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Cultura

Hernán Cortés recrea al Belmonte joven en su cartel de la Maestranza

  • El lienzo del pintor gaditano resalta la mirada fatalista de un genio que revolucionó la historia del toreo La obra inaugura la celebración del centenario de su alternativa

"Referente absoluto de lo que antaño se entendía como pintor de corte, retratista excepcional para el que han posado todos los que ejercen el poder en España, Hernán Cortés ha firmado un espléndido trabajo que enriquecerá la colección de carteles de la Real Maestranza". Así glosaba Javier Benjumea, Teniente de Hermano Mayor de la institución, los méritos del autor de la obra que anunciará la próxima temporada de la Plaza de Sevilla, "un retrato juvenil del torero, con los rasgos menos marcados y en la época de su alternativa, que tuvo lugar en Madrid en 1913 y no en Sevilla, como pasó con Gallito un año antes. Una creación que inicia la conmemoración del centenario de Juan Belmonte".

Para su artífice, este lienzo "gira en torno a la mirada de Belmonte y, conforme nos apartamos de ella, los elementos que me parecían menos significativos los he ido apuntando, aunque vemos claramente que viste el traje de luces y lleva puesta la montera". Y esa es una de las peculiaridades de este trabajo, porque el Pasmo de Triana era poco aficionado a fotografiarse con la montera y las pocas imágenes que se conservan de esos años son difusas y de mala calidad. "He recorrido las hemerotecas, incluso he ido a la agencia Efe buscando fotos de esa época para levantar esta imagen de un Belmonte joven que tiene ya la personalidad dramática propia del torero", explicaba Hernán Cortés, que agradecía asimismo la colaboración de los maestrantes y de Justo Algaba, cuya sastrería le cedió una montera de dicho período que utilizó en su composición.

El resultado es un Belmonte "con esa mirada profunda y fatalista que se le define de manera más clara a partir de la muerte de Joselito y que anuncia el final trágico que le puso a su vida", continuó Cortés, que originalmente buscaba en su composición el color del albero de la Maestranza. "Sin embargo, las necesidades del retrato me pedían más oscuridad en el fondo para que la cabeza resaltase bien y eso me llevó a un albero mojado que derivó en este color más bien caqui", apreciaba.

Nacido en Cádiz en 1953 en el seno de una prestigiosa saga de médicos, Hernán Cortés abandonó la tradición familiar para estudiar Bellas Artes en la capital andaluza. En esta obra él encuentra ecos "de esa Sevilla donde descubrí la pintura de Zurbarán, un artista que me deslumbró profundamente y tal vez esté en el trasfondo de este cuadro; o de esas callejuelas en torno a la iglesia de San José donde mi padre me decía pleno de admiración 'aquí se sentaba Belmonte".

El autor afirmó haber quedado "atrapado" por el encargo de la Maestranza, que durante casi cuatro meses "me ha quitado hasta el sueño". "Pensaba en Belmonte a todas horas. Al principio valoré retratar al Belmonte mayor, como en la célebre escultura de Vasallo, que fue profesor mío y también nació en Cádiz. O como en el monumento de la plaza del Altozano esculpido por Venancio Blanco. Pero vi que se podía profundizar más en la figura y que, dado que se encargaba el cartel a un especialista en el rostro humano, podía mostrar cómo era Belmonte en el año en que tomó la alternativa. Un Belmonte que no está tanto en nuestra memoria".

Hernán Cortés, que acaba de finalizar un retrato del Rey Juan Carlos, enriquece ahora con este trabajo una de las más importantes colecciones artísticas españolas, que desde 1994 ha dado cabida a destacados creadores como Carmen Laffón, Botero, Gordillo, Sicilia, Barceló, Arroyo, Larry Rivers, Alex Katz, Joaquín Sáenz, Ricardo Cadenas o Guillermo Pérez Villalta.

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