María del Tango, una artista 'Entre dos mundos': Vejer y Granada

Cádiz/Le ha llegado su tiempo y no puede contarlo con más ilusión y verdad. “Era el momento de emprender mi proyecto, en el que María cuente su historia personal. Necesito hablar de mi infancia, de cómo veo el amor, a mi familia y va a ser a través de mi persona, María del Tango”, confiesa María Esperanza García Martínez, artista nacida en Caniles (Granada) aunque afincada en Vejer de la Frontera.

Previsto para el próximo octubre, el primer disco en solitario de la cantante y compositora se titula, precisamente, Entre dos mundos, espacio “donde me siento ubicada, siempre entre dos dualidades”, afirma al respecto María del Tango. El álbum muestra un rico universo melódico que la artista califica como “una búsqueda total de mi sonido porque son muchos sonidos los que ocupan mi imaginario”. Esta ecléctica puesta de largo llega tras curtirse en álbumes como La Tierra de los Niños (2007), del proyecto Aitor y María; En el mismo reloj (2020), con El Calimbero o Juerga Flamenca II (2023), con el guitarrista Jerónimo Maya.

Este disco es una búsqueda total de mi sonido porque son muchos los que ocupan mi imaginario”

Como muestra, por ahora, del repertorio del disco llegan tres temas como tres perlas engarzadas en un rosario de brillante futuro musical. El primero, Los caminos del corazón, es “una bulería tradicional que escribí en sueños. ¡Ojalá me pasara todos los días, levantarme de una siesta con una letra porque fue increíble!”, asegura. Se trata de “una producción más electrónica, urbana y agresiva”, para la que “hemos contado con Chanela Clicka (Alejandro Jimbo Páez y Eduardo Figueroa), productores de Omar Montes y que han hecho magia con esa bulería”, cuenta sobre una canción de la que es autora.

De su firma es también Mi estrella, “un tema comercial, unos tangos que han quedado como un pop-flamenco increíble, hechos con Tato Latorre –que ha trabajado con Antonio Orozco, David Otero, Maldita Nerea o Funambulista–, un pedazo de productor de pop”. Es una letra que le habla “a una de las amigas de la infancia, con la que jugaba a ser estrella de la música y que se me fue superjoven, con 27 años, por un cáncer de mama. En la dualidad de pasarlo tan mal por no entender esa pérdida, compuse una canción para ella y por ella, ha quedao preciosa”, comparte.

Y La Molinera –aún por estrenar– “una copla que escribió mi tía hace 40 años, tradición con electrónica que vamos a hacer con Mumbai Moon –que ha producido a Amaral o Natos y Waor–”.

Estos adelantos demuestran que el camino del corazón que late en Entre dos mundos estaba más que trazado en el destino de María del Tango, quien asegura que “desde que empecé no me he dedicado a otra cosa, estoy todo el día para la música. Es un trabajo increíble y estoy empezando a recoger los frutos de esa constancia, esa disciplina". Señala, además, que “siento fuertemente que tengo la misión de cantar y a los demás hacerles la vida más bonita a través de mi cante, que es por el que yo curo mis penas y mis fatigas. Y mis alegrías incluso también las canto”.

Con toda la humildad del mundo, soy una fusión de Morente y Camarón, me parto en dos por ellos”

A María del Tango, en efecto, le “ha venido todo cuando tenía que venir. Iba a emprender mi proyecto en solitario y meterme en un estudio en octubre a grabar sí o sí –relata–, y justo me llama Posidonia (promotora y management) para ello. Me ha venido del cielo porque se está dando todo rodado. Y por supuesto tengo vértigo –añade–, porque se vienen grandes cosas y mi interior me lo dice, pero tengo que hacerlo. No siento presión ninguna porque cuando la noto, me bloqueo, no me sale ni la voz”, dice.

Sobre el posible impacto de su música y la popularidad, admite María del Tango que “me reflejo mucho en artistas como Sílvia Pérez Cruz, Rita Payés o el mismo Morente. Yo creo que lo voy a llevar perfectamente, no va a ser algo difícil. También me ayudo mucho con Dios, hablo mucho con él en mi meditación, tengo ese amparo. Y mi familia en el pueblo. Siento que todo va a estar bien”. También asegura que “quiero ver a María en escenarios más grandes y cómo lleva el hablarle y cantarle a un público gigante. Tengo que dar ese paso y quiero agradecerle a la gente, que es la que hace que realmente siga dedicándome a la música. Les debo un paso más, hablarles desde mis entrañas, con mi sonido nuevo”. El primer directo de esta etapa será el 5 de julio en el festival Juerga, Mambo y Jaleo, en Jódar (Jaén).

Dos mundos de arte total

El talento de María del Tango bebe de las dos tierras que le otorgan el quejío preciso para experimentar con su creatividad en el flamenco. Admite al respecto que “tengo el corazón partío todo el rato, Graná y Cai –ríe–. Llevo ya en Cádiz como ocho años y hay algunos palos que los he aprendido aquí. Soy una fusión de Morente y Camarón, con toda la humildad del mundo. Me parto en dos por ellos y estas dos tierras increíbles”. Tampoco olvida a las flamencas de tronío. “La Niña Pastori es una maestra, he bebido muchísimo de ella y de las antiguas, La Niña de los Peines, La Paquera, La Perla... ¡Cómo no voy a estar obsesioná con el flamenco!”, declara.

Me siento afortunada de amar Andalucía por encima de mí misma”

Granada le dio a María del Tango las tablas del arte al raso. “Soy autodidacta. Cuando estaba haciendo calle sentía que era lo mejor que podía hacer para aprender a cantar flamenco y perder el miedo escénico. Cuando en Graná se empezó a poner la cosa fea con los músicos de calle, porque había demasiados, nos fuimos a Cádiz, donde me abrieron las puertas como si me quisieran de toda la vida. Cádiz me ha dado mi casa, mi tribu, mis amigos”, recuerda.

Encuentra de este modo la artista la inspiración “justo donde vivo, en las marismas entre Vejer y Barbate. Me recargo mucho de esa naturaleza y tengo obsesión con los pájaros; veo un buitre o un flamenco y lloro –ríe–”. Cai y Graná, dos fuentes de sabiduría en nuestra privilegiada tierra. “Me siento afortunadísima de ser andaluza y de amar Andalucía por encima de mí misma. Ahí respiro poesía a diario”.