Daños colaterales
Esta semana comienza el juicio contra General Motors por el cierre de los concesionarios Opel en la provincia Daba trabajo a unos 150 empleados
El cierre de Delphi dejó en el año 2007 a cerca de 2.000 trabajadores directos de la provincia de Cádiz sin empleo, aunque con la esperanza de recuperarlo en un futuro cercano. Hoy, más de ocho años después, el asunto aún colea, con casi 500 de aquellos trabajadores sin solución laboral. Pero el caso Delphi no ha sido el único que ha causado daño laboral a la provincia.
Tras la marcha de Delphi, como parte del gigante de la automoción que es General Motors, se produjo otro daño colateral: el cierre de todos los concesionarios de la marca Opel en Andalucía. En el caso de la provincia de Cádiz, eso supuso el fin de la empresa Colansa, que tenía instalaciones de venta al público en la capital gaditana y en Jerez, además de un buen número de agentes comerciales. En total, unos 150 puestos de trabajo.
Como consecuencia de aquello, la sociedad se declaró en concurso de acreedores. Ahora, se ha conocido que esta misma semana, en los últimos días del mes, comenzará en el Juzgado de lo Mercantil de la capital gaditana (presidido por Manuel Ruiz de Lara) un juicio oral como consecuencia de la denuncia interpuesta por el administrador concursal de Colansa contra, ni más ni menos, que la propia General Motors.
El motivo, según ha podido saber este periódico, es "la resolución unilateral" acordada en su momento por el fabricante de todos los contatos de distribución y de reparador autorizados que tenían suscritos con Colansa. En esa demanda, la administración concursal reclama al gigante norteamericano una cantidad millonaria que, en caso de lograrse, irían a parar a satisfacer las deudas pendientes, lo que se conoce como la masa de acreedores.
Se espera que General Motors acuda al juicio con varios miembros de su bufete de abogados. Por parte de los concesionarios, está previsto también que acudan numerosos testigos procedentes de concesionarios de toda España, además de asociaciones profesionales.
Hay que tener en cuenta que la marcha de la General Motors se unió al adiós de otras marcas en todo el país, como ocurrió con Chevrolet, lo que hundió aún más a las tiendas dedicadas a la venta de vehículos.
Lo llamativo de este caso es que, mientras se dirime el futuro de quienes formaron parte de la plantilla de Delphi (encargada de fabricar las piezas de muchos de los modelos de la marca Opel), por otro lado también se discutirá en sede judicial (Mercantil) el comportamiento de la empresa matriz con quienes lograban la venta de esos productos en la provincia.
Hay que recordar que Delphi, antes de llamarse así, era General Motors y aún hoy muchos gaditanos se siguen refiriendo con el nombre de la marca norteamericana a esa planta y quienes fueron sus empleados. Cuando cerró, no tuvo apenas reparos en abonar la nada desdeñable cantidad de 120 millones de euros en concepto de indemnización para los trabajadores. Y pudo haber sido más dinero, de no llegarse al famoso acuerdo del que nació el protocolo de recolocación.
Ahora, la administración concursal de Colansa pretende que General Motors acepte resarcir igualmente a quienes trabajaban para esa marca vendiendo sus vehículos.
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