“Hay que cerrar las etapas cuando uno quiere, y nunca pude soñar hacerlo así”
Javier Sánchez Rojas | Ex presidente de la Confederación de Empresas de Cádiz
El miércoles dijo adiós a 12 años al frente de la CEC, a la que llegó como técnico en 1986 cuando la entidad disponía de una sede de 47 metros cuadrados y tenía un presupuesto de 18.000 euros anuales
El nuevo presidente de los empresarios de Cádiz toma posesión este miércoles con la presencia de los dirigentes de la CEOE y la CEA
Pregunta.–¿Qué tal está gestionando el cambio de rutinas tras su salida de la Confederación de Empresas de Cádiz?
Respuesta.–Bien, estoy muy contento por haber culminado un proceso que íntimamente empecé a reflexionar hace año y pico. Después de reflexionarlo yo, empecé a hablarlo con mi familia y lo fui racionalizando.
P.–¿Tiene la sensación de irse con el deber cumplido?
R.–Sí, sobre todo creo que hay que cerrar una etapa cuando uno quiere, y nunca pude soñar con hacerlo así, con una transición ordenada, para mejorar, porque el sucesor es mucho mejor que yo en todo, y lo va a demostrar con el tiempo, con unanimidad prácticamente, y además votando en urna, con lo cual creo que la CEC ha demostrado una madurez y una fortaleza organizativa que me da mucha satisfacción.
P.–Hablando de José Andrés Santos, el nuevo novio de su CEC. ¿Pierde una hija o gana un hijo?
R.–No había caído en esa analogía, de hijo e hija, porque la relación es más bien fraternal. Lo que sí puedo decir es que conozco a Andrés desde hace 20 años, es un hombre muy versado en las organizaciones, presidió los jóvenes empresarios, conozco toda su trayectoria empresarial de primer nivel, es uno de los empresarios del sector de telecomunicaciones, uno de los socios más importantes de España, y tiene capacidades sobradas. No podíamos encontrar un candidato mejor, y de lo que me alegro es de que primero el comité le pidiera que diera el paso adelante, y luego la Junta Directiva lo haya ratificado de la manera que lo ha hecho. Andrés tiene desde luego toda mi admiración, todo mi afecto, y veo que también de toda la organización, por lo tanto, vamos bien, y eso me hace muy feliz.
P.–Me decía el otro día que es mucho más bonito despedirse como Toni Kroos que como Rafa Nadal.
R.–No creo que esto lo lea ninguno de los dos, pero en fin, no pretendo compararme con nadie, fue un comentario de un amigo, pero creo que reproduce un poco mi idea. Hay otra frase que me gusta mucho, que mi padre la usaba y mi mujer la usa, que dice que en los sitios más vale que te echen, pero de menos, y yo me senté un día y dije, ¿por qué seguir? Nadie ha sido presidente más de 12 años, Miguel González fue 12 años también, mi antecesor, y yo no encontré razones que al mismo tiempo generaran lo que creo que como organización hemos conseguido el 7 de mayo, que es renovar el liderazgo, trabajar pensando en el futuro, en un futuro cambiante, un futuro tecnológico, un futuro digital, un futuro con una serie de realineamientos geopolíticos, con una serie de escalado político distinto al que mi generación ha gestionado. El relevo generacional siempre trae ventajas y cosas buenas, y en ese aspecto a lo mejor el Madrid no ha encontrado el relevo de Toni Kroos, pero felizmente nosotros sí hemos encontrado el relevo al anterior presidente.
P.–¿Ha cambiado mucho la Confederación de Empresas de Cádiz en estos 12 años?
R.–Serán otros los que lo tengan que valorar, pero hay datos objetivos. Yo entro en una organización de aprendiz de brujo en septiembre del 86, me hacen secretario general en febrero del 87, y en ese momento la organización tenía el equivalente a lo que hoy son 18.000 euros de presupuesto al año, frente al mayor presupuesto que ha tenido nunca, que se aprobó el miércoles pasado, son datos objetivos.
P.–¿De cuánto estamos hablando ahora?
R.–De alrededor de tres millones de euros, entre todo lo que es el presupuesto de organización, de cuotas, proyectos, servicios a las empresas. Después, hay datos objetivos. Yo llego a una casa que tenía 47 metros cuadrados de una sede alquilada en el edificio Minerva de la avenida Ana de Viya, oficina 221, que existe todavía. Y hoy, felizmente, tenemos tres edificios, es verdad que uno es de propiedad compartida, pero si tomamos en cuenta los metros cuadrados, estamos hablando de 6.000, 7.000 metros cuadrados. Además, de un equipo técnico para el que no tengo palabras suficientes para reconocer su valía. El mérito del día a día es del equipo técnico, laboral, profesional. Por eso creo que me siento con derecho a pensar en que el deber está cumplido. Mejor o peor ya lo decidirán otros.
