El juicio con jurado previsto para este lunes en la Audiencia Provincial de Cádiz a un hombre acusado de violar a una mujer en El Puerto tras allanar su vivienda y después  intentar matarla a ella y a su amiga no llegó a celebrarse en el Palacio de Justicia gaditano, toda vez el procesado admitió la autoría de los hechos por los que venía siendo procesado. Víctima y agresor no tenían ningún tipo de relación, más allá de residir en el mismo bloque de vecinos. 

Así, tras llegar a un acuerdo y confesar, el hombre fue condenado en firme a la pena total de 17 años y seis meses de prisión, 10 años menos de los que en un principio planteó la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, donde solicitó 27 años y medio.

En el acto de conformidad, el presidente de la Sección Tercera, el magistrado Miguel Ángel Ruiz Lazaga, condenó al encausado a seis meses de cárcel por un delito de allanamiento de morada, a seis años por un delito de lesiones muy graves, a otros seis años por un delito de agresión sexual, a cinco años por un delito de homicidio intentado y a un mes de multa a razón de 6 euros diarios por un delito leve de daños.

Para el cumplimiento de la condena, se computará todo el tiempo que el hombre ha estado privado de libertad por esta causa. Y es que el agresor, que acudió a juicio procedente de Puerto I, ingresó en el centro penitenciario el mismo día que ocurrieron los hechos, el 17 de abril de 2022. 

Asimismo, fue condenado a indemnizar a la primera víctima en la cantidad de 23.919,13 euros por las lesiones sufridas, 132.617,89 euros por las secuelas y 20.000 euros por los daños morales. Del mismo modo, se le impuso una indemnización a favor de la segunda víctima de 6.732,45 euros por las lesiones sufridas y 9.151,65 euros por las secuelas. No obstante, el hombre ya ha sido declarado insolvente.

Hechos probados

Ha quedado acreditado que el 17 de abril de 2022, sobre las 0:30 horas, el agresor entró en el domicilio de la víctima, sito en El Puerto, sin su consentimiento. Una vez en su interior, le exigió que le entregase el móvil para tirárselo al suelo y partírselo. A continuación, la  agarró por el cuello al tiempo que la desnudaba. En un momento dado, la mujer perdió el conocimiento ante la brutalidad del ataque. Entonces, él continuó apretando fuertemente el cuello de la víctima y le golpeó repetidamente la cara.

El hombre aprovechó el estado de semiinconsciencia el que se encontraba la mujer para penetrarlar vaginalmente, sin que conste si fue con un objeto o con un miembro corporal. Acto seguido, y con ánimo de acabar con su vida, siguió apretándole el cuello hasta que se vio sorprendido por el ruido de una puerta.

Una amiga de la mujer agredida, al ver que ésta no bajaba, subió a la casa. Cuando llamó a la puerta, el atacante la agarró por el cuello desde su espalda y le gritó “te voy a matar, puta”.

Casi sin respiración, la mujer inició un forcejeo durante el cual ambos cayeron al suelo. Él la inmovilizó con las piernas, apretando con fuerza, si bien ella consiguió escapar, pero el agresor volvió y le dio puñetazos en la cara y la nariz y la tumbó en el suelo. El hombre esgrimía un cuchillo con la clara intención de apuñalarla. Así, ante el inminente ataque y temiendo por su vida, la mujer sujetó el cuchillo y forcejó hasta que el arma se rompió.

En tales circunstancias, mientras que el hombre la sujetaba por el cuello con una mano, con la otra le asestó una puñalada en dirección al pecho, sin embargo, le alcanzó en el antebrazo derecho porque la víctima lo interpuso para repeler la agresión.

Finalmente, los vecinos llamaron a la Policía por los gritos que escucharon. Los agentes que acudieron a la vivienda tuvieron que acceder por el balcón de la misma.