La ocupación media hotelera y de casas rurales en el entorno de la Sierra de Grazalema rondará entre el 70 y el 80% durante este puente de la Constitución y la Inmaculada, según las primeras estimaciones del sector.

La dureza de la crisis económica dejará atrás imágenes del cartel de completo, que para más de un establecimiento serrano ya es pura quimera. No obstante, los hosteleros esperan subir algún punto, atendiendo a las reservas de última hora. La central mayorista Rural-Andalus, dedicada al turismo de interior, fijaba ayer, por la mañana, las reservas alcanzadas hasta la fecha en un 78,02% en el entorno del macizo de Grazalema. Esta firma que gestiona 16 hoteles y 119 casa rurales en la provincia anota un leve repunte de pernoctaciones en la Sierra con respecto a 2011, cuando la ocupación, en el mismo puente, se cerró con un 69,1%. "El vienes no hay clase y eso ayuda, ya que este puente tiene un marcado carácter familiar", dicen en esta agencia.

Por su parte, la cadena de hoteles Tugasa, que gestiona la Diputación de Cádiz, situaba ya el martes, con datos de hasta las cuatro de la tarde, la ocupación media en un 75% para las reservas realizadas en sus establecimientos para hoy, como primer día de puente, y mañana. Esta cadena gestiona seis hoteles en la Sierra. Con los datos facilitados por Tugasa, el Hotel Las Truchas (El Bosque) colgará el cartel de completo mientras el Hotel El Almendral (Setenil de las Bodegas) ocupará entre el 85 y el 90% de sus camas. Los hoteles de esta red ubicados en Villaluenga del Rosario (con La Posada), Olvera (Sierra y Cal) y Zahara de la Sierra (Arco de la Villa) calculan un lleno de casi un 85% y el de la Villa de Algar, una estimación del 70%. No obstante, el sector turístico serrano no es optimista a tenor de que este puente, junto con la Semana Santa, está considerado como el más importante para el segmento de interior por acumular más días. "No son buenas cifras cuando se considera el puente estrella para el sector", apunta Monsaluz Bautista, de Rural- Andalus.

Para más de un empresario del sector "no hay puente" sino reservas de fin de semana. "A la industria le favorecerá pero a nosotros no", alega la gerente del hotel grazalemeño Peñón Grande, María Teresa de la Rosa. Este alojamiento cuenta, hasta el momento, con un nivel de ocupación que ronda entre el 65% y el 70%. "Estamos pendientes de las predicciones porque si hay lluvia puede haber anulaciones de última hora", confiesa. Para De la Rosa es difícil hacer estimaciones de media ya que la tendencia de la demanda está cambiando. "Ahora los clientes reservan para días sueltos", alega. Los de Rural-Andalus comparten esta afirmación. "El número de reservas ha crecido levemente, pero la estancia mínima ha bajado. La gente pernocta menos días. La media está en tres noches", explican. La falta de liquidez en los bolsillos machacados por el altísimo desempleo, unido a la eliminación de la paga extra para los trabajadores públicos, ha desanimado a más de un propietario de casas rurales en la zona, que ha tenido dificultad para poder alquilar sus inmuebles.

Esa es la impresión que tienen en la Oficina de Turismo de El Bosque. "Las casas rurales no se han completado para estos días. La cosa parece que está, a primera vista, un poco más desanimada que el pasado año", explica la técnico de este servicio, Rosa Pinto. Lo cierto es que esta oficina ha registrado en estos días la llamada de propietarios preocupados por el nivel de demanda ya que continuaban con sus casas libres para estos días vacacionales.

Y es que la tendencia ha cambiado por culpa de la crisis. En los años de bonanza, muchos visitantes se aseguraban ya su alojamiento con dos meses de antelación. "A final de verano, ya había reservas para este puente y para las Navidades, aquí, en El Bosque", añade Pinto.

Pero aunque descienda el número de pernoctaciones, el tirón de la Sierra sigue siendo importante. La oferta ligada a un turismo de naturaleza, con los encantos culturales y su rica oferta gastronómica volverán a ser el mejor reclamo para que miles de personas realicen visitas de una jornada a cualquier punto de la Ruta de los Pueblos Blancos. Eso supone para bares, ventas y restaurantes un desahogo que vendrá a paliar los estragos de estos tiempos tan difíciles.