Una jerezana en paro asegura que una panadería le ofreció un empleo de nueve horas diarias, sin descansos semanales, ni festivos, ni vacaciones y por un salario de 500 euros al mes, del que además le descontarían el producto que se quedase sin vender. En estos términos lo ha denunciado UGT tras contactar con la mujer ante la Inspección de Trabajo. Y el propietario de la panadería de Jerez en cuestión, nóminas en mano, lo niega tajante, por lo que ha puesto en manos de su abogado el asunto para que emprenda acciones legales contra la desempleada.

El secretario general de UGT de Cádiz, Francisco Andreu, dio traslado de la denuncia tras contactar con Maite Crespo, la desempleada a la que citaron los propietarios de una panadería de Porvera para entrevistarla a finales de diciembre según la versión de esta mujer, que escandalizada por las condiciones laborales que le ofrecían, comentó los hechos por las redes sociales.

La central sindical considera que la oferta laboral, la misma que recibieron otras dos personas citadas para una entrevista el mismo día que la anterior, incumple "cuestiones básicas" del Estatuto de los Trabajadores en aspectos como la jornada, los descansos semanales, las fiestas y vacaciones anuales, así como el salario mínimo interprofesional, informa EFE.

En consecuencia, UGT ha decidido ponerla en conocimiento de la Inspección de Trabajo "con objeto de verificar los hechos denunciados" para que se levante informe y, en su caso, "las actas de infracción que correspondan".

La denuncia se dirige contra 'Polvillo e hijos S.A.', panificadora sevillana cuyo nombre reza en el rótulo exterior de la tienda de Porvera, pero con la que únicamente existe una relación comercial, según confirman tanto la empresa como Miguel Ángel, propietario de la panadería de Porvera y de un obrador de pastelería en el Pago San José.

Miguel Ángel y su esposa Milagros, copropietaria de la panadería, están indignados con lo ocurrido, a lo que no encuentran explicación. Nadie, tampoco el sindicato, ha contrastado la información, asegura este trabajador autónomo que cuenta con tres asalariados, entre la panadería y el obrador, a los que paga algo más de 760 euros mensuales, según reza en la nómina de noviembre de uno de sus empleados que exhibe.

El titular de la panadería no recuerda haber entrevistado a Maite Crespo y niega en rotundo que le ofreciera unas condiciones laborales como las denunciadas y que "claramente infringen todas las leyes", puntualiza.

"Nunca se ha descontado ningún producto a nadie, ni el pan ni las tartas, y ahí están para decirlo los trabajadores, a los que se les permite que se lleven el pan para sus casas sin cobrarles nada por ello", indica Miguel Ángel, quien detalla que los empleados de la panadería están dados de alta desde el primer día -Crespo aseguró que la oferta contemplaba que los 15 primeros días correspondían al periodo de prácticas y no se cobraban- , tienen una jornada laboral de 40 horas de lunes a viernes, un mes de vacaciones como estipula la ley y tampoco trabajan sábados, domingos ni festivos, "porque para eso estamos mi mujer y yo".

Miguel Ángel desconoce los motivos que puede tener Maite Crespo y lamenta el daño que se ha hecho a su empresa, por lo que ya ha puesto en manos de sus abogados el asunto para que emprendan acciones legales contra la mujer que dio a conocer los detalles de esta supuesta oferta de empleo en precario que le hizo la panadería.

En Jerez hay casi una veintena de establecimientos que comercializan el pan de la empresa sevillana, pero ninguno de ellos forma parte de la red de tiendas propia de Polvillo ni de sus franquiciados. Según un portavoz de la empresa, las tiendas propias se identifican con el nombre de la empresa, 'Polvillo' sin más añadidos, mientras que en el rótulo de los establecimientos independientes que distribuyen su producto, como el de Porvera, se lee 'Pan de Polvillo'. "Venden el producto que le suministramos y aprovechan la imagen de Polvillo, pero no hay contrato entre las partes", indicó el portavoz.

El secretario comarcal de UGT, Pedro Alemán, recela de las explicaciones de la empresa y del sector de la panadería en general, al que quiere hacer extensiva las inspecciones de Trabajo, que a su juicio, "es normal que no den a conocer los trabajadores, que tienen miedo a denunciar por muy míseras que sean las condiciones laborales de sus contratos".