La mujer de Sanlúcar que denunció a su marido por intentar matarla: "Él paró, si no, no hubiera podido escapar"
La Fiscalía y la acusación particular piden para el procesado la pena de 16 años de prisión mientras que la defensa plantea la libre absolución
La Audiencia de Cádiz registra en 2024 casi 10.000 asuntos

Cádiz/"Creo que él paró, si no, no hubiera podido escapar". Ésta fue una de las manifestaciones que ofreció este jueves durante la celebración de un juicio en la Audiencia de Cádiz la ya ex esposa de un hombre acusado de intentar matarla al clavarle un cuchillo en el cuello durante una disputa en el domicilio familiar en el que convivían en Sanlúcar.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular piden para él la pena total de 16 años de prisión mientras que la defensa plantea la libre absolución. El procesado llegó a la vista oral procedente de prisión, donde permanece privado de libertad desde hace tres años, esto es, desde mayo de 2022, fecha en la que sucedieron los hechos que ahora se juzgan.
En primero en prestar declaración fue el encausado, que sólo contestó a las preguntas de su abogado. El hombre relató que la noche del 22 de mayo de 2022 se encontraba en el domicilio familiar junto a su esposa y dos de sus tres hijos (el mayor estaba en la Feria de Sánlucar, que se estaba celebrando entonces).
Sobre la una de la madrugada, afirmó, escuchó unos fuertes ruidos en la cocina. "Me dirigí allí y vi a mi mujer con un cuchillo en las manos haciendo ademanes de intentar clavárselo. Decía que ya no podía más y que se iba a matar. Como no había forma de poder dialogar con ella, le pegué dos guantazos para que reaccionara y no se hiciera daño", testificó. "Estaba fuera de sí; además, sufría estrés, ansiedad y otros problemas previos, como diverticulitis", añadió.
Según el relato de los hechos del acusado, acto seguido salió de la casa con su esposa herida y la dejó sobre el capó de un coche para ir a buscar ayuda, en concreto, para localizar a la hermana de ella y a su marido, que vivían muy cerca. "Mi intención era llevarla yo al hospital y que mi cuñada se quedara con los niños, pero la hermana se la llevó. Después llegó la Policía Nacional y me metieron en los calabozos... hasta hoy".
Asimismo, el encausado aseveró que nunca tuvo el cuchillo en sus manos. "El daño se lo hizo ella, no tengo la más mínima duda".
Cuestionado sobre si sometía a la madre de sus hijos a violencia física, psíquica y económica, él lo rechazó de plano. "Al principio yo trabajaba y ella se dedicaba a la casa y a los niños. Pasado un tiempo, hubo un cambio de roles porque conseguí una incapacidad absoluta. Entonces yo me quedaba en casa y cuidaba a mis hijos y a mi madre, y ella ejercía su vida laboral y también social", respondió.
"Ese niño lo has tenido con el camarero"
Por su parte, la denunciante explicó durante su declaración que, fruto de su matrimonio con el acusado, tuvo tres hijos, de 16, 15 y 3 años a la fecha de los hechos. El mediano, precisó, tenía una discapacidad. "Tardaron año y medio en diagnosticársela y eso me provocó cierta incertidumbre -más que ansiedad-, si bien cuando ya fue diagnosticado, dejé el tratamiento que tenía pautado", indicó, para luego negar que sufriera ataques de pánico. "Nunca, hasta que él me agredió".
La ex esposa del procesado relató una serie de episodios violentos vividos "durante muchos años". "Él no me insultó directamente, pero cuando nació nuestro primer hijo me preguntó que de dónde había salido ese niño, que no se parecía a él y que era muy feo; me dijo que si lo había tenido con el camarero o con el del supermercado". Después, prosiguió, "supe que tomó muestras a nuestros hijos para hacerles pruebas de ADN. Pidió las pruebas a mi nombre y, para ello, utilizó mi correo electrónico, suplantó mi identidad". Dichas pruebas determinaron que eran hijos de ambos.