P.–¿Y en qué ha cambiado usted?
R.–Yo llegué a una organización cuando estudiaba y trabajaba con mi padre, a una organización de la que tenía una leve referencia, porque mi padre era el socio 103 de Horeca, tenía un negocio de hostelería en Jerez. Cuando yo llego a la CEC lo que tenía era una administrativa y punto. Y nunca pensé que iba a ser el eje de mi vida. No hay nada en mi vida a lo que haya dedicado más tiempo. Llevaba más tiempo en la confederación que casado, la relación laboral es mayor que la edad que tiene la mayor de mis hijas. Evidentemente nunca viviré lo suficiente para agradecerle a la casa lo que me ha hecho crecer, como persona, como empresario, y como técnico. Es el eje de mi vida.
P.–La CEC le abrió el mundo, o al menos la provincia.
R.–Y tanto. Estoy agradecido porque de no conocer prácticamente más que mi pueblo de origen, a haber recorrido varias veces esta provincia, y conocer todos y cada uno de los municipios, haber generado una organización, es importante. Otra cosa de la que estoy muy orgulloso es de que hoy día la Confederación de Empresas de la Provincia de Cádiz es la organización provincial más campogibraltareña que conozco. La representación tanto en cantidad como en calidad del Campo de Gibraltar, de la potencia del Campo de Gibraltar en la organización es muy importante. Y son cosas que te marcan como persona.
P.–Esa ha sido una de sus máximas. Siempre ha tenido muy claro que el Campo de Gibraltar tiene que estar muy integrado en toda la sociedad gaditana.
R.–Sí, porque no son ellos los que están lejos, los que estamos lejos somos nosotros para ellos. No hemos estado, menos a nivel de organización empresaria. Y ahí hemos hecho lo yo entendía que era nuestra obligación, que era acercarnos, entender el porqué de las cosas. Cuando uno entiende que siglo y medio después el primer puerto de España sigue maltratado en la conexión ferroviaria, cuando Valencia tiene cinco salidas por ferrocarril de doble vía, pues claro, uno empieza a acercarse al porqué de las cosas. Cuando uno ve que en esta provincia desde hace ya más de una década el eje económico principal es el Campo de Gibraltar, entiende que evidentemente hay que prestarle atención. Otra cosa son las disquisiciones políticas, esas historias que ya felizmente creo pasadas de la novena provincia... Lo que también demuestra, al menos en la parte empresarial, es que los empresarios, cuando hablamos de aldea global, hablamos de que el mundo ha encogido, y no vamos a poner barreras entre pueblo y pueblo. Eso, a nivel de organización, lo hemos conseguido.
"Cádiz, Jerez y el Campo de Gibraltar tienen que acercarse y estar unidas en todos sus proyectos. Y para eso son esenciales las infraestructuras en comunicaciones”
P.–¿Llevamos demasiado tiempo dividiendo por tres demasiadas cosas en esta provincia ?
R.–Absolutamente. Porque Jerez, Cádiz y el Campo de Gibraltar tienen que acercarse y estar unidas. Y para eso son esenciales las infraestructuras, que en los últimos años nos han unido más. Todo es mejorable, pero está la AP-4, la A-381, el segundo puente, que está prácticamente amortizado ya... todo suma.
P.–Lleva toda la semana explicando que se marcha de la CEC pero que no se jubila.
R.–Y no me jubilo. Estoy por colgarme un cartel del cuello que lo diga, porque hay mucha gente esperando que le diga que sí, pero es que no me jubilo. Que sigo activo, sigo con mi faena. Tengo cosas en la cabeza y algunas ya en papeles, incluso. Sigo en la Cámara de Jerez, en la Cámara de Andalucía, tengo casi tres años de mandato. Sigo en un par de consejos de administración, uno de ellas de una empresa cotizada, que es conocida, Artificial, y tengo temas también de carácter privado. O sea, que tengo tajo para distraerme.
P.–Me ha dicho alguna vez que le preocupa que la polarización y el radicalismo en la política se haya trasladado al sindicalismo.
