Cultura

El Crucificado que guarda un códice mexicano vuelve restaurado a Bornos

  • El Cristo del Capítulo es el cuarto del mundo que tiene en su interior un documento de época colonial · El Instituto de Patrimonio descubre este hallazgo en el sudario de la talla de caña de maíz y papel

El Crucificado del Capítulo de Bornos ya está en casa. La venerada imagen del Cristo que llegó a España en 1553 y fue adquirida por los monjes jerónimos de esta localidad serrana reluce desde ayer en un insigne lugar del altar de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, después de haber sido objeto de una importante restauración por parte del el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

La valiosa pieza, que está realizada en caña de maíz y papel, alberga en su interior un importante tesoro, un códice mexicano que ha sido descubierto por los propios técnicos del IAPH durante los trabajos de restauración, en los que se ha empleado un año y medio. El gran secreto que guardaba el Cristo en la estructura de la lazada del sudario se corresponde con fragmentos de un libro de tributos de impuestos, en escritura precolonial y con algunos textos en castellano antiguo, que pueden datar de finales del siglo XV ó principios del siglo XVI. Los documentos recogen anotaciones de pagos de cacao o chile con nombres de personas. Las investigaciones sitúan el códice en la zona cercana a la ciudad de México. La pieza se ha limpiado, documentado y se ha devuelto otra vez a la talla. Este descubrimiento sitúa al Crucificado del Capítulo de Bornos como el cuarto Cristo en el mundo con un códice en su interior de época colonial, lo que ha deparado una línea abierta de colaboración con especialistas procedentes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Autónoma de México.

"Qué bonito está. Parece hasta más clarito". Fueron las palabras de una bornicha orgullosa de su patrimonio cultural, que ayer compartió con decenas de vecinos el acto de entrega de la singular escultura al pueblo, que contó con la presencia del obispo de la Diócesis de Asidonia- Jerez, José Mazuelos, de la delegada provincial de Cultura de la Junta, Yolanda Peinado, el alcalde de Bornos, Fernando García, y distintos párrocos, algunos de feligresías cercanas.

Sin duda, el momento más emotivo fue al desprenderse la tela roja que cubría la imagen. Hubo ovación. Y alguna lágrima contenida de los vecinos que volvieron a encontrarse con el Crucificado, al que llevan más de cinco siglos venerando. Su origen se remonta a mediados del siglo XVI cuando la pieza llegó a Jerez, procedente de México, traída por un comerciante para venderla. Se hicieron con ella los jerónimos de Bornos, que la ubicaron en la sala del Capítulo de su monasterio. Tras la desamortización de Mendizábal, la imagen fue trasladada a la parroquia, donde permanece vinculada al pueblo.

El Instituto Andaluz de Patrimonio, con los restauradores Joaquín Gilabert y Rocío Hermosín, han basado su trabajo principalmente en la restitución del valor estético de la imagen.

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