Cádiz se encuentra entre las provincias donde más subió la cesta de productos de alimentación a lo largo del pasado año, culminando de esta forma un nefasto ejercicio en cuanto a los costes que deben asumir las familias gaditanas no solo en alimentación sino también en otros servicios básicos en el día a día.

Según el Índice de Precios de Consumo, IPC, publicado por el INE, el grupo que incluye a la alimentación y a las bebidas no alcohólicas cerró 2022 con un incremento anual del 17,1% en la provincia, lo que la sitúa entre las treces con mayores subidas en todo el ejercicio.

Este incremento sitúa la cesta de la compra en Cádiz por encima, en lo referido al aumento anual, que la cesta en Barcelona y Madrid en lo relacionado con la alimentación, dos provincias con una renta per capita muy por encima a la gaditana. La diferencia es notable con Barcelona, 4,2 puntos más, mientras que supera a Madrid en 1,4 puntos.

Si nos centramos únicamente en la alimentación, eliminando las bebidas no alcohólicas, las diferencias se mantienen, con una subida en la provincia del 17,2%.

La alimentación es el único grupo de los estudiados por el INE que tienen un incremento anual de dos dígitos en Cádiz. Le siguen los restaurantes y hoteles (el primero, evidentemente, muy relacionado con la comida), con una subida en el año de 8,9%.

Tras éste vienen las bebidas alcohólicas y el tabaco, con un crecimiento del 8,5% y el mobiliario, artículos del hogar y mantenimiento, con un 8%.

En cuanto a los que han bajado están la vivienda, el agua, la electricidad y el gas, con un descenso del 6,9%, aunque en el mes de diciembre se cuantificó una subida mensual del 1,5. A pesar del descenso global en doce meses, Cádiz se sitúa entre las diez provincias donde la bajada ha sido menor. También han bajado, en este caso un 2%, las comunicaciones.

El estudio que el INE hace sobre el conjunto de los precios incluye también una división con 41 grupos más pequeños la tabla global. Ahí aparecen los alimentos de forma específica, pero también otros productos de consumo entre las familias.

Analizando todos ellos, el que mejor comportamiento ha tenido a lo largo del año que acaba de terminar ha sido el limitado a “electricidad y gas”, con un descenso que se dispara hasta el 20%, aunque en los primeros meses del año fue uno de los grupos que más subió. Si los alimentos y las bebidas (tanto alcohólicas como sin alcohol) se sitúan entre los que más han crecido, llama también la atención el incremento anual que han sufrido el grupo dedicado a “paquetes turísticos”, con una subida del 14%, junto al 11,2% en “bienes y servicios para el mantenimiento corriente del hogar” y un 10,9% en “adquisición de vehículos”. Los controles estatales en cuanto a la renta de las viviendas ha limitado a un 1,9% la subida en los alquileres de pisos.

Todo lo relacionado con la jardinería ha mantenido los precios estables, con bajadas de hasta el 6% de los servicios de telefonía.

El final de la pandemia ha llevado a muchas familias a renovar y modernizar parte del mobiliario de sus casas, para lo que se han encontrado con una subida media anual de los precios de del 7,8%.