Médico en el hospital de Puerto Real... y en la Infantería de Marina

La Infantería de Marina tenía tomado esta semana el dique del buque Juan Carlos I. Sus vehículos todoterrenos Vamtac se preparaban para el desembarco próximo en el Retín, y sus más de 700 efectivos, con prácticamente todas las unidades del Tercio de Armada, se ponían a punto para entrar en acción en el ejercicio Flotex, que se desarrolla hasta el próximo día 5 de noviembre en aguas de Cádiz y el campo anfibio barbateño.

Esperando ya su momento para salir hacia playa en una de las primeras lanchas de desembarco, estaba uno de esos vehículos versión ambulancia con su equipo médico. “Los infantes de Marina son gente sana pero, aunque la seguridad es extraordinaria, realizan actividades de riesgo”, contaba uno de ellos, el médico alférez Julio Egido, uno de los muchos gaditanos que sin duda forman parte de los 3.600 efectivos en estas importantes maniobras.

Egido no es militar profesional pero sus ganas de ayudar le han llevado a ser parte también de las Fuerzas Armadas como reservista. “El trabajo mío al fin y al cabo es el mismo y los médicos escasean aquí también”, explicaba el sanitario que tiene su trabajo como jefe de servicio en Urgencias del Hospital de Puerto Real tras distintas responsabilidades en el SAS y que ha cambiado la bata blanca por el uniforme durante dos semanas.

¿Cómo se animó a dar este paso? “No lo había pensado nunca, pero soy una persona muy inquieta y mi mujer me comentó lo de hacerme reservista como otra manera de ayudar y está siendo una experiencia maravillosa, te reciben como uno más”, contaba.

Y eso que no es fácil compatibilizar trabajo, familia y ahora esta nueva vocación, reconocía. Se presentó en 2019 a la convocatoria que suele salir cada año, hizo el curso de 15 días necesario en la Escuela de Suboficiales de San Fernando y es la segunda vez que recibe la llamada de las Fuerzas Armadas para su activación, siendo uno más en un ejercicio con el que la Armada vuelve a hacer simulaciones reales con todas las unidades presentes tras haber estado limitadas por la pandemia del covid 19.

El médico del Clínico es uno de los dos del equipo, junto a enfermeros y a otros sanitarios, en el buque Juan Carlos I, que tiene el suyo propio pero para una dotación habitual de unas 300 personas, y en estos días han llegado ser hasta mil conviviendo en el buque insignia de la marina española, recordaba el alférez.

“Aquí se hacen actividades de riesgo pero además también te puedes torcer un tobillo por las escaleras del barco o se producen muchos mareos. Porque aquí todos nos mareamos, son muchos días”, confesaba el doctor gaditano en un día que empezaba a soplar fuerte el levante.

Además, a su vez tendría un papel dentro de la historia y escenario ficticio de las maniobras, en las que España tiene que llevar a puerto seguro a un contingente de cascos azules de la ONU que estaban destinados en Larland, un estado fallido que ha pedido ayuda de la comunidad internacional. Con la ambulancia formarían parte del desembarco en la playa y quedarían establecidos en un puesto en la zona para actuar, por ejemplo en la atención de heridos o rescates.

A la vuelta de Retinia, nombre en clave del campo del Retín, Egido volverá al hospital puertoarreleño.