La querellante testificó que su marido la tachaba de "mala madre" y la "despreciaba" por trabajar fuera de casa. Además, manifestó ante el tribunal que su esposo no le permitía disponer del dinero que ella ganaba. "Él entendía que mis necesidades eran caprichos, que yo no podía guardar nada para mí, simplemente, porque no. Es más, él tenía mis tarjetas de crédito y se las llevó cuando entró en prisión".
En otra ocasión, aseveró, el encausado tiró el cubo de la fregona por toda la cocina cuando ella le recriminó que no estaba limpia al llegar del trabajo. También mencionó que le daba pisotones durante las discusiones, que seguía sus movimientos con un sistema GPS y que sus hijos empezaron a sentirse atemorizados.
El 2014, la mujer interpuso una denuncia contra su marido a raíz de una disputa en la que él le golpeó la cara con un mechero por no querer ir a comprarle kiwis. Esta agresión fue un detonante para que ella decidiera abandonar el domicilio familiar junto a sus tres hijos. Sin embargo, en el juicio se acogió a su derecho a no declarar contra su cónyuge. El asunto se archivó y la pareja retomó la relación. Interrogada sobre los motivos que la llevaron a volver con él, la querellante aseveró: "No quería dar a conocer lo que me estaba sucediendo, quería proteger a mi familia, los niños aún eran muy pequeños. Además, no sabía cómo terminar con ese miedo que yo tenía".
La ex esposa habló también del aislamiento social y familiar que sufría por "culpa" del procesado. "Iba de casa al trabajo y del trabajo a casa, y cuando él me dejaba, visitaba a mi madre. Tampoco salía con compañeros de trabajo ni acudía a comidas de empresa. Y mi familia no venía a casa porque él me lo tenía prohibido".
Un ataque con cuchillo
En mayo de 2022 la mujer tuvo un ingreso hospitalario de cuatro días por diverticulitis. Cuando regresó a su casa, convaleciente, le pidió a su marido que dejase que su madre se quedara en el domicilio para ayudarla, una demanda a la que él se negó. "Aquí no entra nadie, si quieres, te vas tú, me advirtió".
Tiempo después, según la declaración de ella, se dio una ducha y sintió que se iba a desmayar, razón por la que requirió al acusado para que llamase a un médico. "No sólo no llamó, sino que apareció con dos palos, así que hui descalza hasta la casa de mi madre".
A los pocos días, declaró la mujer, estaba viendo la televisión de madrugada en el salón de su casa cuando él la apagó. "No tenía ganas de discutir y me fui a mi habitación, en la segunda planta de la casa, con mi hijo pequeño. Entonces él me llamó para que bajase a la cocina porque quería hablar. Me dijo que tenía que llevar a los niños a la Feria de Sanlúcar, a lo que yo le respondí que me encontraba mal aún, que no podía. Además, le comenté que debíamos evitar gastos innecesarios porque íbamos a celebrar la comunión del niño y porque yo le debía 150 euros a mi hermano por un préstamo que me hizo para ir al dentista. Él me contestó que era una mentirosa y me golpeó la cara de lado a lado".
Según afirmó la mujer ante el tribunal, cayó boca arriba, momento que él aprovechó para coger un cuchillo, "el más grande", y clavárselo en el cuello. "Me inmovilizó, me lo clavó y me lo sacó. En ese instante, le sujeté el brazo para intentar defenderme pero mi marido era mucho más fuerte que yo. El ataque cesó porque creo que él paró, si no, no hubiera podido escapar", recalcó.
"Aunque me faltaba el aire, pude salir y pedir auxilio a los vecinos y a mi hermana, que fue la que me llevó al hospital, aunque quería llevarme él", concluyó su intervención la denunciante, que negó en rotundo que se autolesionara.
El juicio continúa este viernes en la Audiencia Provincial de Cádiz.
También te puede interesar