Irreconocibles en la escena, las actrices Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes se transmutan –no hay otro verbo que mejor refleje la reconstrucción de sus cuerpos y maneras– en El Palla, Formosa, Carlos y Montoya, cuatro operarios que trabajan y conviven estrechamente (apenas en los metros que les permite un tráiler) en una plataforma petrolífera en la Patagonia. El lienzo ideal para perforar en ese terreno, a priori, inexplorado para las mujeres que actúan, escriben y dirigen la compañía Piel de Lava y que no es otro que es el de la intimidad masculina, el de la sociabilidad entre varones en un ámbito que, tradicionalmente, se le ha adjudicado a las mujeres, el doméstico, el privado, el espacio que se habita cuando se cierra la puerta. Eso es Petróleo –también sacan petróleo de sus dotes interpretativas, todo sea dicho– que tras cuatro años en cartel en Buenos Aires, este 22 de octubre llega al Gran Teatro Falla, dentro del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, en su estreno en España.

“La primera idea que apareció, el primer desafío, fue representar roles masculinos, algo que nunca habíamos hecho. Después pensamos que debíamos hacerlo dentro de un ámbito laboral, porque nos interesaba investigar en la relación masculinidad-trabajo, y por ahí que buscamos un trabajo donde la masculinidad fuera un valor en sí mismo y eso, junto que teníamos un amigo que había trabajado en el petróleo y nos pudo contar de ese mundo tan particular, pues nos llevó a esta propuesta. De hecho, la escenografía está hecha a escala de esos lugares donde viven los obreros en la Patagonia”, explica Carricajo el germen de la que es la quinta obra teatral de la compañía que tiene una particular manera de trabajar desde sus inicios: “conversar, conversar, conversar, poner todo en común”, ilumina Correa.

“Nosotras trabajamos todo de manera muy circular, donde la otra también te ve. En esta obra, por ejemplo, los personajes, además del trabajo particular de cada una, se configuran a partir de las miradas de las demás. Es una construcción grupal también en el sentido que un personaje equilibra al otro, y eso nos pasó en todas las obras”, continúa sobre un proceso que, para llegar a buen puerto, como es el caso de Piel de Lava, requiere tejer una red de confianza muy sólida entre las creadoras.

“Así es pero como nos conocimos en la etapa de formación, y a todas nos gustaba mucho escribir y dirigir también, pues el vínculo nació y ha fortalecido en estos más de 20 años. Casi que nos reconocemos actuando y nos conocemos actuando, siempre la conexión entre nosotras fue mucho desde la actuación, desde los cuerpos”, suma Paredes.

Cuerpos que en Petróleo son “el puntapié” (dice Elisa) de una obra que tiene como motor del conflicto la llegada de un nuevo operario a las instalaciones petrolíferas, de alguien que viene a alterar las rutinas y la convivencia del grupo de trabajadores. “Y más en ese espacio doméstico donde viven tan pequeñito. Ahí que nos preguntamos qué pasa con éstos viviendo tan pegados uno del otro, cocinando, haciendo vida... Cuánto peligro puede denotar el espacio, tan pequeño, entre un hombre y el otro, con los conflictos siempre a punto de saltar”, reflexiona Gamboa sobre esta obra narrada en clave de comedia pero que no huye del trasfondo social que ofrece la mirada del obrero y la desigualdad entre una comunidad de trabajadores y una industria todopoderosa.

Comedia que, eso sí, en ningún momento “cae en la caricatura” o la mofa en la interpretación de los roles masculinos. “Cuando hicimos esta obra en ningún momento hemos querido reírnos de la masculinidad, sino dragearnos, aunque lo que hacemos sean, si querés, estereotipos más exacerbados de la masculinidad, pero el objetivo fue ese, mostrarlos, sin broma”, precisa Pilar con el asentimiento de sus compañeras que la refrendan mencionando “la investigación” y “el respeto” que hay tras este trabajo de interpretación.

Y así ha sido acogido hasta ahora por el público masculino, del que han recibido “muy buen feedback”, incluso “nos emocionamos mucho con una carta de un trabajador de una compañía de Electricidad, que vive en una situación parecida a la de los protagonistas, donde nos dice que a él también le ocurre que le habla...”, relata Paredes una escena de Petróleo que preferimos no desvelar (no spoiler).

Mejor acudir al Gran Teatro Falla, a partir de las 20.30 horas de este sábado, a observar, como por una mirilla, cómo se intentan sostener, cómo caen o cómo cambian lo que conocemos por roles masculinos cuando se cierra una puerta.