Un vecino de Medina es condenado a 16 años de cárcel por abusos sexuales a dos sobrinas nietas

La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un vecino de Medina Sidonia a 16 años de prisión por abusar sexualmente de dos sobrinas nietas cuando éstas tenían apenas 10 y 11 años de edad. El condenado deberá indemnizar además con un total de 31.000 euros a las dos pequeñas, que arrastran desde que se produjeron los hechos diferentes problemas psicológicos y también dificultades para las relaciones sociales.

La sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, conocida a finales de la semana pasada y dictada después del juicio celebrado los pasados días 9 y 10 de julio, condena a E.G.G., que actualmente tiene 62 años de edad, por un delito continuado contra la libertad e indemnidad sexual y agravado en su modalidad de abuso sexual a menor de dieciséis años. También se le suma otra condena por un delito de lesiones leves. Las penas impuestas concuerdan con las solicitadas en el juicio tanto por el Ministerio Fiscal como por la acusación particular, ejercida por los padres de las niñas.

El fallo judicial considera probado que en varias ocasiones, y en fechas diferentes repartidas entre septiembre de 2018 y el verano de 2019, el ahora condenado abusó sexualmente de las dos menores aprovechando su cercanía, pues eran las hijas de un sobrino suyo y solía encontrarse con ellas bien en el domicilio de éstas o bien en un establecimiento de la familia.

De esta manera, el fallo detalla que el mismo día en que la pequeña de las dos hermanas cumplía diez años este tío abuelo se acercó a ella y “agarrándola del culo la acercó a él abrazándola y besándola en la boca con ánimo libidinoso”.

Desde este momento, y en numerosas ocasiones, E.G.G. buscaba las situaciones para encontrarse a solas con la niña para besarla y tocarle los muslos y la barriga “con claro ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”. En otra ocasión, en una habitación en la que ella estaba sola, “se bajó los pantalones y frotó sus genitales contra los glúteos de la menor”. Y algo similar sucedió cuando, estando la niña viendo dibujos animados en la cama de sus padres, el acusado se tumbó a su lado, se quitó los pantalones y los calzoncillos y obligó a la pequeña a tocarse sus propios genitales. Y un día, en pleno tocamiento en un coche, llegó a propinarle un puñetazo en el brazo de la menor al oponerse ésta a sus pretensiones.

El condenado también se sobrepasó al menos en dos ocasiones con la otra hermana, la mayor de las dos, tocándole igualmente los muslos y los glúteos y originando el rechazo brusco de ésta.

El cambio de actitud de las niñas, que a partir de ahí temían encontrarse con su tío abuelo, levantó las sospechas de sus padres, que pusieron la primera denuncia y que obligaron a un Juzgado de Chiclana en febrero de 2021 a imponer al hoy condenado una prohibición de acercarse a las hermanas en un radio inferior a 200 metros.

La sentencia añade que estos hechos juzgados provocaron en la más pequeña de las dos hermanas “angustia y desasoiego, vergüenza y temor, problemas de conciliación del sueño, temor a estar en lugares en los que se hallen hombres mayores, así como recuerdos intrusivos, alteración de las emociones, la conducta, la autoimagen, el ámbito sexual y las relaciones interpersonales”. En cuanto a la hermana mayor, que aún hoy sigue siendo igualmente menor de edad, se refiere que a lo largo de estos años, y desde que sucedieron los hechos ahora juzgados, “ha mostrado desconfianza y restricción ante su círculo social, además de sentimientos de timidez y vergüenza”.

La sentencia aún no es firme porque puede ser recurrida en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJA.