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Malas perspectivas para la industria naval

Los comités de Navantia anuncian movilizaciones ante la falta de carga de trabajo a partir de septiembre

  • CCOO exige a la SEPI que cumpla el plan estratégico y reactive los barcos asignados a la Bahía

El astillero de Navantia en Puerto Real.

El astillero de Navantia en Puerto Real. / Jesús Marín

Los astilleros de la Bahía de Cádiz anuncian movilizaciones ante la falta de carga de trabajo que sufrirán a partir del mes de septiembre, al entrar en la fase final los programas eólicos asignados a Puerto Real y finalizar el corte de chapa para las corbetas de Arabia. A esta situación se agrega la pérdida de los contratos de reparación de cruceros en el astillero de Cádiz como consecuencia de la pandemia de coronavirus. 

"Esta vez nos encontramos con que la bajada de la carga de trabajo es simultánea en los tres astilleros, algo que no hemos vivido en muchos años, y que puede llevarse por delante a la industria auxiliar", ha señalado el secretario general de Industria de CCOO-Cádiz, Jesús Serrano, en una rueda de prensa conjunta con los presidentes de los comités de San Fernando y Puerto Real, Jesús Peralta y Marga Forné, respectivamente, y Antonio Flores, miembro de la sección sindical de CCOO en el astillero de Cádiz, cuyo comité está presidido por UGT. 

Los tres centros de trabajo se enfrentan a que a corto y medio plazo no hay nuevos contratos a la vista, una situación que preocupa al sindicato por la coincidencia con la crisis en el sector aeronáutico y la dependencia que tiene la industria naval de las subcontratas, que asumen hasta el 80% del peso de los programas en marcha, según ha indicado Serrano.

"Muchas de las empresas auxiliares trabajan en el sector naval y en el aeronáutico. Antes acompasaban la bajada de un sector con otro, pero ahora no es posible", ha apuntado el responsable de Industria de CCOO- Cádiz, que ha agregado que aún no se ha cerrado el calendario de movilizaciones, pero en todo caso, no afectarán a la botadura de la primera corbeta para Arabia, prevista para el próximo 22 de julio.

Según el sindicato, la solución pasa por que la SEPI reactive la construcción del Buque de Acción Marítima de Investigación Subacuática (BAM-IS), un contrato esperado como agua de mayo en el astillero de Puerto Real, falto de encargos de construcción naval tras la entrega del último petrolero para Ibaizábal, que se celebró hace justo un año. El Plan Estratégico de Navantia asigna este programa a la factoría gaditana, que implicará la creación de unos 625 empleos y carga de trabajo para tres años y medio, según anunció la presidenta de NavantiaSusana de Sarriá, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2018.

La elección de Puerto Real en vez de San Fernando –donde se han ejecutado todos los BAM para la Armada salvo uno en Ferrol– se debe a que el contrato de las corbetas copa casi por completo la capacidad del astillero de la Isla. Precisamente, Navantia anunció en marzo del año pasado que iba a dar luz verde a los trabajos de ingeniería de este buque una vez que se difuminó la posibilidad de colaborar con el astillero francés Chantiers de l´Atlantique en la construcción de cruceros. Pero la inestabilidad política que ha vivido España en los últimos dos años, con presupuestos prorrogados desde 2018 y una sucesión de elecciones generales, ha frenado el proyecto.

Nueva familia de submarinos

El futuro BAM-ISdeberá dar servicio a la nueva familia de submarinos S-80, que Navantia fabrica en el astillero de Cartagena y cuyo desarrollo acumula un notable retraso. Sustituirá al Neptuno, un barco construido en 1975 y que se encuentra al final de su vida útil, en la función de operar como buque de salvamento y apoyo en las operaciones de rescate de submarinos. La Armada anunció en noviembre de 2017 que necesitaba un barco de estas características ante la evidente obsolescencia del Neptuno.

Al BAM-IS se unirían más adelante los ferris para el Ejército de Tierra TLET (buque de Transporte Logístico Ecológico y Trivalente) para transporte de personal y material, que aportarían otro millar de puestos de trabajo.

"Y no nos olvidamos de que una parte importante de este sector que ha desarrollado obra civil y que dentro del mercado internacional hay ahora oportunidades para ofertar en los petroleros. Parece que el Gobierno no está tratanado con cariño al sector. Vamos a ir a movilizaciones para que ese plan industrial se ponga en marcha", ha incidido Serrano.

El astillero de Puerto Real es el que se encuentra en una situación más difícil, según ha expuesto la presidenta de su comité, Marga Forné. La principal actividad de Puerto Real en estos momentos es la finalización de tres contratos relacionados con el negocio off-shore. En agosto celebró el acto de corte de la primera chapa de una plataforma para un campo petrolífero en Noruega. Asimismo, trabaja en la construcción de 20 soportes para el parque eólico marino Moray Firth Offshore East, y en la estructura de un molino flotante para el campo Kincardine, ambos en Escocia. 

"La situación en Puerto Real es una de las peores en mucho tiempo. Ya no hay carga de trabajo y empezamos quedarnos sin industria auxiliar. En septiembre empezamos a entregar las unidades eólicas en marcha y en noviembre se prevé un vacío tal que saldrán 1.000 personas y nos quedaremos sólo con la plantilla y la industria auxiliar de mantenimiento", ha resaltado Marga Forne, que ha incidido en que "si se hubiera cumplido el plan industrial ya estaríamos cortando chapa de los buques a los que se había comprometido la SEPI".

En ese sentido, la presidenta del comité reclamó a la empresa que apueste también por la construcción de buques civiles, como los petroleros, que "son capaces de llenar el astillero con 3.000 personas en tres meses". "Pero hay que hacer una buena gestión económica porque hay que contratar a precios de mercado", ha resaltado Forné, que ha aludido a la posibilidad de que la SEPI emplee la inyección de 10.000 millones de euros aprobada por el Gobierno para rescatar a empresas de sectores estratégicos en equilibrar las posibles pérdidas de estos programas.

En el caso de San Fernando, su perspectiva es algo más favorable debido a que todavía está en marcha el programa de las corbetas para Arabia, aunque la coyuntura empezará a cambiar en breve. "A mediado de septiembre se acaba la quinta corbeta y en once meses no hay ninguna chapa que cortar en el astillero, con lo que 400 personas se van fuera", ha señalado el presidente del comité de la factoría isleña, Jesús Peralta. "En unos meses la situación sí será crítica. En el momento que se vayan las 2.400 de las subcontratatas nos quedaremos 800 trabajadores de plantilla con los brazos cruzados", ha apuntado Peralta. 

En cuanto al astillero de Cádiz, la parálisis del sector de los cruceros ha llevado a que se caiga la programación de reparaciones de un año que se avecinaba histórico por la carga de trabajo. "Ahora mismo sólo tenemos el 'Solitaire', una fragata en octubre y la reparación del Juan Carlos I", ha señalado Antonio Flores, miembro de la sección sindical de CCOO en la factoría de la capital. 

"Exigimos a la empresa intentar recuperar otros nichos de mercado, como la reparación de petroleros  o gaseros, porque de cara a un futuro próximo difícilmente volverán las compañías de cruceros a hacer las obras que hacían antes", ha insistido Flores.

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