Se prevé que Cádiz y San Fernando baldeen con agua depurada para el verano de 2026
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Poca gente sabe que Cádiz y San Fernando comparten EDAR. Y, probablemente, aún menos sepan que la depuradora se encuentra en pleno Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Ambas circunstancias son ya excepcionales cuando hablamos de gestión del agua, en una inercia en la que “cada localidad quiere tener su propio sistema”, apuntaba ayer, en el encuentro celebrado en la capital gaditana, el director general de Hidrogestión, Ramón García-Catalán. La empresa es una de las firmas que conforman el actual adjudicatario, compuesto por una AIE (Agrupación de Interés Económico) en la que también se encuentran Hidralia y GS Inima, cuyo contrató de ampliación se firmó hace unos meses. Una concesión que terminaba este noviembre, tras 25 años en vigor, y que continuará “adaptándose a la nueva normativa europea”, aseguraba Bruno García, cuyo ayuntamiento comparte junto al de San Fernando la administración de la depuradora.
El alcalde de Cádiz destacó esta voluntad de crear “espacios compartidos” en la cita sobre gestión del agua que reunió también a su homóloga isleña, Patricia Cavada; a Ernesto Sánchez, director de Desarrollo de Hidralia; a Francisco de los Santos, director del Ciclo Integral del Agua en GS Inima; y a Javier Benavente, decano de la Facultad de Ciencias del Mar. La charla estuvo conducida por el director de Diario de Cádiz, José Antonio Hidalgo.
Esta colaboración entre administraciones de distinto signo político ha sido una constante a lo largo de la existencia del servicio y un modo, también, de “evitar y solucionar problemas”, añadía Bruno García, recordando que el consistorio gaditano mantiene además, junto al de Chiclana, un proyecto de Digitalización del Ciclo del Agua, financiado con fondos Next Generation.
En este sentido, la alcaldesa de San Fernando aprovechaba para señalar que “pocas inversiones resultan más suculentas en términos de impacto en una población como las que se refieren a la infraestructura del agua. Y en ciudades como Cádiz y San Fernando, con una concentración de población altísima, una vez que el agua llega a su destino, el alcance es grandísimo”.
Otra de las excepcionalidades de esta EDAR de la que pocos saben se encuentra en el hecho de que es un ejemplo cierto de la famosa colaboración público-privada. En el inicio del proyecto, la Junta puso el montante para la mitad del proyecto y las empresas implicadas, el resto, a cambio de la concesión durante cinco lustros.
“El agua –continuó al respecto Cavada– se ve hoy día como un recurso con muchas posibilidades. Hemos pasado, además, de pensar que consumir recursos era lo normal, a pensar en cómo reutilizarlos. El agua se muestra como un recurso a cuidar y proteger, también dentro de la gestión política”.
EL PROBLEMA DE LA SUBIDA DEL MAR
Desde Hidrogestión, García-Catalán confirmaba que no sólo han cambiado las formas, "sino que el tratamiento del agua es cada vez más complejo”. El escenario que vive la EDAR conjunta de Cádiz y San Fernando es, desde luego, muy distinto del que era hace un cuarto de siglo.
Por un lado, hay que destacar la gran capacidad de la depuradora, que puede asumir la presión que supone la población flotante de los meses de verano. Por otro lado, se encuentran las problemáticas derivadas del cambio climático: “Y, trabajando con este escenario, podemos decir que los principales beneficiarios de este tipo de iniciativas son los ciudadanos”, puntualizó Francisco de los Santos.
En este sentido, el reto más importante al que se enfrenta una infraestructura de este tipo, en una geografía situada bajo o a duras penas sobre el nivel del mar, es la subida de cota del agua.
“Ahora mismo, en la Bahía de Cádiz, hay pocas zonas naturales que puedan responder de forma óptima a la subida del nivel del mar. Salinas y esteros van desapareciendo poco a poco, porque dependen de una actividad humana que se está perdiendo –explica Javier Benavente–. Actualmente, sólo tenemos problemas cuando hay tormentas muy grandes o mareas vivas, pero sabemos que este tipo de eventos van a ser cada vez más frecuentes. Muchas veces, como además suelen coincidir bajas presiones y mareas altas, la gravedad del sistema de salida de aguas pluviales no funciona”.
“Cuando hay pleamares muy fuertes –confirma Ernesto Sánchez, de Hidralia–, tenemos que elevar la salida del agua de la depuradora”. Aun así, y teniendo precisamente en cuenta la adaptación a estos nuevos factores, se puede decir que la EDAR es un “éxito a todos los niveles –prosigue Sánchez–. Un ejemplo único en España, con datos monitorizados a tiempo real por la Junta, cumpliendo los parámetros de vertido de agua depurada al mar y renovando equipos”.
La EDAR de Cádiz y San Fernando consigue producir 12 hm3, o 5.000 piscinas olímpicas, de agua depurada al año. Y tiene también, y por supuesto, su propio monstruo de las toallitas, que ha llegado a acumular 250 toneladas. Los lodos se aprovechan como fertilizante en unas 600 hectáreas de tierra, sobre todo, en la campiña de Jerez. “Aun así, aún queda camino por recorrer en lo referente a energía y consumo”, admite Sánchez.
Se baraja, por ejemplo, la opción de que el sistema genere energía, de forma que fuera autosuficiente. Siempre se comenta la posibilidad de que el agua depurada fuera apta para el consumo, “pero aún no estamos en ese punto –asevera Ramón García-Catalán–. Hay una serie de prestaciones que todavía no son posibles pero el futuro va a por ahí”.
"EN LOS 90, EL FONDO MARINO ERA UN ERIAL"
Lo que sí es una posibilidad más que tangible es el aprovechamiento del agua depurada para el baldeo de calles y el riego de jardines públicos: una posibilidad que llevan tiempo barajando los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando y que podría ser una realidad definitiva el verano próximo, de forma conjunta en ambas ciudades –pendiente sólo de la adaptación a la nueva normativa y a los vistos buenos de Sanidad y Medio Ambiente–. Un proyecto que sería por su naturaleza –con una planta modular de suministro a los camiones– único en toda Andalucía.
Francisco de los Santos abunda en la condición de servicio público que tienen este tipo de proyectos, también en su faceta de formación: “Es una planta preparada para educar a ciudadanos responsables –señala–. Por ello, programamos visitas escolares, con paneles interactivos y un recorrido especialmente pensando para ellos. Y la verdad es que les impacta bastante cuando lo ven”.
La pata didáctica es fundamental, también, desde la UCA: “Intentamos que los niños eduquen a los mayores –desarrolla Benavente–. Forma parte de esa gestión integral y colaborativa del agua de la que estamos hablando”, asegura el especialista, que recuerda cómo, a finales de los 90, el fondo de la Bahía de Cádiz era “un erial”: “La mejora en los vertidos se ha traducido en una mejora increíble en lo relativo a biodiversidad, mucho más de lo que se esperaba. Hay praderas marinas que habían desaparecido y ahora se están recuperando. De hecho, por eso los ecologistas estuvieron siempre a favor del proyecto, a pesar de estar en un parque natural”.
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