Navantia Puerto Real ha finalizado la reparación del buque Juan Carlos I con varios días de antelación sobre el calendario previsto. El navío ha abandonado el dique seco del astillero este sábado tras una varada de más de un mes de duración.

Durante la estancia en el dique se han llevado a cabo diferentes labores de mantenimiento, entre las que destacan la inspección de las hélices Azipod, que son su sistema de propulsión, y la revisión del resto de equipos y sistemas de la obra viva (parte del barco que permanece sumergida en el agua) que requieren necesariamente de una estancia en dique seco para poder acceder a ellos, como son las aletas estabilizadoras, las hélices empujadoras de proa, las válvulas de fondo de diferentes sistemas; así como un pintado completo del buque.

En esta ocasión, y a diferencia de las anteriores en las que el buque efectuó la varada en los astilleros de Navantia en Cádiz, el barco entró en dique por primera vez en el astillero de Puerto Real, lo que ha conllevado el hito histórico del su primer paso bajo el puente de la “Constitución de 1812”.

El Juan Carlos I es un portaaviones LHD (para el aterrizaje de helicópteros) con base en Rota. Según la Armada, es el mayor buque de guerra construido en España, con 231 metros de eslora y 32 de manga, y entró en servicio en 2010.

Después del Juan Carlos I, se iniciarán los trabajos de reparación del Carnival Victory, dado que la preferencia de los trabajos para la Armada están por encima de todos, tal y como exige el cumplimiento de una serie de acuerdos firmados con el Ministerio de Defensa. Precisamente, este crucero fue trasladado hace unas semanas a un muelle del astillero de Navantia Cádiz al objeto de dejar espacio libre en la dársena de Puerto Real para poder sacar para trasladar la estructura flotante que para el parque eólico Kincardine y facilitar la entrada del Juan Carlos I en el astillero.