"Nos llamó inmigrantes de mierda por pedir que respetase los días de descanso"
Una mujer que trabajó en el servicio doméstico relata el trato humillante que sufrió
Sigue limpiando casas para sobrevivir, pero nunca más lo hará como interna. Procede de un país del Cono Sur que pide que se omita. Llegó a España hace dos años. Desde entonces está en situación irregular. Su marido se quedó sin trabajo. Sin dudarlo, pusieron un anuncio en el que se ofrecieron para trabajar en el servicio doméstico. No tardaron en llamarles. A la señora les gustó. Les ofreció 1.200 euros al mes, con los jueves y domingos libres. Aceptaron.
"Me daba un toque de teléfono a las siete de la mañana y no podíamos acostarnos hasta las doce de la noche, después de una hora libre entre las tres y las cuatro", relata a este periódico. "Los jueves descansábamos desde las diez o las once de la mañana hasta la cena y los domingos, desde las tres de la tarde hasta la misma hora, de manera que no podíamos dormir ni una noche fuera de casa".
"Mi marido le dijo que ese no era el trato y le respondió que si dormíamos fuera nos descontaría 100 euros. Un jueves nos fuimos y no volvimos hasta el viernes temprano. Se enfadó. Nos dijo que qué nos creíamos, que la íbamos a necesitar más que ella a nosotros. Y nos llamó inmigrantes de mierda. Mi marido le contestó que no iba a tolerar humillaciones y nos fuimos. Él ha vuelto a trabajar al campo. Sólo nos vemos los fines de semana".
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