Las denuncias por violencia machista alcanzaron su máximo histórico en Cádiz en 2024
En la provincia, se interpusieron una media de diecisiete demandas al día, un 11% más que las realizadas durante el ejercicio anterior
Combatir el negacionismo, objetivo de la campaña del 25N en San Fernando
Las denuncias encuadradas dentro de la violencia de género alcanzaron durante 2024 su tope histórico en la provincia de Cádiz, contabilizando un total de 6.277 acusaciones, un 11% más de las realizadas en el ejercicio anterior, según datos del Consejo del Poder Judicial. Así, en Cádiz se interpusieron una media de 17 denuncias al día. Frente a las más seis mil denuncias del año pasado, en 2023 se tramitaron 5.676; mientras que antes de la pandemia lo hicieron 4.749 expedientes.
La provincia gaditana se desmarca de los datos andaluces, que muestran un descenso en las denuncias por violencia machista del 1,3% en la comparativa anual.
"Más denuncias -recuerdan desde la Fundación Adecco- no siempre denotan más violencia, sino que puede significar más capacidad de detección y respuesta. Así, este aumento puede reflejar tanto una posible mayor disposición a denunciar como la persistencia del problema en el ámbito social y familiar. Concretamente, esta subida podría estar relacionada con una mayor sensibilización y confianza institucional".
Además, señalan, la "significativa presencia de mujeres procedentes de otros países, que en muchos casos se enfrentan a situaciones de mayor vulnerabilidad económica o social, podría influir en este crecimiento. A medida que acceden con más facilidad a los servicios públicos y redes de apoyo, estas mujeres también se sienten más respaldadas para romper el silencio y denunciar las situaciones de violencia".
EL EMPLEO, CLAVE PARA LA RECUPERACIÓN
El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha presentado, junto a otras 18 empresas colaboradoras, la 13ª edición del informe Violencia de género y empleo. El objetivo de este informe es sensibilizar y reconocer la importancia del empleo como factor clave para la recuperación y normalización de la vida de las mujeres víctimas de violencia de género, impulsando la puesta en marcha de iniciativas que aceleren su inclusión laboral.
Realizado sobre una muestra de 490 mujeres que están saliendo de un escenario de malos tratos, el estudio muestra que nueve de cada diez mujeres víctimas de violencia machista se sienten más vulnerables y aisladas cuando están desempleadas.
"Resulta complejo establecer una relación causal directa entre el empleo y la protección frente a la violencia de género, ya que el hecho de que una mujer sea víctima no depende de su situación laboral, sino exclusivamente de la conducta de la persona agresora -apuntan las conclusiones-. No obstante, los datos evidencian que el desempleo actúa como un factor de vulnerabilidad añadida. En el momento en que comenzaron a sufrir agresiones, el 67,8% de las mujeres encuestadas no tenía trabajo, y el 91% afirma sentirse más vulnerable, dependiente y aislada cuando no tiene empleo".
EL 68% HA SUFRIDO AMENAZAS O PRESIONES ECONÓMICAS
Además, el 68% de las mujeres víctimas en desempleo afirma haber sufrido amenazas o presiones económicas relacionadas con la falta de ingresos. Entre las más frecuentes se incluyen la retención o el racionamiento del dinero destinado a gastos esenciales, las amenazas de no asumir los gastos de los hijos e hijas o el boicot directo a la búsqueda de trabajo.
·“Cuando una mujer víctima de violencia de género depende económicamente de su pareja, esta puede utilizar esa dependencia para ejercer un mayor control y sometimiento. Por ello, el empleo no es solo una fuente de ingresos: es una vía para que las mujeres recuperen la dignidad y el control sobre sus vidas”, destaca Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.
Según arroja el informe, el 49% de las mujeres víctimas de la violencia de género en desempleo, lleva más de un año buscando trabajo sin éxito, siendo el desconocimiento a la hora de plantear la búsqueda (65,3%), la baja autoestima (64,2%), las responsabilidades de cuidado no compartidas (51,7%) y el miedo a ser localizada por su agresor (46,4%) los principales obstáculos.
Hasta un 72% de las mujeres víctimas que han accedido a un empleo considera, además, que trabajar reduce la probabilidad de recaer en una situación de violencia de género, al proporcionarles autoestima (87,5%), estabilidad económica (84,2%) y una mayor red de contactos (69,1%).
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Hospitales Pascual
Hablamos con Dr. Francisco Bermúdez Ordoñez, Urólogo del Hospital Virgen de las Montañas