TERRIFIER 3 | CRÍTICA
Crece el idilio entre Art el payaso y su público
Es curioso comprobar cómo, de toda la producción de Fernando Quiñones, quizá la más difundida, la más comentada y la más añorada sea la colección de textos breves que escribió en las páginas de Diario de Cádiz durante cuatro años, desde el 14 de enero de 1990 a 1994. Probablemente, Quiñones era muy consciente del carácter popular de estas entregas: Las mijitas del freidor eran, como su título sugiere, suculentas menudencias al alcance de todos. Sabrosos restos a duro el cartucho.
Las "mijitas" desencriptaban, en clave quiñonesca, distintos aspectos de la cotidianeidad gaditana. Pasando del anecdotario más típico a la crítica social, el fomento de nuevos valores o la promoción cultural, estas pequeñas cápsulas "suponían un reflejo del sentido y del pensar gaditano pero trasladado a un género periodístico -explica Blanca Flores, responsable de la recopilación que publica Ediciones El Boletín-. De alguna manera, Quiñones supo llegar con ellas a la gente, y quedarse".
Con portada de Paco Rocha, la edición que esta tarde se presenta en la sede de la APC incluye sendos prólogos de Mariela Quiñones y del periodista Emilio López, un texto crítico introductorio de Blanca Flores, analizando " estilo y temática", así como una serie de fotos inéditas de Fernando Quiñones firmadas por Joaquín Hernández Kiki, e imágenes de las rutas Quiñones celebradas en los últimos años, cedidas por Julio González.
Y, sobre todo, el título reúne la primera recopilación completa de las recordadas entregas: "Ana Sofía Pérez-Bustamente y Cecilia Martínez Bienvenido habían publicado algunas en El baúl del pirata, y Benítez Ariza publicó algunas de corte cinematográfico, pero hasta ahora no se había llevado a cabo una recopilación exhaustiva".
"Hoy día -comenta Blanca Flores- existen mucho muchos mijiteros, a través de los blogs o de Twitter, lo que nos hace pensar que Quiñones hubiera disfrutado muchísimo con estas nuevas plataformas y sus "mijitas", en las que retomaba el estilo y las sentencias que vemos en el Juan de Mairena de Machado o los guiños de Gómez de la Serna en sus Greguerías".
"De hecho, actualmente tenemos muchos herederos de este estilo de narrar, o de esa manera de estar alerta ante las cosas -prosigue la también escritora-. Las ocurrencias de Julio Malo, o de Pepe Pettenghi, Fernando Santiago en su blog, o Emilio López, compañero de vivencias caleteras, que ha comenzado a escribir hace poco una especie de dietario (Barquillas) en la línea de esas mijitas..."
Según Blanca Flores, Fernando Quiñones apenas añadió inventiva a Las mijitas si acaso, podía "interpretar la realidad, mezclándola con sus ocurrencias y vivencias culturales, o desarrollar cualquier detalle hasta el esperpento, algo para lo que tenía auténtica habilidad -indica-. Pero la gran mayoría de las cosas que cuenta son auténticas, como comprobamos cada año en las rutas, por ejemplo, cuando la gente vuelve a constatar todas esas vivencias y conversaciones... Fernando trasladaba la actualidad tal cual, con situaciones y hechos concretos, aunque luego pudiera ponerle añadidos de su cosecha. Las "mijitas" están cuajadas de anécdotas, desde la suciedad de las calles hasta casos tan curiosos como el nombre del bar Brim, donde asegura que se toma el mejor café de Cádiz..."
Blanca Flores apunta, además, que la publicación de Las mijitas del freidor este año llega en un momento "muy oportuno", ya que se une a una serie de efemérides relacionadas con el escritor: "El 17 de noviembre hará quince años de su fallecimiento -recuerda-. Y, de hecho, la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones está preparando un programa al respecto. Este año también se cumplían otras cifras redondas como los treinta años de Alcances o los cuarenta y cinco de La canción del pirata".
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