Juicios a dos acusados de torturar a un preso

Los funcionarios de Puerto II niegan que dieran un escarmiento al parricida de Arcos

  • Los procesados declaran en el juicio que este interno fue agredido por otros presos

Los funcionarios de prisiones, de espaldas, antes de declarar en la Audiencia de Cádiz.

Los funcionarios de prisiones, de espaldas, antes de declarar en la Audiencia de Cádiz. / Joaquín Hernández 'Kiki'

Los funcionarios de Puerto II acusados de torturar al parricida de Arcos mientras se encontraba interno en este centro penitenciario negaron ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Cádiz que se concertaran para dar un escarmiento a este preso por haber matado a su hijo de nueve meses. 

Durante el juicio celebrado este lunes, los procesados manifestaron que desde que este vecino de Arcos entró en Puerto II, había sido agredido por otros internos del centro como represalia por el asesinato de su bebé. Y ello a pese a tener asignado un preso de compañía dentro del protocolo antisuicidios que se le había aplicado nada más ingresar en la cárcel. De ahí que el arcense presentase lesiones en el cuerpo y en la cara.

La noche de la supuesta paliza, la del 8 al 9 de junio de 2017, uno de los funcionarios encausados dijo que realizó un cacheo "rutinario" al parricida en su celda porque un preso confidente le había comentado que podía tener droga. "Me dijeron que estaba acumulando pastillas. No quería que hiciese una tontería".

En ese registro, el empleado de Puerto II explicó que estuvo acompañado por otro funcionario, el segundo procesado. Ambos, siguiendo las pautas penitenciarias establecidas para estos casos, pidieron al preso de apoyo que saliese de la celda del parricida para realizar la inspección a solas.

No obstante, especificaron que el Jefe de Servicios de Puerto II se encontraba cerca de allí, a dos o tres metros de la puerta de la celda. "También estaba muy próximo el enfermero. Cualquier posible pelea la hubiese podido escuchar", indicó un funcionario. El otro apostilló que, durante las noches, "normalmente hay silencio en el centro, de manera que si alguien grita pidiendo ayuda, se oye perfectamente".

El cacheo, señaló uno de los encausados, "no aportó ninguna novedad, fue una falsa alarma, por lo que no fue necesario hacer un parte para reseñar incidente alguno una vez que acabó el turno de noche". 

Este mismo funcionario negó en rotundo que amenazase al parricida previamente ni que le propinase una paliza la madrugada del 9 de junio de 2017, una versión exculpatoria que también sostuvo el segundo procesado. Éste último afirmó incluso que desconocía el motivo por el que el vecino de Arcos se encontraba preso en Puerto II, descartando, de este modo, cualquier tipo de animadversión hacia él.

A preguntas del fiscal, el segundo acusado aseveró que esa noche, tras practicarle el cacheo al parricida, tuvo que ponerse una bolsa de hielo en la mano -tal y como aparece registrado en uno de los vídeos captados por las cámaras de Puerto II- porque se quemó mientras se preparaba la cena.

En relación a dichas imágenes filmadas por las cámaras de la cárcel y aportadas a la causa, las defensas de los funcionarios de prisiones hicieron constar al tribunal que en ellas no aparecían ni la hora ni el día en el que fueron captadas

La versión del parricida

Isidro. S., condenado a 23 años de internamiento psquiátrico por el asesinato de su hijo de nueve meses en Arcos, llegó este lunes a juicio esposado procedente de la cárcel de Morón en calidad de denunciante.

Isidro dijo que el 9 de junio de 2017, sobre las nueve de la noche, uno de los funcionarios procesados le hizo señales con la mano durante el recuento, justo antes de acceder a su celda. "Movía la mano de un lado a otro, con la palma extendida, como refiriendo que me iba a dar a leña". 

Esa noche, afirmó, "dos funcionarios me patearon y me dieron puñetazos de cintura para arriba. También me amenazaron de muerte y me insultaron". Interrogado sobre qué funcionarios le pegaron, el parricida identificó en el juicio a uno de los procesados, si bien al otro no lo llegó a reconocer como su agresor

Isidro relató en la vista oral que recibió hasta tres palizas de 10-15 minutos esa madrugada. "En la segunda, el preso de apoyo me pisó el cuello para que los funcionarios pudieran seguir apaleándome. Todo estaba oscuro y me defendí como pude".

"Al día siguiente, ya con el cambio de turno, no dije nada de lo que había pasado la noche anterior. Tenía miedo a contarlo. No fue hasta las doce de la mañana que les expliqué lo sucedido al educador, al psicólogo y a la subdirectora médica. Les dije que si no me sacaban de Puerto II, amanecería muerto", declaró el parricida.

A preguntas de las defensas, Isidro admitió que había recibido golpes de otros internos de Puerto II. "Eran tortazos en el cuello y en la cara, pero yo no tenía marcas", concluyó.

Gritos y quejas

Un hombre que se encontraba preso en Puerto II en junio de 2017 acudió a juicio este martes en calidad de testigo. El ex interno manifestó que la noche del 9 de junio escuchó gritos y quejas desde la celda en la que se encontraba el parricida, cuya puerta estaba abierta. Asimismo, declaró que vio al preso de apoyo de Isidro en el pasillo, lo cual le extrañó, ya que "a esas horas estamos todos dentro de nuestras respectivas estancias".

Por último, indicó que, pasado un tiempo, vio a dos funcionarios de prisiones salir de la celda del arcense. Cuestionado sobre si esos funcionarios eran las mismas personas que se encontraban sentadas en el banquillo de los acusados, este testigo dijo que no. En este punto, el fiscal intentó recordar al ex presidiario, sin éxito, que en fase de instrucción sí los identificó como tal.

El juicio a los dos funcionarios de Puerto II acusados de tortura continúa este miércoles en la Audiencia Provincial de Cádiz.

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