La cuota de pesca de las almadrabas subirá en torno al 30% en 2018
Moderado optimismo en los prolegómenos de la reunión del ICCAT de Marrakech
Si se confirman las previsiones, las cuatro almadrabas gaditanas se repartirían casi 1.400 toneladas
La próxima reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) puede deparar, tras muchas decepciones, una buena noticia para las cuatro almadrabas gaditanas. Después de unas fuertes restricciones que se iniciaron en 2006, y que rebajaron drásticamente los derechos de pesca, todo hace indicar que los informes favorables de los científicos, que avalan la recuperación de la especie, hará que esta vez el incremento en la cuota pueda llegar hasta el 30%.
La reunión ordinaria del ICCAT se celebra del 14 al 22 de noviembre en Marrakech (Marruecos) y en esta ocasión los responsables de las almadrabas gaditanas viajarán con un moderado optimismo.
Durante las últimas semanas se han ido sucedido las reuniones en las dependencias de la Secretaría de Pesca y todo hace indicar que la subida será del 30%. Sería un incremento importante, ya que durante los tres últimos años se ha ido añadiendo un 20% al Total Admisible de Capturas (TAC). Este aumento progresivo se acordó en la reunión que en 2014 tuvo lugar en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Pero una vez finalizada la vigencia de dicho convenio, y atendiendo a que la población de atún rojo salvaje se ha recuperado de tal modo que incluso está resultando una amenaza para otras especies, como la caballa o la sardina, las previsiones hablan de que el TAC podría pasar de las 23.400 toneladas fijadas en 2017 a las 29.000 de la próxima campaña.
El objetivo final que persiguen algunos países, entre ellos España, es que en 2020 el TAC se sitúe en 36.000 toneladas.
El reparto interno
En la campaña de 2017 las cuatro almadrabas gaditanas (Barbate, Conil, Zahara y Tarifa) se repartieron 1.097 toneladas. Si el Gobierno mantiene el mismo criterio para las diferentes pesquerías del país, las almadrabas podrían rondar las 1.400 toneladas, una cifra que se acercaría bastante a las 1.500 de que disponían antes de que arrancaran las restricciones.
El problema es que no todo el mundo está contento con su cuota. Por ejemplo, la flota canaria, que antes se conformaba con el fondo de maniobra, ahora quiere cada vez más derecho de cuota de pesca, y lo mismo ocurre con otras pesquerías que no tienen derechos históricos sobre el atún. Pero ahora el atún se paga a precio de oro. Y, al contrario de lo que ocurría hace unos años, hay pesca abundante. Sin embargo uno de los problemas estriba en que no es lo mismo una tonelada de atún en el Cantábrico, con ejemplares que pesan 60 kilos, que en Cádiz, con grandes piezas que de media superan los 200 y que pueden alcanzar los 700.
Con esas 300 toneladas más que pueden obtener, las almadrabas de Cádiz incluso podrían permitirse el lujo de no tener que comprar cuota a otras pesquerías como han hecho en los últimos años para que su negocio fuera rentable. Durante la última década, las campañas prácticamente intentaban mantener la viabilidad de la almadraba y de los puestos de trabajo, en mar y en tierra. Esta subida que se prevé cercana al 30% posibilitará que haya una labor de gestión, cuando antes era meramente de recuperación.
A la última reunión del ICCAT fueron los almadraberos con la sensación de que todo el pescado estaba vendido y que la subida sería de un 20% como máximo. Para Marrakech las expectativas son buenas, las mejores de los últimos años. Así que si nada se tuerce es posible que la costa de Cádiz vuelva a hervir con los aletazos del rey del mar.
Guía de buenas prácticas para el atún congelado
Aunque países como Francia o Alemania pretendían que se prohibiera la comercialización de atún congelado en el propio mar, las últimas reuniones parece que han fructificado y que la sangre no llegará al río. La idea que han puesto sobre la mesa desde la Secretaría de Pesca y los empresarios del sector es crear una Guía de Buenas Prácticas en la que se exprese claramente que de la buena conservación del producto son responsables todos los integrantes de la cadena, y que si alguien falla sea castigado de manera individual. Además se pide a los inspectores que reserven el congelado a -18º para consumo normal y el congelado a -9º para conservas.
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