El bipartidismo se queda sin aire

El bipartidismo puede que no haya muerto pero lo que nadie duda ya es que está con muchos achaques y a un paso de necesitar respiración asistida. Los datos hablan por sí solos: tanto en las elecciones europeas del año pasado como en las andaluzas celebradas este domingo la suma de votos del PSOE y del PP apenas ha supuesto en ambas ocasiones el 55% de los votos válidos emitidos en la provincia de Cádiz. Y este porcentaje global nada tiene que ver con el que se registraba hace apenas seis o siete años, cuando los dos partidos considerados grandes se disputaban el cetro provincial pero arrasando en las urnas con una suma global de votos que rozaba incluso el 90% del total.

La explicación a este acontecimiento inédito, y que no se circunscribe en exclusiva a la realidad sociopolítica de la provincia de Cádiz, hay que encontrarla en la crisis económica tan cruel que lleva azotando a España desde 2008 o 2009. Las políticas aplicadas primero por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y las ejecutadas posteriormente por el actual Gobierno popular de Mariano Rajoy han provocado tal malestar ciudadano que los electores lo han pagado con las candidaturas del PSOE y del PP en las respectivas citas electorales vividas posteriormente, fueran del ámbito que fueran.

Cierto es que en estas elecciones andaluzas el gran damnificado ha sido el PP, cuyo respaldo en las urnas ha sufrido un retroceso de 25 años al lograr el respaldo de apenas el 24% de los electores gaditanos que fueron el domingo a votar o, lo que es lo mismo, 16 puntos menos que hace tres años. Pero, al contrario de lo hubiera sucedido con total tranquilidad hace apenas una década, esa sangría de votos no ha supuesto un trasvase a la saca del PSOE, un partido que ha ganado -y con claridad- estas elecciones andaluzas pero perdiendo cuatro puntos porcentuales de respaldo ciudadano con respecto a las autonómicas de 2012 y, lo que es más significativo, con un retroceso que supera los 16 puntos porcentuales si la comparación se realiza con los resultados de las elecciones andaluzas del año 2008.

Pero hay otro dato a tener en cuenta. Las próximas elecciones que están a la vista, las del 24 de mayo, son unas municipales, es decir, unos comicios locales que tradicionalmente suelen ser los que peores resultados han deparado tanto al PSOE como al PP. Al ser unas elecciones supuestamente menos ideológicas en las que el carisma del candidato a alcalde suele ser el factor más a tener en cuenta, los electores varían con asiduidad el sentido de su voto. Ello ha permitido habitualmente que las municipales dieran siempre un oxígeno nada desdeñable a partidos como IU, PA o formaciones independientes. Si esto vuelve a repetirse en mayo, la caída del bipartidismo a los infiernos ya sería casi irremediable.