Cultura

Compañía La Moraíta, un teatro alternativo para una obra 'low cost'

  • Un taller de Miquel Crespi en La Ofendida alumbra el grupo, que prepara su primer montaje

"Madera, he visto que tenían madera". Así define el actor Miquel Crespi, uno de los fundadores de la compañía La Cubana, la impresión que le causó el encuentro con el gaditano Javier Sánchez y la sevillana Beatriz Torres después de que ambos se inscribieran en un taller de construcción de personajes que el intérprete catalán impartió la pasada primavera en la escuela de artes La Ofendida de Cádiz. En aquel curso nacieron dos personajes excéntricos y altamente caricaturizados que meses después han crecido dentro y fuera de los dos actores hasta formar parte del primer montaje de la compañía La Moraíta, el nuevo grupo nacido de aquel taller y que en marzo presentará en La Ofendida el espectáculo Salidos del vértice. "Estreno mundial", explica Crespi.

Tan metidos están los dos actores en su primera creación artística que se presentan a la entrevista con este periódico caracterizados como Richard y Amelie, el disperso gibraltareño y la disparatada francesita -él representante de artistas, ella prometedora actriz- que prepararán en el escenario un espectáculo para actuar en un casino. Y llegan también con sus acentos, su español chapurreado y sus expresiones y latiguillos continuos. Hasta Miquel Crespi, que los acompaña, aprovecha para dirigirlos mientras posan para la foto.

La intención de la compañía La Moraíta -que toma el nombre de una furgoneta morada con la que pretenden emular a los itinerantes cómicos de la legua- es ofrecer un teatro alternativo, un espectáculo fundamentalmente divertido que también quiere hacer pensar, una crítica social humorística con una permanente interacción con el público y en un formato que no dudan en calificar de low cost: "Es un espectáculo basado en muchos sketches, que tiene magia, juegos malabares, monólogos, canciones, bailes, y que se puede representar sobre el escenario de un teatro pero que también es adaptable a congresos, cenas, celebraciones... El teatro siempre ha sido históricamente así, con un invento detrás de otro", explican. "Es una obra de I + D", dicen con guasa: "Inversión más deuda", aclaran con más guasa.

Con un texto preparado y trabajado, con unos personajes más que perfilados y encajados en las posibilidades de cada actor, Salidos del vértice es una comedia en la que también cabe la improvisación, los elementos nuevos y las invenciones. Para ellos, el vértice es sinónimo de rutina, de manera que salirse de esa monótona confluencia de líneas es sinónimo de divertimento y, porqué no, de transgresión.

Tras el estreno de marzo (días 22 y 23) en La Ofendida, en el mismo escenario que vio alumbrar al nuevo grupo, La Moraíta tiene intención de no parar, de arrancar el motor de las representaciones y mirar a Sevilla, Barcelona, Escocia o Francia, sin dejar de poner el ojo en Cádiz, en otras salas de la capital, como la Central Lechera, un espacio que alaban y al que consideran a la medida de su montaje. Algunas funciones están ya contempladas en la agenda de la nueva compañía.

Miquel Crespi, hombre de curtida trayectoria teatral, está convencido de que la madera actoral de Javier y Beatriz es de calidad: "Me gusta mucho trabajar con lo que tiene el actor, explotar su potencial". Y en eso anda, tanto en los momentos de ensayo como en las entrevistas.

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