El LHD 'Juan Carlos I' llega a Navantia Puerto Real para la sustitución de su sistema de propulsión

La inmovilización programada de la Armada se extenderá en torno a seis meses para intervenir también en la refrigeración y actualizar los sistemas, entre otras actuaciones

La fragata 'Numancia' de la Armada entró este lunes en Navantia Cádiz para su esperada varada

El buque 'Juan Carlos I' de la Armada ya está en Navantia Puerto Real para unas obras de seis meses / Jesús Marín

El portaeronaves Juan Carlos I ya ha llegado al astillero de Puerto Real en el que durante los próximos tres meses se someterá a mejoras, con el cambio del sistema de propulsión, el denominado azipod, como principal actuación, a la que se destina en torno a 30 millones de euros, y para el que se estima la mano de obra de unos 800 trabajadores, con picos de un millar. La puesta a punto del buque por parte de Navantia continuará después en la base naval de Rota antes de que avanzado diciembre se desarrollen pruebas de mar.

Poco después de las 8.30 horas de este jueves, el LHD (Landing Helicopter Dock) de la Armada Española comenzaba la maniobra de atraque en el mayor dique de las instalaciones de Navantia Puerto Real. El BPE (Buque de Proyección Estratégica) se ha preparado para su llegada a Matagorda -con el desembarco del arma aérea entre otras acciones- a donde ha sido trasladado desde la base roteña. Con la ayuda de remolcadores ha realizado la operación de aproximación por popa hasta quedar amarrado a muelle por estribor ya con la colaboración de los tripulación a bordo y de los operarios en tierra. A lo largo de la jornada de hoy se procede, también, a vaciar el dique hasta quedar en cama, lo que se calcula puede estar concluido en torno a las seis de la tarde.

Durante los próximos tres meses, el buque descansará en este dique de grandes dimensiones, donde se construyeron el Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) Cantabria o los superpetroleros 3E. Ahora las instalaciones acogerán en los próximos meses el cambio de su principal elemento de propulsión, suministrados en su momento por el consorcio Shottel-Siemens, que desde hace años han mostrados fallos por causas técnicas y mecánicas, con ruidos y vibraciones que afectan a otros equipos sensibles. Desde la Armada se encargó un estudio para definir la mejor solución, y se optó por un cambio de las hélices, que pasará a ser una, de la firma ABB.

Desde Navantia se destaca la complejidad de la actuación que conllevará lo que describe como "tres grandes cesáreas en el casco" y la fabricación de nuevos bloques de acero para el anclaje de los propulsores. El nuevo sistema pasará de tener dos hélices a una, que forma parte del azipod, un tipo de sistema de propulsión azimutal, que también alberga el motor eléctrico en su interior y que se ubica fuera del casco. La maniobra de bloque está planificada para agosto. Entonces se colocará esta estructura, tras cortar el casco por la zona de popa y parte del lateral, y se montará el pod abajo.

Los trabajos implican la reconexion de más de 66 kilómetros de cables, de los que 40 kilómetros serán completamente nuevos, aclara la compañía. Incluyen una nueva versión software del Sistema Integrado de Control de Plataforma (SICP) para recoger estos cambios. Esta modernización cuenta con la aprobación del Consejo de Ministros y se ejecuta bajo el paraguas de un acuerdo marco con un valor estimado de 30 millones de euros.

Dentro del plan de inmovilización programada

Para llegar a este momento de producción, el programa ha pasado por fases de ingeniería y compras a lo largo de tres años. Este nuevo paso cuenta con la aprobación de la Armada, tras la última reunión de seguimiento, la número 21, del contrato que se celebró el pasado 10 de julio. En ese encuentro, apunta la empresa naval, la Institución reiteró su satisfacción con la gestión del programa realizada por Navantia, el avance del mismo y la calidad de la documentación recibida.

Este cambio de los pods y sus periféricos se incluye en el plan de inmovilización programada (PIPs) previsto por la Armada para el Juan Carlos I, que contempla obras de mantenimiento y trabajos de actualización de nuevos sistemas; renovación del sistema de ventilación y climatización (HVAC), que sufrió una avería en el último despliegue del grupo de combate Dédalo, así como el mantenimiento integral y puesta en operación de sus grupos diésel mediante un W7, entre otras, lo que implica la coordinación de las actividades de los Negocios de Motores, Reparaciones Cádiz y de Sistemas de control (SICP).

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