Chipiona inmortaliza al campo con la escultura 'El Labrador'
La obra del escultor Sanro rinde tributo a los agricultores en una glorieta que se convierte en símbolo del esfuerzo rural
El acero de los arados se convierte en arte para honrar la dignidad del trabajo agrícola
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Chipiona/Chipiona ha querido mirar a sus raíces y rendir un sentido homenaje a quienes, con esfuerzo y tesón, han hecho florecer su tierra. Este lunes se presentó oficialmente la escultura “El Labrador”, una imponente obra de más de dos metros de altura forjada a partir de más de 700 cuchillas de acero de arados, con la que el escultor jerezano Sanro (Manuel Sánchez Quirós) rinde tributo al trabajo del campo andaluz, y en especial al de los agricultores chipioneros.
La escultura ha sido ubicada en la Glorieta de los Agricultores, en la confluencia de la Avenida de la Constitución, y se convierte en un nuevo símbolo para la localidad. El acto de presentación estuvo presidido por el alcalde Luis Mario Aparcero Fernández de Retana, el concejal de Cultura Sebastián Guzmán Martín, y el propio autor de la obra, quien destacó su estrecho vínculo personal con Chipiona desde la infancia. “Quería crear una obra que reflejara la dignidad y el esfuerzo de los hombres y mujeres que trabajan la tierra andaluza”, expresó Sanro durante su intervención.
Un monumento con alma de acero
“El Labrador” no solo impresiona por su tamaño, sino por su concepción: el uso del acero de antiguos aperos agrícolas no es casual, sino un gesto profundamente simbólico. El propio artista explicó que eligió este material “por la fuerza y la fortaleza que representa”, valores que asocia directamente al mundo rural. La figura no es solo un homenaje físico, sino también emocional y cultural a una parte fundamental de la identidad de Chipiona.
Durante el acto, el alcalde Aparcero anunció que esta glorieta será la primera de una serie dedicada a colectivos locales. Además, indicó que se incorporarán más elementos en el entorno de la glorieta relacionados con las labores del campo, para enriquecer este nuevo espacio público de homenaje y reflexión.
“Este Ayuntamiento tiene el proyecto de dedicar otras futuras glorietas a colectivos que trabajan por el bien de Chipiona”
Un regalo a Chipiona y al arte
La escultura ha sido donada por el artista a la ciudad, en lo que supone un gesto generoso y profundo. “Aquí planto mis raíces con esta obra”, dijo Sanro, aludiendo a sus vínculos familiares y emocionales con la localidad. No dejó pasar la ocasión de recordar con afecto al colectivo artístico de Chipiona, mencionando especialmente a Rocío Jurado, figura clave en el patrimonio cultural local.
Con “El Labrador”, Chipiona no solo suma una obra de arte a su paisaje urbano, sino que también visibiliza y honra una parte esencial de su historia y presente: el campo y quienes lo trabajan. Sanro, a través del acero, transforma herramientas de trabajo en poesía visual, despertando “las formas dormidas” que su hermano, también presente, definió como el verdadero don del escultor.
Este monumento es ya parte del alma de la ciudad. Y como tal, permanecerá —firme, brillante, y profundamente arraigado— en la memoria colectiva de Chipiona.
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