La planta de biometano de Arcos consigue la financiación de Verdalia semanas después de perder el visto bueno del Ayuntamiento
La energética anuncia que ha conseguido la inyección para desarrollar su cartera de proyectos aunque el rechazo vecinal ha provocado que pierda la autorización municipal
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La empresa promotora de la planta de biogás que se había anunciado en Arcos informaba esta semana que ha obtenido financiación corporativa para desarrollar su cartera de proyectos en España e Italia. Estas iniciativas superan la veintena entre construcción de nuevas instalaciones y adquisiciones en una estrategia de crecimiento muy ambiciosa que, sin embargo, no se va a desarrollar por el momento en tierras gaditanas tras el rechazo del Ayuntamiento serrano a autorizarla.
Verdalia Bioenergy es la empresa que nació hace dos años con el respaldo de Goldman Sachs para apostar por el sector del biometano dentro de la transformación energética que experimenta Europa y en la que Andalucía pretende recuperar espacio gracias a sus magníficas condiciones climáticas para las renovables. La descarbonización es el fin y las plantas de energías alternativas están creciendo de modo imparable. O no, porque el proyecto que Verdalia había presentado para Arcos y que la Junta de Andalucía no dudó en incluir en su Unidad Aceleradora de Proyectos para agilizar sus trámites se ha visto frenada en seco tras perder el visto bueno municipal por el empuje vecinal.
La empresa cuenta con financiación corporativa cerrada para invertir 671 millones y prevé desarrollar antes de 2029 una cartera de proyectos que alcance los mil millones de euros. Según ha informado la compañía, esta financiación obtenida es la primera y mayor de este tipo en el sector del biometano europeo y servirá para respaldar el plan de inversión de la energética para alcanzar entre España e Italia una capacidad de producción agregada superior a tres teravatios hora (TWh) al año.
El interés de la empresa fundada por Fernando Bergasa y Cristina Ávila es tanto construir plantas de biometano nuevas como adquirir proyectos para convertirse en referencia del sector. Hasta el momento, en España están construyendo su primera planta y prevé iniciar la construcción de otras dos antes de que finalice este año, según informa la compañía. En julio adquirieron a Enerfree un proyecto ya autorizado en Toledo para producir 90 GWh de biometano anuales, mediante el procesamiento de más de 150.000 toneladas anuales de residuos agrícolas y de origen ganadero.
El rechazo social en Arcos
Esos residuos están en la base del rechazo vecinal que ha encontrado el proyecto de Verdalia en Arcos. El uso de desechos cárnicos entre los restos orgánicos con los que tenía prevista la producción de biometano hizo que numerosos ciudadanos se levantaran ante esta iniciativa por los olores que previsiblemente pudiese generar estas instalaciones.
De hecho nació una plataforma vecinal de rechazo que junto a otras organizaciones como Ama Natura han presionado lo suficiente, con un amplio respaldo ciudadano, para conseguir que el pasado septiembre el Ayuntamiento de Arcos se alineara con esta postura y rechazara el proyecto tal y como estaba planteado.
La planta se iba a levantar en un terreno cercano a dos núcleos de población, tanto la Pedrosa a kilómetro y medio como la Junta de los Ríos a poco más de dos. Los olores, la necesidad de agua y el continuo transporte pesado por unas carreteras comarcales que no están preparadas para tal uso han sido los principales puntos de confrontación a la iniciativa.
Por tanto, el rechazo social ha llevado a que el Ayuntamiento no tramite el proyecto de la planta que necesitaría acreditar el interés social y público al hallarse en suelo rústico. Un interés que la Junta sí ha convalidado al incluirla en la Unidad Aceleradora de Proyectos con el fin de agilizar los trámites necesarios para su puesta en funcionamiento. Aunque como mencionó Inmaculada Olivero a este medio cuestionada por este tema hace unos meses, que se incluya en este programa no significa que tenga que salir adelante, necesita de las autorizaciones municipales, ambientales y cumplir los requisitos necesarios.
El rechazo social esgrimido por el Ayuntamiento de Arcos ha sido el obstáculo que no ha conseguido salvar. Aunque el alcalde no cierra la puerta a la inversión, pide a la empresa que le busque otra ubicación más alejada de núcleos urbanos si quiere contar con su respaldo. Aunque ha sido ahora cuando se ha hecho oficial, esta postura ya se venía defendiendo desde febrero.
El proyecto de Verdalia en Arcos se había presentado bajo una inversión de 21 millones de euros para generar biogás a partir de una gestión eficiente de residuos, así como la producción de biofertilizantes. Anunciaban unos 66 puestos de trabajo entre las fases de construcción y explotación y una capacidad de producción de biogás de 1.690 metros cúbicos por hora gracias a la utilización de 160.000 toneladas anuales de residuos orgánicos no peligrosos, biodegradables y seleccionados entre estiércol, alpechín, purín porcino y residuos de la industria cárnica.
Proyecto con apoyo municipal y oposición ciudadana
La Junta de Andalucía está muy orgullosa de su Unidad Aceleradora de Proyectos con la que buscan facilitar recortar plazos y trámites a iniciativas de interés estratégico que supongan una inversión importante en lo económico y social a la comunidad. En este caso, la planta de Arcos en el sector energético. Sin embargo, como le ha pasado a este proyecto que se ha quedado frenado por la oposición ciudadana, hay otros en la provincia gaditana que han levantado el mismo rechazo o más que esta infraestructura.
En el sector turístico existe un claro ejemplo con el complejo El Següesal, ubicado entre Vejer y Barbate aunque dentro del término municipal de este último municipio. En un principio promovido por la empresa Bogaris, ahora está a cargo del proyecto Següesal Barbate. Aprobado por el Ayuntamiento de esta localidad en 2021, en 2022 recibió un informe ambiental desfavorable y el pasado verano el consistorio barbateño volvió a aprobarlo tras algunas modificaciones.
En este tiempo han sido numerosas las protestas de entidades ecologistas y vecinales que han mostrado su rechazo a la macrourbanización, ubicada dentro del Parque Nacional de la Breña y Marismas del Barbate. El proyecto es muy ambicioso en cuanto a extensión y equipamientos turísticos e inmobiliarios: 312 hectáreas de terreno para un campo de golf de 18 hoyos, tres hoteles de cuatro y cinco estrellas, 636 apartamentos turísticos y 450 viviendas nuevas, según se recoge en su propia página web.
Además del entorno en el que se encuentra el terreno, rodeado de un parque natural, la gestión hídrica es uno de sus mayores problemas, tanto por la gestión de la depuración de aguas en la EDAR de Vejer para la que no tiene capacidad actualmente, como por el propio suministro requerido. Habrá que esperar para ver si como ha pasado en Arcos el rechazo ciudadano frena el proyecto o si sale adelante esta inversión anunciada de 150 millones de euros.
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