R.–Claro que me preocupa, porque yo no soy hombre de radicalismos, no soy nada populista, creo que los extremos se tocan. No me gusta el tenor que veo en la cadencia, digamos, de las cosas en el mundo sindical. Ahí apelo y he creído siempre que UGT y CCOO tienen más que demostrada su capacidad. El otro día, el presidente de la CEOE decía en nuestra asamblea que él defiende a los sindicatos y que entiende que si no existieran habría que crearlos. Yo participo de eso, creo que es una contraparte. Estamos en el mismo artículo de la Constitución, somos una parte de la columna vertebral de la Constitución española, por lo tanto de la estructura del Estado, y creo en los sindicatos de clase, en los sindicatos reflexivos, en los sindicatos de aportación de valor, en los sindicatos en donde como último recurso está el defender unos planteamientos desde el derecho a la huelga, etc. Lo que veo es radicalismo en otras confluencias y en otros espacios sindicales nuevos, quizá porque ya yo no sea tan nuevo. No entiendo que los radicalismos sean desde el principio, que los planteamientos maximalistas lleven a que el diálogo sea prácticamente imposible. Y lo digo, lógicamente, con conocimiento de causa. Lo que estoy viendo ahí es que entre todos y con el liderazgo de las centrales sindicales mayoritarias debemos recuperar espacios de diálogo y espacios de mesas. Y eso es lo que me gustaba de José María Cuevas, y que me gusta citar: negociar, negociar y negociar y cuando crean que no hay salida, seguir negociando, no queda otra.
P.–¿Sigue teniendo Cádiz la fama de provincia conflictiva laboralmente en el país?
R.–La mancha de la conflictividad sigue estando ahí, pero en esta provincia, me gusta recordarlo, se negocian cada año unos 125, o 130 convenios colectivos, y se convierten en noticia por conflictivos 1, 2 o 3. ¿Que algunos son muy ruidosos?, sin duda, pero tampoco creamos que en otros sitios no hay ruido.
P.–¿Le hizo daño a la imagen de la provincia aquellas imágenes de la huelga del metal?
R.–Durante mucho tiempo sí, claro, pero después uno ve imágenes de Sestao o Ferrol y claro, son tremendas también. Tenemos que vendernos mejor. Reparamos el mayor crucero del mundo en Cádiz pero damos la noticia cuando llega a Barcelona;atraca en Algeciras el mayor portacontenedores del mundo pero le damos una fotito en la prensa. Si ese barco fuera capaz de subir el Guadalquivir o el Manzanares abriría los telediarios nacionales. Entonces, tenemos que mejorar la emisión de la información que hacemos porque si no parece que estamos todo el día de fiesta.
"Si tuviera que pedir tres deseos serían una conexión ferroviaria para el puerto de Algeciras como merece, que salga adelante Las Aletas y mejoras en la AP-4 y la AP-7”
P.–Durante años también se dijo machaconamente que Cádiz estaba a la cabeza en horas de trabajo perdidas.
R.–Claro, pero como eso ya no pasa pues no se dice, no vende, no ocupa espacio. Nos pasa igual con el tema de la droga. En otras provincias hay más alijos, sin embargo lo que ocurre en Cádiz es más llamativo y se hace más viral. Igual una narcolancha alija en las costas de Cádiz pero donde están los capos de esa droga campando a sus anchas es en la Costa del Sol. Recuerdo con dolor que se apresó el primer narcosubmarino en las costas de Málaga y sin embargo el ministro Malaska dio orden de llevárselo al Campo de Gibraltar y presentarlo en Algeciras. No hay derecho.l Somos líderes en turismo, somos líderes en agroindustria, ¿que no sería esta provincia si tuviéramos mejores infraestructuras? Somos la octava provincia en población del país, y tres o cuatro meses al año la cuarta. Zahara de los Atunes multiplica por 30 su población en verano, Chiclana la multiplica por tres y medio, Rota por dos y medio, El Puerto de Santa María por tres. De eso es de lo que tenemos que hablar.
P.–Si le diera una patada a una botella de vino de Jerez, pongamos un buen amontillado, y saliera el genio de la lámpara ¿qué tres deseos le pediría para Cádiz?
–Esta provincia cambiaría radicalmente si el puerto de Algeciras tuviera un acceso ferroviario como merece, no el que vamos a tener en los próximos, espero, tres o cuatro años, que es un carril... Me refiero al proyecto iniciático, que era una doble plataforma con el ancho europeo. Ese sería el primer deseo, porque eso irradiaría valor para toda la provincia, aunque algunos catetos localistas no se quieran enterar todavía. Otro deseo, y está vinculado también al sector, es Lógica, el antiguo proyecto de Las Aletas. La paradoja de todo esto es que esta provincia nuestra empezó a hablar de logística cuando nadie hablaba de logística, ni el ejército... Las Aletas es el puerto seco del primer puerto de España, sería un puerto seco complementario con el mayor puerto de España. Y el último deseo tiene trampa, porque tenemos dos accesos, pero hay que mejorar la conexión hacia la meseta por la AP-4 y desde luego también la AP-7 con Málaga, que no tiene sentido tampoco ese peaje. Por lo tanto, mis tres deseos son mejorar las conexiones ferroviarias, la logística y la autopista.
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