El toro de Resurrección apenas deja heridos pese a la masiva asistencia

Los astados envían a cuatro corredores al hospital en Arcos y Los Barrios aunque hubo múltiples lesionados

E. Armario / J. M. Ruiz Arcos/Vejer

05 de abril 2010 - 01:00

La tradicional suelta de astados con motivo del Domingo de Resurrección volvió ayer a abarrotar los cascos urbanos de Vejer, Paterna, Arcos, Benamahoma y Los Barrios, si bien la afluencia de visitantes, a falta de cifras oficiales desde los municipios, fue en términos generales algo menor que en ediciones anteriores. Las carreras en las calles dejaron decenas de caídas y revolcones, y varios heridos de relevancia que evolucionan en hospitales.

El encierro del Toro del Aleluya, en Arcos, dejó ayer un balance de cinco personas heridas por asta, de los que tres de ellos, tuvieron que ser trasladados a los hospitales de Jerez y Villamartín, según la Cruz Roja arcense. La suelta de los dos morlacos Expresivo y Quitapajas, de más de 500 kilos cada uno, deparó, también, otros dos lesionados afectados por caídas durante las carreras en los encierros que se celebraron en la jornada del Domingo de Resurrección. Uno de ellos, un hombre de 51 años, tuvo que ser trasladado a Jerez.

La Cruz Roja contabilizó finalmente otras 15 personas atendidas de carácter leve durante el transcurso de este evento, que congregó en las calles del pueblo serrano a miles de personas venidas de diferentes puntos de la provincia gaditana y otras zonas. Todos los heridos por cornada de toro son hombres que rozan la treintena. Los tres hospitalizados son, además, vecinos de Jerez, San Fernando y Arcos.

Éste fue el balance de una jornada festiva que arrancó sobre las doce del mediodía con la salida del primer toro que empitonó en una pierna a uno de los miembros del grupo de protección de los astados, provocándole una cornada de unos 30 centímetros. Tras permanecer más de una hora en la calle, el toro fue conducido hasta su cajón situado en la calle Gomeles.

El segundo toro del lote, que salió a la calle sobre las tres de la tarde y dio más juego, según los aficionados presentes, también dejó a su paso más incidencias teniendo como resultado cuatro heridos por cornadas, de los que dos tuvieron que ser trasladados a los hospitales cercanos. En primera instancia, los contusionados fueron atendidos por el personal sanitario dispuesto en el lugar con un hospital de campaña para primeras valoraciones.

Al margen de ello, Arcos volvió a ser uno de los centros más importantes de las sueltas con motivo del Domingo de Resurrección. Miles de personas abarrotaron el trazado de seguridad por donde toros y mozos discurrían para no perder detalle de este evento, que data del siglo XVIII y que está consolidado como un atractivo para la afición de encierros.

Para velar por la seguridad, el Ayuntamiento coordinó un dispositivo en el que trabajaron más de 200 personas. Sólo la Cruz Roja movilizó a un equipo humano de más de 100 personas. También estuvieron alerta Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil y Bomberos. El Toro del Aleluya en Arcos fue, además de espectáculo taurino, un elemento de dinamización para el sector hostelero arcense, que aprovechó el tirón para mejorar la caja de caudales.

En Vejer, el primer sobresalto de consideración se producía poco antes de soltarse el primer toro. Uno de los cohetes que se utilizan para avisar de la salida de los morlacos, por alguna deficiencia en su carga impulsora, dejó de elevarse y tomó un rumbo distinto al previsto cayendo bajo uno de los remolques, provocando la consiguiente explosión y un estrepitoso estruendo que provocó una leve quemadura a una mujer un pie y un pequeño dolor de oídos a otra, pero que no revistieron mayor importancia, según apuntaron fuentes municipales.

El primero de los astados, Manteador, con un peso aproximado de 521 kilos, tuvo que tomar el relevo de Aceitunero, que sufrió un percance en el campo y no pudo acudir a su cita. Así el que iba a ser el segundo de los toros fue el primero en salir al medio día y en dar un buen espectáculo con varios recorridos completos de ida y vuelta, lo que permitió a los presentes disfrutar del festejo. Su culminación en la calle tuvo un broche inesperado, ya que el propio morlaco se adentró sin apenas esfuerzos en el cajón que le había servido de transporte, lo que levantó los aplausos de los presentes en la Plazuela.

El segundo de los astados, que servía de reserva, salió a las cuatro de la tarde y sólo completó un recorrido de ida hacia la barriada de San Miguel permaneciendo en ella casi la totalidad de la hora estipulada, por lo que aburrió al numeroso público congregado a esa hora en azoteas, balcones, terrazas y remolques.

Desde el Ayuntamiento, su alcalde, Antonio Jesús Verdú (PSOE), destacó la falta de incidencias así como la alta presencia de público, sobre todo al cierre de la fiesta en las calles Juan Bueno y La Hoya, donde se permitió a los bares de copas poner barras y música en la calle, lo que hizo concentrar a los más jóvenes. Sin embargo, otros comerciantes han lamentado que este año los asistentes sean menos que en ocasiones anteriores y que apenas hayan consumido refrescos o bocadillos a la venta. Desde la organización de este festejo han destacado el trabajo de los recortadores, un grupo de seis jóvenes llegados desde Castellón que con sus quiebros y maestría han sabido llevar a los toros, así como evitar en más de una ocasión cogidas, dado que estaban siempre al quite de cualquier embestida de los animales.

En Paterna de Rivera, la fiesta del toro del Aleluya se desarrolló también sin incidentes en la suelta de los tres astados por las calles Real y Alcalá. El primero de ellos fu en la madrugada del sábado al domingo, de nombre Peluquero, un morlaco de 480 kilos de peso y perteneciente a la ganadería de los herederos de Cebada Gago. Durante la jornada de ayer, Botijo y Trompetero, con un peso de 475 y 490 kilos respectivamente, se soltaron a las 13:30 y 14:30 horas, dando juego y alguna situación de peligro que los diestros participantes pudieron resolver sin ningún percance.

En Benamahoma, los encierros del Toro Enmaromado fueron limpios y muy lucidos, con los corredores arropados por asociaciones taurinas y toreros de la comarca. Hubo 3.000 visitas.

Los vecinos de Los Barrios participaron en masa en el trigésimo aniversario del Toro Embolao. Los encierros taurinos del Domingo de Resurrección en la Villa llenaron de color y animación la última jornada de la Semana Santa con tres protagonistas de excepción, los astados Bohemio, Vinagrero y Simpático, tres imponentes reses de la ganadería de Gavira que, junto a seis vaquillas, pusieron emoción a una jornada que contó con la participación de 15.000 personas.

Las únicas notas negativas la pusieron el primer toro, Bohemio, que no llegó a completar el recorrido y la cogida de una persona de unos 40 años. El herido, muy conocido en la localidad, sufrió la embestida de Bohemio en el ruedo y tuvo que ser trasladado en estado de inconsciencia al hospital Punta de Europa de Algeciras. No se teme por su vida.

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