El temporal no abandona la provincia Contabilizadas más de 250 incidencias por inundaciones

Las lluvias aíslan a Chiclana

  • Los intensos aguaceros de ayer obligaron a cortar al tráfico los accesos a la localidad chiclanera desde San Fernando, Medina y La Barrosa · El Iro llegó a desbordarse junto al puente del Séptimo Centenario

Desde las 07:43 de la mañana y hasta las 18:00 horas de la tarde de ayer, los bomberos del Consorcio Provincial realizaron 150 intervenciones en la provincia con motivo del temporal. De ellas, 54 se produjeron en Chiclana, casi la totalidad por rescates de personas en viviendas y en vehículos. Junto a Chiclana, las localidades con más intervenciones de los bomberos fueron San Fernando (18), Conil (13) y Algeciras (12).

Según los bomberos, fue a partir de las ocho de la mañana cuando el número de solicitudes de intervenciones aumentó. De hecho, los efectivos del Consorcio Provincial en la Bahía tuvieron que reforzarse con personal fuera de servicio y con el apoyo de los parques de Cádiz. Además, efectivos y vehículos tuvieron que reforzar los servicios de Chiclana y de Conil en la zona de Roche.

Por otra parte, el Servicio de Emergencias del 112 registró en las últimas horas más de 250 incidencias por anegaciones en garajes, sótanos, viviendas y carreteras en la provincia. El río Guadalete aguantó bien el temporal y las zonas rurales de Jerez no sufrieron de nuevo las acometidas del agua.

Chiclana volvió a sufrir las fuertes precipitaciones caídas ayer dejando hasta 90 litros por metros cuadrado entre las ocho y una de la tarde y unos 130 litros por metro cuadrado en la zona de la playa desde las doce de la noche hasta las dos de la tarde. Este aguacero provocó el corte de carreteras de acceso a esta ciudad durante varias horas, así como inundaciones en calles, comercios, barriadas y rescate de hasta 25 personas atrapadas en sus viviendas y en vehículos. La localidad quedó casi aislada durante buena parte de la mañana, ya que se cerró la carretera de la entrada principal a Chiclana por la Avenida del Mueble (frente al supermercado Eroski), así como un tramo de la A-48 que circunvala esta ciudad. Los mismo cortes se llevaron a cabo en la conexión de Chiclana con Conil por la antigua N-340 y la A-390 que enlaza con Medina. La situación más complicada para el tráfico dentro del término fue el enlace entre el casco urbano y la zona de la costa. Así, la nueva carretera (Molino Viejo) se cortó a la altura del Coto La Campa, mientras que la antigua (La Barrosa) también se cerró al tráfico hasta bien entrada la tarde, debido a las inundaciones en la zona de Los Gallos y al desbordamiento del arroyo Carrajolilla. El arroyo de Ahogarratones, en el Pago Melilla, también se desbordó obligando a varias familias a abandonar sus casas, además de dejar incomunicado el centro con la zona del Novo. El Marquesado es otra de las zonas en las que los bomberos actuaron en varias evacuaciones en viviendas. En Cerromolino otras dos familias con 4 niños tuvo que ser evacuada, alcanzando el agua más de un metro en algunas de las zonas anegadas, según el Consorcio Provincial de Bomberos. Desde las 7:45 hasta las 18:40 horas los bomberos ya habían realizado alrededor de 56 intervenciones en todo el municipio.Cabe resaltar el rescate de siete personas en viviendas situadas en Camino del Teide, Italia, Dehesa del Boyal, Camino de Puerto Serrano, calles Canarias y Moscatel. Del mismo modo hubo que ayudar a salir a conductores de sus vehículos en el Pago del Humo al quedarse en mitad de un gran charco. El temporal fue especialmente virulento en zonas como Los Gallos, sobre todo en la calle Albatros frente al nuevo ambulatorio, o San Andrés Golf, El Fontanal, Hozanejos, la Rana Verde, Camino de la Soledad, así como otros puntos del extrarradio.

La crecida del río Iro mantuvo en vilo a la localidad durante horas ya que estuvo a punto de desbordarse a su paso por el casco urbano entre la una y las cuatro de la tarde ante la ingente cantidad de agua que bajaba con inusitada fuerza procedente de Medina. Tan solo faltó 80 centímetros para que el río sobrepasara el muro de contención en algunos de sus tramos, sobre todo a la altura del Pico de Oro. No obstante, el agua del río llegó a salirse de su cauce a la altura del puente Séptimo Centenario, conocido popularmente como el Puente Azul, donde operarios del Ayuntamiento descargaron varios camiones de tierra y grava para frenar las inundaciones. Sobre las seis de la tarde, el nivel fue bajando conforme disminuía la intensidad de la lluvia. El alcalde y miembros de la Corporación municipal se desplazaron hasta este lugar, donde se temía que el río pudiera superar los paredones o incluso causar una rotura en los muros.

En San Fernando, otra de las localidades más afectadas, las intensas precipitaciones registradas entre las once de la mañana y las doce del mediodía dejaron más de 50 litros por metro cuadrado, según datos del Ayuntamiento. En poco más de media hora, prácticamente La Isla entera -y especialmente los barrios situados en las zonas más bajas- se vieron completamente anegados: Buen Pastor y Almadraba, Diputación y las inmediaciones del puente del Gran Poder y la Aguada de San Juan, la avenida de Pery Junquera y la calle San Marcos, Benemérita Guardia Civil y el nudo de la Venta de Vargas, donde el agua llegó a alcanzar un metro en su momento más crítico.

Llovía sobre mojado puesto que, a primera hora de la mañana, a las siete, había arreciado una primera tromba de similares proporciones, aunque de menor duración. Cuando dos horas después regresaron las fuertes precipitaciones, todavía no había dado tiempo a que estas zonas se recuperaran. Las intensas lluvias coincidieron además con la pleamar, lo que contribuyó a que la situación se tornara más difícil.

La media de las precipitaciones registradas desde la medianoche de ayer en San Fernando superó los 54 litros por metro cuadrado. La fuerza con la que arreció la lluvia en torno a las once y media de la mañana hizo que prácticamente resultara imposible desaguar a la velocidad a la que caía el agua: alcantarillas y redes de pluviales no dieron abasto para dar salida al volumen de agua que caía en tan corto periodo de tiempo, lo que convirtió prácticamente todas las calles en una inmensa laguna, que cubría de un extremo de la acera al otro. Desde las partes más altas de la ciudad, el agua corría con fuerza hacía abajo como si se tratara de un río. En la calle Real, donde las redes de pluviales aún no se encuentran en funcionamiento a causa de las obras del tranvía, el agua se concentró en la plataforma central que, como si fuera un embudo, condujo el agua hasta desembocar en el entorno de la Venta de Vargas. Allí se vieron afectados algunos vehículos estacionados en las proximidades. Un turismo quedó atr apado en la zona y tuvo que ser remolcado. No fue el único: otros dos conductores tuvieron que ser auxiliados al quedar atrapados en el túnel de la barriada Carlos III.

En Buen Pastor y en La Almabraba, una de las zonas más castigadas por las inundaciones, las consecuencias de las precipitaciones fueron considerables si bien la barriada consiguió aguantar el tirón. Salvo varios casos puntuales -en algunos, se tuvieron incluso que llevar a cabo algunos rescates- el agua no llegó a afectar al interior de los domicilios, según informó Protección Civil.

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