"La macrourbanización de Trebujena será un paraje inhóspito para vivir, lleno de mosquitos"
Medio ambiente
El ambientólogo Juan Martín explica que vender viviendas frente a Doñana sería un engaño para los posibles compradores
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir no abastecerá al proyecto en Trebujena
El ambientólogo Juan Martín, experto en recuperación de marismas salineras, dice estar "perplejo" por "el momento y las formas" con las que se ha dado luz verde "parcial" a un macroproyecto turístico en las marismas del Guadalquivir, frente a Doñana, que será "un engaño incluso" para los compradores de las 300 viviendas proyectadas en un paraje natural "inhóspito para vivir, lleno de mosquitos". Martín, presidente de Salarte, una ONG que se dedica a la custodia y recuperación de la marisma salinera, está "muy preocupado" porque "la irresponsabilidad política de todos" está haciendo que la empresa promotora, que inició los trámites hace 20 años, esté consiguiendo autorizaciones parciales y sectoriales.
Un nuevo Algarrobico
"Como no tiene prisa, al final nos encontraremos con un nuevo Algarrobico (por el fallido hotel en Almería), que aunque parezca inconcebible obtuvo todas las autorizaciones. Pero en este caso en plenas marismas del Guadalquivir", explica. En las marismas de Trebujena está pasando "exactamente lo mismo que sucedió en El Algarrobico". "Van consiguiendo uno a uno todos los papeles" por la falta de celo de las distintas administraciones públicas que están dando continuidad al proyecto.
Una zona casi inhabitable para los humanos
"Me da mucha pena que se engañe a la sociedad", dice mientras cita dos ejemplos, a escasos kilómetros del lugar que ha recibido de la Junta de Andalucía una Declaración Ambiental Estratégica (DAE) favorable para construir un macroproyecto turístico en las marismas del Guadalquivir de Trebujena, de dos urbanizaciones con campos de golf que ahora son "fantasmas", abandonadas desde hace décadas.
La empresa, cuenta, tiene "desde hace años" autorización para hacer un hotel y un campo de golf. "No lo hacen porque es un proceso especulativo: quieren construir 300 viviendas que, al día siguiente, van a ser un fracaso. La marisma es uno de los ecosistemas biológicamente más productivos del planeta, pero es un lugar extremo para el ser humano: en invierno, es muy húmeda; en primavera, se llena de mosquitos; en verano, llegan los lanceros y las moscas pardillas, la marisma se seca y sufre una gran insolación; vender viviendas allí es un engaño incluso para los posibles compradores".
Un paraíso para especies en peligro crítico
Esta macrourbanización se localiza íntegramente en una zona catalogada por SEO/BirdLife como Área Importante para las Aves (Important Bird Area – IBA 259) "Marismas del Guadalquivir", que atesora varios Hábitats de Interés Comunitario, donde nidifican, crían, se alimentan y descansan numerosas especies en Peligro Crítico de Extinción como la cerceta pardilla y la anguilla europea, la endémica águila imperial ibérica, el milano real, la ganga ibérica o la garza imperial. "El investigador y miembro de la Sociedad Gaditana de Historia Natural Antonio López identificó, en 2021, en las mismas marismas que se quieren sepultar, la especie que ostenta el récord mundial de permanencia sobre la faz de la tierra, Triops cancriformis; este crustáceo branquiópodo lleva 220 millones de años sin sufrir apenas variaciones en su forma, desde el Triásico, estando considerada "'la especie animal viva más antigua del planeta'", explica.
Un muro de cinco metros en las marismas para evitar inundaciones
"Esta macrourbanización constituye una flagrante vulneración de la legislación europea, nacional y autonómica", afirma Juan Martín, que firmó algunas de las alegaciones presentadas al proyecto previsto en una zona inundable y que, para evitar inundaciones, prevé instalar "en las marismas del Guadalquivir un muro de contención de cinco metros de altura, un atentado ecológico en pleno siglo XXI". Juan Martín no entiende como se da luz verde a este proyecto cuando "la Junta ha trabajado durante muchos años codo a codo con el Ayuntamiento de Trebujena en la restauración de las marismas.
Cree que uno de los "engaños" es decir que este tipo de proyectos turísticos van a generar empleo: está demostrado que las segundas residencias generan un empleo ridículo, de muy poca cualificación y baja remuneración" y "en un municipio que tiene una renta per cápita importante y cifras de desempleo testimoniales".
Y escenario de nuevos modelos de desarrollo sostenibles
No entiende que en esas circunstancias se estime la posibilidad de construir en "la última marisma intacta de todo el bajo Guadalquivir". Y contrapone ese modelo, a su juicio condenado al fracaso, con el proyecto que Salarte ha emprendido con el Grupo de Desarrollo Pesquero de la Costa Noroeste y WWF invirtiendo 110.000 euros en la reinundación de dos esteros de 15 hectáreas al lado del lugar previsto para la macrourbanización.
"La Reserva Ecológica Esteros de Manego y la Reserva Ecológica Esteros del Guadalquivir son un negocio boyante", explica mientras cuenta como se han instalado zonas de producción de camarones, macroalgas y pescado de esteros, con una producción que "da de comer a 50 familias", empresas de turismo de naturaleza y ornitológico "hay turistas extranjeros que vienen a ver aquí aves que no encontrarían jamás en otros puntos de España ni de Europa" o a vivir la experiencia del despesque. "Estamos defendiendo que la reinundación de la marisma genera biodiversidad y una economía azul", en un modelo diametralmente opuesto al de la polémica macrourbanización, "que sólo beneficiará a una empresa belga y aniquilará el enorme capital natural que hoy atesoran las marismas de Trebujena".
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