Provincia de Cádiz

El Primero de Mayo de la incertidumbre para Cádiz

  • La provincia celebra este domingo el Día del Trabajo con un mercado laboral marcado por la estacionalidad, la segunda tasa de paro más alta de España y una recuperación que cada vez pierde más fuelle

Manifestación por el Primero de Mayo convocada en 2021 por UGT y CCOO en Cádiz.

Manifestación por el Primero de Mayo convocada en 2021 por UGT y CCOO en Cádiz. / Julio González

El Primero de Mayo vuelve a sorprender a la provincia de Cádiz en el mismo lugar: a la cola de España en la lacra del desempleo. Es cierto que la tasa de paro está muy lejos de la cota del 40% que rebasó holgadamente durante año y medio, entre el último trimestre de 2013 y el primero de 2015, intervalo en el que se alcanzó el máximo histórico (43,2% en los tres primeros meses de 2014). Pero no menos cierto es que el diferencial que separa a Cádiz del resto de España no sólo no se estrecha sino que se agranda.

La tasa de paro –que mide la proporción que suponen los trabajadores que busca empleo sobre el total de la población activa– se situó en el primer trimestre de 2022 en el 26,3%, prácticamente el doble que la media española (13,6%) y el triple que en el País Vasco. “Es una realidad insufrible y un caldo de cultivo para la despesperación de las personas”, insistió la secretaria general de CCOO-Cádiz, Inmaculada Ortega, en la presentación de las movilizaciones del Primero de Mayo el pasado miércoles.

El modelo económico basado en la estacionalidad del sector servicios se ha exacerbado tras la pandemia. La gráfica del empleo en la provincia de Cádiz sigue un modelo de dientes de sierra, alcanzando su cima en el tercer trimestre, coincidiendo con la temporada alta turística, para volver a caer en el invierno y tocar fondo en el arranque del año.

El pasado verano se cerró en Cádiz 24.600 puestos de trabajo, escalando la ocupación hasta las 454.600 personas con empleo, según la Encuesta de Población Activa. Desde el verano de 2008, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, no se registraba una cifra tan alta de personas con empleo en la provincia de Cádiz.

Pasada la euforia del verano, llegó el frenazo. La economía gaditana destruyó 29.300 empleos en el cuarto trimestre del año pasado, descendiendo la ocupación a un total de 425.300 personas. Hay que retroceder hasta el año 2012, en plena crisis del euro, para encontrar una cifra tan negativa de destrucción de puestos de trabajo en un cuarto trimestre. Pero es que el año nuevo no ha sido mejor. Cádiz perdió otros 15.300 puestos de trabajo, cayendo la ocupación a 410.000 personas. En otras palabras, el mercado laboral perdió uno de cada diez empleos en apenas seis meses.

Uno de los objetivos de la reforma laboral que entró en vigor el pasado 30 de marzo es precisamente reducir la temporalidad del empleo. Aunque todavía es pronto para comprobar si es efectiva, sus primeras consecuencias ya se reflejaron en los datos de contratación del pasado mes de marzo, cuando se firmaron en la provincia 11.170 contratos indefinidos, el máximo histórico en un solo mes. Así, la tasa de temporalidad acumulada en el primer trimestre se redujo al 83%, cifra inédita en Cádiz.

Otra de las debilidades del mercado laboral provincial es la brecha de género. La tasa de paro de las gaditanas (31,7%) es diez puntos superior a la de los gaditanos (21,1%) y no es un dato coyuntural, sino que se repite trimestre a trimestre. La peor inserción laboral de las mujeres también se evidencia en la tasa de actividad, que mide el porcentaje de población que trabaja o busca colocación en relación con la población de más de 16 años. Mientras que en los hombres roza el 60%, en las mujeres se reduce al 46,6%.

Frenazo económico

A principios de año, se anticipaba una fuerte recuperación del empleo a partir de primavera aupada por el turismo, una vez normalizada la crisis sanitaria. Analistas Económicos de Andalucía, el servicio de estudios de Unicaja, estimaba que el Producto Interior Bruto de Cádiz crecería este año un 5,7%, dos décimas de la media andaluza.

Este escenario ha saltado por los aires a consecuencia de la inflación, que ha llegado a cotas inéditas en tres décadas, y de los efectos de la guerra de Ucrania, que pueden golpear aún más a los precios de la energía si Rusia corta definitivamente el flujo de gas y petróleo a la Unión Europea, a la par que ralentizar el turismo internacional en el que buena parte del sector provincial ha puesto sus esperanzas para el próximo verano.

El pasado viernes, el Instituto Nacional de Estadística publicó que el PIB de España apenas creció un 0,3% en el primer trimestre de 2022, frente al 2,2% del final de 2021, por el frenazo del consumo de los hogares, que sufrió la mayor contracción desde el confinamiento.

A renglón seguido, el Gobierno se vio obligado a revisar a la baja su cuadro macroeconómico, y la previsión de crecimiento para este año pasó del 7% anunciado inicialmente a apenas el 4,8%. Es más que previsible que el próximo boletín de Analistas Económicos de Andalucía, que se publicará a mediados de mayo, ya recoja un tijeretazo a las previsiones económicas de la provincia.

Estas cifras implican para Cádiz un auténtico jarro de agua fría, cuya economía es muy dependiente del consumo por su relación con el turismo. Cádiz, al igual que Andalucía, ha tendido tradicionalmente a exacerbar los ciclos económicos. En los momentos de crecimiento, el PIB avanza con más vigor que la media autonómica, para caer con más intensidad en las fases de contracción.

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