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Provincia de Cádiz

El gigante respira

  • La pesquería del atún rojo se enfrenta en noviembre a su evaluación bianual con informes que avalan la recuperación de la especie

El atún rojo, que llegó a estar bajo amenaza de extinción a mediados de la última década, está mostrando evidencias de recuperación después de seis años de control y restricciones en su pesquería. Los científicos expondrán esta tesis en la reunión de la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) programada en noviembre en Agadir (Marruecos). La ICCAT es la organización encargada del seguimiento y protección de esta especie. Sus informes se fundamentan, en parte, en el seguimiento científico de los cardúmenes realizado en las almadrabas de la provincia, que han pasado en este periodo de la mayor escasez a liberar miles de atunes por campaña tras agotar su cuota asignada.

Las almadrabas, que se agrupan en cuatro empresas y tienen una plantilla de alrededor de 500 trabajadores, han avisado durante las dos últimas campañas del incremento de los atunes que pasan por sus redes. No son una fuente informativa cualquiera sino los más privilegiados observadores de la especie: pescan los atunes uno a uno, en el mismo emplazamiento frente a la costa de La Janda cada año, y también en el mismo momento del ejercicio.

Este año las artes gaditanas han capturado 657 toneladas, el tope impuesto por la restricción internacional y por el reparto de cuotas dentro del país. Es la mitad de lo que pescaron en 2008 pero se da la circunstancia de que podrían haber pescado seis, siete u ocho veces veces más. Al finalizar la temporada, la almadraba de Conil avisó de la liberación de 8.000 ejemplares de sus redes tras alcanzar su cuota, que completó con 1.040 piezas.

Marta Crespo, portavoz de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba OPP-51 (que agrupa las empresas de Conil, Zahara y Tarifa), aún espera sus propios informes científicos de la campaña de 2012 pero atestigua: "Los almadraberos dimos la voz de alarma sobre la amenaza de extinción del atún rojo, y los almadraberos hemos dado ahora el aviso de que la especie se está recuperando a un ritmo extraordinario".

Crespo recuerda cómo en 2005 los almadraberos se manifestaron coincidiendo con reunión de la ICCAT celebrada en Sevilla para reclamar una gestión sostenible de la pesquería de atún rojo. Entonces era posible pescar atunes de 6 kilos, cuando se estima que la especie no realiza su primer ciclo reproductivo hasta que pesa 30. Al mismo tiempo, una flota industrial voraz y sobredimensionada empleaba hasta avionetas para localizar los cardúmenes. "Y son solo algunos de los motivos por los que se llevó la pesquería mucho más allá del límite de su capacidad", reseña.

Las restricciones comenzaron en la campaña de 2007. Desde entonces, han pasado de capturarse unas 32.000 toneladas anuales declaradas (en la práctica se pudieron superar las 50.000) a 13.000, y se han endurecido los controles para acabar con la barra libre de las flotas industriales del Mediterráneo.

Desde 2006, la ICCAT ha revisado cada dos años la situación del stock. En 2010, con datos de 2009, el medio centenar de científicos que analiza la evolución del atún rojo esbozó un panorama algo optimista para la especie, pero la comisión mantuvo su postura firme sobre el control de las cuotas de pesca. Dos años después, las conclusiones de los científicos siguen avanzando en aquella dirección. Un borrador del informe que este colectivo presentará en la reunión de la ICCAT en Marruecos publicado esta semana por El País señala que "la tendencia reciente al alza en los indicadores es probablemente el reflejo positivo de las recientes medidas de gestión". "Todos los modelos aplicados por el grupo [científico] muestran una clara recuperación de la biomasa del atún reproductor, pero la velocidad y la amplitud de esta tendencia sigue siendo muy incierta", señala el borrador, que aporta una cifra significativa: la biomasa reproductora era de 300.000 toneladas entre finales de los cincuenta y principios de los setenta, bajó hasta las 150.000 a mitad de la década de 2000, y ahora vuelve a situarse entre 295.000 y 380.000, según los datos del borrador publicado por El País.

La portavoz de los almadraberos gaditanos valora las primeras impresiones del comité científico pero recuerda que este colectivo basará sus recomendaciones a la ICCAT en el "principio de precaución". Además, Crespo defiende que hay un gran "trabajo político" por hacer antes de que la Comisión estudie un incremento de las cuotas. Madrid deberá convencer a Bruselas de que defienda una postura más permisiva con la pesca pero que garantice la sostenibilidad de la especie desterrando los errores del último decenio. A juicio de los almadraberos, las decisiones deben ser "racionales y equilibradas", no una elección "entre el blanco y el negro".

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