Bienaventurados los locos de atar como Aslándticos que aún confían en que las canciones son capaces de cambiar el mundo. Bendita locura la suya que de contagiosa, no hay más remedio que comulgar con ella y decir amén. La banda formada por Bueno Rodríguez, Jorge Carmona y Alberto Invernón tiene la música por sermón y el buen rollo por actitud impagable en el escenario. El del Concert Music Festival desbordó una energía inconmensurable en cada uno de los temas que los cordobeses, junto a tres músicos más, regalaron al público de Sancti Petri.

La prédica, por boca de Rodríguez (vocalista de la formación) comenzó así la noche del viernes: "Estamos realmente cansados de que nos digan siempre lo que tenemos que hacer pero cuando se trata de disfrutar de la vida hay que dar el cien por cien". Mucho más ofrecieron Aslándticos en vivo otorgando fuerza a la comunión de las almas a través del baile y el desenfreno. Sus melodías invitan a mover los pies pero tiene cabeza y, sobre todo, mucho corazón.

Bienaventurados los Aslándticos que le ponen letra y son al estrés del mundo contemporáneo y le sueltan como un sopapo eso de Hoy ya está bien; que celebran haber llegado al millón de reproducciones -ahora la medida del éxito se vislumbra en formato digital- de su último sencillo, Infinito y lo agradecen cantándoselo a Cádiz, esperando a que "la hagáis vuestra"; que añoran la tierra cuando están lejos de ella y la reinventan en melodías tan especiales como Qué ganas tenía de verte.

La liturgia siguió su ritmo envolvente para abrigar a aquellos "que están pasando un momento achuchao, cuando la vida aprieta mogollón y el espíritu se doblega". Rodríguez hizo piña frente al desamparo declarando que "todo esfuerzo tiene recompensa". La del público, ante tanta entrega, fue Te encuentro, "la canción más especial"-según confesaba el cantante y compositor hace nada a este periódico- de Aquí y ahora, último disco del grupo.

Bienaventurados esos entrañables majaretas de Aslándticos porque su sinceridad es tan cristalina que cuesta mucho no comprársela. Resumían de esta manera su razón de ser: "Siempre intentamos decir cosas cuando nos ponemos delante de un micrófono, para que la gente cumpla sus sueños y todo empiece a cambiar". Decir y cambiar cosas con la música, ¡qué osadía en estos tiempos del consumo exprés y la pseudolírica enlatada!

Los salmos sonoros de Aslándticos se adaptan al ritmo que ellos decidan imprimirles, sin ideas ni estilos preconcebidos. Es su sello. Un toque country en Equilibrista, una pincelada de samba en De momento o funky en Se ven venir bajo el denominador común de la libre energía transformadora del directo.

Bienaventurados estas chavetas andaluzas perdidas por el arte cuando exhiben el don de la generosidad. "Yo soy vosotros y vosotros estáis aquí arriba", aseguraba el vocalista cordobés afincado en Cádiz. Conformarse con esos diminutos placeres que, de vez en cuando, ofrece la vida e invitar a experimentarlos parece ser el objetivo de la letra de Y poco más. "¿Se puede tocar todos los días aquí?", preguntaba entusiasmado Rodríguez. Todos y más, caballero. Sea usted bienvenido y bienaventurado.

Si la música, realmente, sirve para algo es para crear lazos invisibles, los de verdad, no los de quita y pon de las noticias. De esta forma Aslándticos aprovechan su altar para en tres pasos "hacer de Cádiz un sitio mucho mejor mañana". Un baile, un abrazo y un te quiero. Esa es La receta, la fórmula mágica al alcance de cualquiera para virar el sino de los acontecimientos, "que seamos una sola persona" y mil canciones para compartir. ¡Qué maravilloso verbo y qué complicada realidad!

Bienaventurada la cuerda chaladura de Aslándticos al intentar explicar lo inabarcable en palabras, ya que a veces se nos olvida cuán privilegiados somos los de este rincón del mundo. Que trata de Andalucía esa copla ya lo sabemos por los términos utilizados pero ¿para qué contarla si es infinitamente mejor sentirla con música?

Se siente el melodioso ruido de Aslándticos desde cerca si te dicen Anímate, cuando te piden que comulgues con su filosofía exclaman eso de El mundo me da la razón con acordes rock y se terminan alabando sus maneras cuando desaparecen del escenario y vuelven al grito de "Hoy será, será...". Éxtasis colectivo reclamando bises que aún debían de esperar un poquitín más ante dos recuerdos especiales de Bueno Rodríguez. Uno a su mujer a la que tal día como ese vio por primera vez hace cinco años y otro a Concert Tour y su festival, al "que le deseamos lo mejor del mundo".

A modo de sentida oración el concierto llegaba a su final mostrando la cara B del grupo en la emotiva Lágrimas sobre el café e invocando Mi primer día, el inicio de otros muchos bajo la bandera del buen rollo con mensaje. Bienaventurados Aslándticos, esos locos que consiguen creando y soñando llenar de sonrisas cualquier aciaga realidad a través de su particular religión.