad donde el cineasta quería que se exhibiera su obra, está siendo todavía trasladado a su destino final.

“Ya se han llevado todo lo que es la gran biblioteca que tenía que era también de su padre y de su abuelo y ahora en octubre vuelven a venir para llevarse los legajos, todo lo que son documentos de archivo”, explica la viuda del cineasta, Sagrario Muñoz, que lamenta que “durante tres años” sólo recibieran “silencio por parte del Ayuntamiento” en cuanto al ofrecimiento de Diamante de que su legado se quedara en la ciudad. En ese tiempo se mostró interesada tanto la Academia de San Telmo como el Ayuntamiento de Benalmádena pero Julio decidió al final que se lo quedara la Universidad”, explica.