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defensa | balance de la misión del tear

Para Mali y para cualquier escenario

  • Infantes de Marina del primer contingente vuelven "satisfechos" con el trabajo realizado pero con "sabor amargo" por la pérdida de un compañero

  • "Estábamos preparados", afirman

Óscar Ledesma, Javier Cabaña, Ángel Umbría y Fernando Torregrosa, ayer en el TEAR tras la entrevista.

Óscar Ledesma, Javier Cabaña, Ángel Umbría y Fernando Torregrosa, ayer en el TEAR tras la entrevista. / román ríos

En enero una fuerza expedicionaria de Infantería de Marina partía del Tercio de Armada (TEAR) por primera vez hacía Mali. Para el teniente Ángel Umbría, de San Fernando, que entró en 2009 en las Fuerzas Armadas, la misión en el país africano era la primera. Desde ese año tampoco participaba en ninguna el sargento gaditano Fernando Torregrosa; y en 2012 fue la última para el cabo primero isleño Javier Cabaña tras estar antes en Bosnia, el mismo lugar donde estuvo en 2011 el cabo Óscar Ledesma, de Ecuador. Mali ha sido por fin la oportunidad para ellos de demostrar "que todo el esfuerzo ha servido y que realmente estábamos preparados", porque la Infantería de Marina "puede trabajar en cualquier escenario del mundo", decían tras haber formado parte del equipo desplegado en la EUTM Mali, donde han se han afanado en la protección de los instructores europeos que entrenan a su ejército.

Sin embargo, la vuelta ha tenido "sabor amargo", reconocen. Y es que el final fue "muy duro", con la pérdida del compañero Antonio Carrero, fallecido al volcar el vehículo en el que viajaba con otros infantes de marina, y al que han querido recordar especialmente en el repaso con Diario de Cádiz de lo que ha supuesto personal y profesionalmente estos cinco meses. Sin duda, ese fatal momento, que llegó cuando ya no quedaba nada para regresar a casa, entristeció a todo el contingente, marcando la misión y dejando una huella en la memoria de sus compañeros.

La EUTM Mali, a grandes rasgos, es una misión dentro de la política exterior de la Unión Europea, actualmente bajo mando del general español Enrique Millán Martínez, cuyo cometido es entrenar, asesorar y educar a las Fuerzas Armadas de Mali. Se quiere contribuir a la restauración de su capacidad militar, lo que les permitirá conducir las operaciones militares necesarias para recuperar la integridad del país y neutralizar la amenaza en el Sahel de los grupos terroristas, "el enemigo común", apuntan en el TEAR. Por eso no solamente es una colaboración, es más bien un quid pro quo porque "el enemigo (el Estado Islámico) está muy cerca y el sitio donde hay que frenarlos es allí, con lo que de manera indirecta estás garantizando la seguridad, la paz y la tranquilidad en tu país", manifiesta el sargento Torregrosa.

En Mali participan 580 militares de 26 países, de los cuales 292 son españoles. Los infantes de marina están integrados en la Compañía de Protección a los Instructores, que está bajo mando del Ejército de Tierra español y compuesta por tres secciones de la Legión y dos de Infantería de Marina, ahora pertenecientes al Primer Batallón de Desembarco del TEAR tras el relevo pero hasta hace unos días del Segundo Batallón de Desembarco.

Estos infantes han estado día a día "dando seguridad a los adiestradores europeos y a la vez a la propia base donde estaban desplegados", situada a 70 kilómetros al norte de Bamako, la capital del país. "Los adiestradores hacían una petición semanal, que me llegaba a mí, y planeábamos, según el trabajo que fueran a realizar, el número de vehículos y el personal", explica el teniente. "A veces sólo eran clases teóricas, otras prácticas. Las primeras necesitaban menos personal porque era en una zona concreta y en otras que se disgregaban nosotros también teníamos que disgregar al personal para proteger a cada uno de ellos", añadía el cabo primero Cabaña explicando una labor en la que tienen que estar en "constante alerta".

Desde los soldados al coronel de los compañeros del Ejército de Tierra les han trasmitido el magnífico trabajo que han hecho, cuenta Umbría. "Hemos tenido una cohesión casi de inmediato y he hecho buenos amigos de la Legión", dice el sargento gaditano. El caso es que muchos compañeros de la Legión no habían compartido labor con la Infantería de Marina y le han hablado de "la grata sorpresa que se han llevado con nosotros". "Los 'trainers' pudieron desarrollar el trabajo muy a gusto, porque sabían que estábamos nosotros dando la seguridad", apunta el cabo Ledesma. "Creo que con eso nos tenemos que quedar todos los infantes de Marina del TEAR. Y que si mañana sale ir a Afganistán, o Irak, y nos dejan ir a los infantes de Marina pues hay 3.000 personas que están dispuestas a trabajar por España sea donde sea", incide el teniente.

Es algo que repiten los cuatro infantes, que Mali les has servido para mostrar lo que valen. "A veces el adiestramiento se puede hacer pesado por no llevarlo a la práctica y el haber ejecutado un trabajo gracias a ese trabajo anterior te da fuerzas para seguir con ello", señala Cabaña. "Me ha servido para decir: mira, ha valido; mira, mi cuerpo aguanta y puedo seguir un poco más porque me he preparado", comenta entre gestos Ledesma, recordando las altas temperaturas que han sufrido en África con los equipos, donde no han bajado de los 30 grados y que han sobrepasado los 40.

Porque además de lo profesional, la misión lleva consigo una experiencia personal. El sargento Torregrosa dice que los malienses son gente de palabra, educados, "nunca verás a ninguno cruzarse con otro sin saludarse". Todos coinciden en que "son amables y acogedores", a pesar de la situación de pobreza y de contrastes, de las infraestructuras con las que cuentan, con un tráfico descontrolado en las carreteras. "Ver esta realidad me ha servido para valorar la suerte de tener lo que tenemos. Es absolutamente asombroso ver cómo te saludaban, te dedicaban una sonrisa", afirma el cabo. "Este tipo de misión te saca tu lado más humano", añade el cabo primero isleño.

Hoy, también con el recuerdo del soldado Antonio Carrero en cada uno de los que fueron sus compañeros y amigos, tendrá lugar en la Plaza de Armas Lope de Figueroa del Cuartel de San Carlos-Batallones de Marina una parada militar presidida por el general comandante del Tercio de Armada, Rafael Roldán Tudela. Será el recibimiento oficial, en el mismo lugar donde se rindieron las honras fúnebres, a la primera Fuerza Expedicionaria de Infantería de Marina procedente de Mali, que terminó de aterrizar en San Fernando el pasado domingo. Tras acabar con todo el traslado de material llegarán unos días de descanso para seguir con el adiestramiento que les sirva para demostrar "que podemos trabajar en cualquier escenario del mundo".

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