Medallas del Día de la Provincia de Cádiz: Luces en medio de la oscuridad
El Circuito de Jerez, los chefs Ángel León, Juan Luis Fernández e Israel Ramos o el Defensor del Pueblo Andaluz Jesús Maeztu, son distinguidos por la Diputación de Cádiz
La ceremonia, celebrada en el salón regio del Palacio Provincial, se aplazó nueve meses por la pandemia y ha estado marcada por el protocolo anti-Covid
"¡Disípate, oh noche! ¡Poneos, estrellas! ¡Al alba, yo venceré!" Parafraseando al célebre aria Nessun Dorma de la ópera Turandot, la presidenta de la Diputación, Irene García, ha resaltado la esperanza que suponen para Cádiz los valores que representan las personas y entidades que han sido galardonadas este lunes con las medallas de la provincia de Cádiz. El Circuito de Jerez, los chefs Ángel León, Juan Luis Fernández e Israel Ramos, Autismo Cádiz o la cooperativa La Pastora de Grazalema se encuentran entre los distinguidos, así como el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, que ha recibido el título de Hijo Predilecto de la provincia.
"Necesitamos luces y referencias mientras permanecemos cercados por tanta oscuridad", ha señalado Irene García en el discurso con el que se ha cerrado un acto atípico, celebrado con nueve meses de retraso en el Salón Regio del Palacio Provincial. El evento estaba programado para el pasado 19 de marzo pero el estallido de la pandemia y la imposición del confinamiento forzaron su aplazamiento.
El coronavirus también ha determinado el formato del acto, ya que el acceso se ha restringido a la presidenta y los dos vicepresidentes de Diputación; los portavoces de los grupos representados en la Corporación provincial; y una persona y un acompañante por cada trayectoria distinguida. Con esa previsión el aforo se ha reducido sensiblemente, limitándolo a una tercera parte de su capacidad para garantizar la distancia de seguridad.
"Son condiciones claras de excepcionalidad, que no son las que nos hubiera gustado. Pero la puesta en escena de esta ceremonia es apenas una anécdota, sobre todo ante una crisis sanitaria que le ha costado la vida a más de 500 gaditanos y gaditanas", ha insistido Irene García. "En esta ocasión queríamos rendir homenaje a quienes desde su cometido diario representan a una provincia que rompe barreras, que se reinventa a sí misma y que hoy debe rearmarse a partir de sus virtudes y de la defensa de unas potencialidades que son nuestra principal esperanza", ha resaltado.
Virtudes como ser "una tierra abierta que sabido sobreponerse a barreras", encarnada encarnada en La Línea de la Concepción, cuyo alcalde, Juan Franco, ha recogido la distinción por la celebración del 150 aniversario de su fundación. En el caso del Circuito de Jerez, demuestra que la provincia "ha sabido ganarse un prestigio en la organización de eventos de carácter internacional".
Los chefs Ángel León, Juan Luis Fernández e Israel Ramos son "exponentes de una gastronomía impecable e innovadora, reconocida internacionalmente", tal y como reconoce el acuerdo del Pleno de la Diputación en el que se nombró el listado de galardonados. Entre los premiados también tiene cabida la gastronomía más tradicional con nombre de mujer como Teresa Montero Cruz, cofundadora de la venta El Soldao y que ya recibió en 2010 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
La provincia también tiene grabados en su ADN los valores de solidaridad y compromiso con los más débiles. Así lo demuestran las distinciones a Autismo Cádiz, por su entrega de cuatro décadas para atender a personas con trastorno del espectro autista, y a Elizabet Acosta del Río, emprendedora dedicada a la actividad deportiva y a la atención a las personas mayores, e impulsora del programa Vida Saludable, que desarrolla el Ayuntamiento de Algeciras.
El esfuerzo y el "amor paterno-filial", en palabras de Irene García, no tienen mejor representación que Juan José Lucero Domínguez y su padre, Juan Lucero Medina. Juan José se ha convertido en un ejemplo de superación frente a su movilidad reducida al graduarse en Matemáticas y Educación Primaria en la Universidad de Cádiz. Y ese hito no habría sido posible sin su padre, que se convirtió en su acompañante diario en las aulas.
Cádiz también le debe mucho a "los pioneros y pioneras en la construcción de una sociedad más justa" en sectores "tradicionalmente masculinizados". Esa deuda se ha contraído con mujeres como Manuela Leal Sánchez, la primera patrona mayor de la historia de la Cofradía de Pescadores de Conil; Amelia Romero de la Flor, elegida dos años consecutivos como segunda mejor jugadora de fútbol sala del mundo y que no pudo acudir al acto al estar concentrada con la selección española; o la cooperativa La Pastora de Grazalema, promovida por tres emprendedoras y que se ha convertido en una referencia en la elaboración de quesos tradicionales. También se representa en la cantaora sanluqueña Laura Vital Gálvez, con más de treinta premios nacionales en su bagaje.
"Y no puede haber igualdad sin justicia. Por eso traemos hoy el recuerdo a Dionsio Aretxabala Ulazia", ha señalado la presidenta de la Diputación. Dionisio fue un marinero vasco ajusticiado en 1936 en Cádiz en el golpe de estado y enterrado en una fosa común en una fosa del cementerio de San José, en Cádiz. Sus restos fueron sometidos a pruebas de identificación genética, con resultado positivo, por lo que fueron entregados a sus familiares. El reconocimiento como Hijo Predilecto de Cádiz ha sido para el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, nacido en Medina Sidonia en 1943 y que ha sido el encargado de hablar en nombre de todos los premiados.
Maeztu ha iniciado su alocución recordando a las víctimas del coronavirus. "La pandemia ha cambiado nuestras vidas. Pero confío en que este acto sirva de mensaje de esperanza y más pronto que tarde, volvamos a la ansiada normalidad", ha resaltado. Tras glosar a todos los galardonados, de los que dijo que representan "los valores y méritos de esta tierra", el Defensor del Pueblo Andaluz ha confesado estar "reconfortado, y por qué no, un poco acharado" con su distinción como Hijo Predilecto de la provincia.
En su intervención, ha recordado la huella indeleble que le ha dejado la década en la que pasó por el Cerro del Moro, adonde llegó en 1969 como párroco. Años duros de represión sindical y lucha obrera en la que convivió con las privaciones de un entorno abandonado por los poderes públicos, pero también fue testigo de la solidaridad entre los vecinos ante los infortunios.
"Toda esta dolorosa y hermosa experiencia marcó a fuego la que luego ha sido mi norma de conducta hasta hoy: cuando no se sabe qué decisión tomar, pregunta si beneficia a los más vulnerables. Si es así, tómala porque no te vas a equivocar", ha insistido.
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