Tras una tupida cortina se encuentra el más allá. Ese más allá misterioso y gaditano que durante décadas han ido forjando historias y leyendas –seguramente más lo segundo que lo primero– de inquietante contenido que anidaron pronto en el imaginario colectivo, que incluso encontraron muchas veces eco en la prensa y que el gaditano José Manuel Serrano Cueto fue reuniendo con acierto editorial en los tres libros ya publicados de su serie Cádiz oculto. Ahora, ese Cádiz misterioso, ese más allá de relatos sin resolver y sin aparente explicación, ha tomado cuerpo detrás de esa tupida cortina que da paso a la sala de la llamada Casa del Terror y Lo Fantástico Cádiz Oculto, una traslación expositiva de aquellas historias que el escritor y cineasta ha ido plasmando en sus exitosos libros.

Cádiz empieza a meter miedo desde la planta baja de esta pequeña sala situada en el portal 7 de la calle Beato Diego. Allí ha abierto esta misma semana esta apuesta personal de un Serrano Cueto ilusionado con una iniciativa que rondaba por su cabeza “desde hacía muchos años” y que ahora ve plasmada en una exposición muy cuidada en sus detalles, y en la que lo primero que destaca es su lograda ambientación.

Recibe al visitante una música de corte terrorífico y misterioso a la que no le faltan los aullidos, las bisagras ávidas de lubricante, las puertas que se cierran, los pasos que se acercan y los susurros y gemidos fantasmales. Todo como marcan los cánones del género que tan bien conoce Serrano Cueto y que se potencia con una sala semioscura en la que los objetos, figuras, cuadros y recortes de prensa se reparten en vitrinas y muebles de época, apoyados por carteles explicativos de cada leyenda escritos, en español e inglés, con letra gótica impresa en un papel a modo de pergamino.

Cuatro son los apartados en que se divide este pequeño museo: alienígenas, bestiario, fantasmas y brujerías, cuatro ramas repletas de historias misteriosas, muchas ellas llegadas hasta la actualidad gracias a la tradición oral gaditana y otras recogidas en prensa y envueltas en ese halo de incredulidad y escepticismo que para algunos se torna en verdad inexplicable.

Por las vitrinas de la sala, y por sus paredes, se reparten estas leyendas surgidas tanto en la capital gaditana como en otras localidades de la provincia, leyendas recogidas en su mayoría en los libros de Cádiz oculto y que aquí se acompañan de figuras alusivas a los misteriosos personajes que las protagonizan.

Así, hay referencias a los alienígenas de la playa de Los Bateles de 1991 que llamara la atención del escritor J. J. Benítez –una testigo de aquello aporta incluso a la exposición una pintura con su visión–; los ovnis supuestamente avistados hace un par de décadas en el Campo del Sur y en La Caleta –en este caso con un recorte de Diario de Cádiz donde la curiosa noticia aparece sobre la información de un triduo cofrade–; la leyenda del pez-hombre de Liérganes; la niña momia –reproducida en una pequeña urna acristalada–; los fantasmas del Callejón del Tinte; la Niña de los Espejos de la Alameda; los fantasmas de los hospitales; el Indiano de la calle Sagasta y la historia de la traíña Joven Alonso de Barbate, además de muñecos vudú, frascos con vísceras y restos de animales para sortilegios varios, la socorrida raíz de mandrágora e infinidad de monstruos que en esta exposición toman la forma de logradas figuras que agitan aún más si cabe la imaginación y que, en algún caso, alimentan la duda de que algo pueda pasar en la oscura sala de esta novedosa Casa del Terror.

¿Miedo? Bueno, eso queda a la voluntad de cada visitante, que el umbral de los temores imaginativos es personal y muy poco objetivable. De momento, por la sala han pasado en su primera semana un buen número de familias, de padres con sus hijos que se han mostrado “encantados” con una iniciativa con la que aseguran “haber disfrutado”.

Serrano Cueto admite que ha empezado su proyecto de manera pausada, en un espacio pequeño y con una selección de sus historias. En la sala aún queda hueco para otros objetos y leyendas, y en el horizonte más cercano, apenas se acerque noviembre, está la idea de ofrecer alguna pieza nueva para conmemorar Halloween como esta Casa del Terror se merece.

En el hall de entrada hay una pequeña tienda con objetos relacionados con ese Cádiz oculto trabajado por Serrano Cueto y espacio también, no se podía esperar otra cosa del cineasta y cinéfilo gaditano, reservado al cine de terror con algunos carteles y fotogramas de películas del género. Un espacio el de la entrada que el promotor quiere completar con otros elementos relacionados con la cinematografía fantástica y de terror.