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Coronavirus en Cádiz

Coronavirus en Cádiz: Playas y turismo, el deseo contenido

  • La provincia vive del turismo en buena parte. Zonas como Conil, Vejer o Caños de Meca están pendientes de la apertura de sus magníficas playas y de sus negocios hosteleros. La mayoría de sus empresarios esperan acontecimientos mientras los arenales lucen como nunca.

Una vista general de la playa de La Laja en los Caños de Meca la mañana del pasado miércoles.

Una vista general de la playa de La Laja en los Caños de Meca la mañana del pasado miércoles. / Julio González

Desde un saliente rocoso situado bajo el parque natural de La Breña el espectáculo del Estrecho y la costa de la Janda provoca sonrisas tontas, una felicidad que se desparrama desde los ojos hacia el interior y que sería capaz de poner de buen humor a siesos y malajes. Mirando hacia poniente el Faro de Trafalgar se levanta impasible, ajeno a crisis y batallas, de batallas le van a hablar a estas aguas de corrientes traicioneras. Al fondo, los montes Atlas marroquíes, la otra columna del Hércules fundador, se divisan con facilidad en una mañana clara. Los Caños de Meca presenta un aspecto impresionante. Sus aguas, tras varios meses de parón en la actividad humana, podrían confundirse perfectamente con las del Algarve portugués o el Cabo de Gata almeriense. Tonos turquesas, verdosos, de una limpieza que aún se disfruta más en la soledad de un miércoles laborable de mayo. Esta playa barbateña es nuestra última parada. Hemos iniciado el recorrido en Conil, y hemos seguido la costa comprobando no sólo el estado de los arenales gaditanos sino hablando con hosteleros, intentando conocer sus sensaciones ante una campaña que para muchos nace muerta y que otros intentan reanimar con más corazón que convicción.

“Nosotros vivimos de la gente de fuera, de los alemanes, de los valencianos, los vascos, los madrileños… También nos visita gente de la provincia, de Jerez, Cádiz o El Puerto, pero con eso no podemos tirar. Necesitamos gente que se quede aquí, que duerma en nuestro hotel, que almuerce y se tome luego dos gintonics, tranquilo, sin un cronómetro en la mesa”. Quien así habla es José Manuel Morillo, propietario del hotel-restaurante La Breña, una delicia en plena puerta del parque natural. Su terraza está vacía. Y así permanecerá un tiempo. “Nuestra idea es intentar abrir sobre el 9 de junio, cuando se haya avanzado en las fases y pueda haber desplazamientos entre provincias. Antes lo vemos complicado. Esto requiere mucho esfuerzo, un gasto importante”, dice.

En los Caños todo está cerrado, menos la playa, claro. Nos ha cogido la marea alta e intentamos imaginar cómo se podría parcelar un lugar tan peculiar, con recovecos, acantilados y pequeñas calitas naturales. Si hace dos años el temporal Emma casi se llevó por delante la playa, ahora comprobamos que ha recuperado bastante arena. Eso sí, los bares tienen las barajas echadas. De La Jaima a La borrachería, del Mini-Golf al Pirata. Closed. Cerrado por pandemia.

Tras meses de inactividad, los arenales gaditanos lucen más bellos que nunca

En Zahora la situación no es diferente. Alberto Reyes, socio propietario del restaurante-hotel Arohaz, uno de los lugares con más encanto de la zona y con una cocina maravillosa, también piensa que hasta finales de junio no podrán abrir las puertas. “Mi intención es no hacerlo hasta el 24 de junio. Necesitamos que haya movilidad entre provincias, porque nuestros clientes en su mayoría son de fuera. El restaurante igual lo podríamos abrir antes pero tampoco queremos hacerlo precipitadamente. Hay que ser cautelosos. Es cierto que ahora mismo estamos perdiendo dinero, pero abrir y no generar caja supone tener pérdidas mucho mayores, porque ya sumas el gasto de personal, de materia prima… Nosotros nos hemos centrado en esta campaña de julio, agosto, septiembre, y si podemos llegar a octubre, viendo si no hay rebrote en el otoño, intentar alargar la temporada lo máximo posible, con un planteamiento de carta muy reconocible, hacia la cocina mediterránea”. Además, cuenta, el hotel tendrá protocolo de bienvenida de clientes y “todo lo que sea documentación y papeleo lo vamos a evita”.

Unas jóvenes se disponen a meterse en el agua para practicar surf en la playa de El Palmar. Unas jóvenes se disponen a meterse en el agua para practicar surf en la playa de El Palmar.

Unas jóvenes se disponen a meterse en el agua para practicar surf en la playa de El Palmar. / Julio González

Alberto reconoce que su restaurante 4 Estaciones de Vejer sí que esperan abrirlo antes, sobre el 12 de junio, “pero el escenario en el que nos movemos es sobre el 40% de clientela sobre el del año pasado. Este año se trata de salvar la temporada, de subsistir como se pueda, porque el invierno va a ser duro, confiando que en la primavera del año que viene haya una curva de recuperación y podamos volver a trabajar con las cifras que nos movíamos en 2015 o 2016, que sería lo que nos salvaría. No sólo pienso en salvar el negocio sino en que tenemos que hacer las cosas bien para poder generar el mayor número de puestos de trabajo posibles porque en Cádiz hay muchísimas personas que dependen de la hostelería. Empleamos a vecinos y lo que nos pasa a nosotros influye en todo el pueblo. Nos preocupa mucho eso porque hay muchas familias que lo necesitan, así que se nos une la preocupación del negocio con la que nos genera la situación de nuestros empleados”.

En El Palmar, otro gran arenal del litoral gaditano, el Ayuntamiento de Vejer está barajando medidas para poder abrir las playas con garantías que aseguren ese distanciamiento social. Entre ellas piensa delimitar zonas exclusivas para mayores o incluso hacer que algunas pasarelas sean de bajada a la playa y otras sirvan para salir de ella.

En la zona sólo están abiertas actualmente las dos pizzerías, aunque sólo durante los últimos días de la semana. Restaurantes muy reconocidos, como Casa Juan o Alférez siguen cerrados mientras ultiman sus planes de reapertura. “Cerramos todos a la vez y abriremos de la misma manera. Antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma ya cerramos las puertas porque esto se llenó de gente de fuera y hubo miedo a contagios. Hablamos entre nosotros y cerramos. Desde entonces estamos en permanente contacto, hemos tenido reuniones con el alcalde de Vejer y con alguno de sus concejales”, comentaba Antonio Rodríguez, de Casa Juan.

La mayoría de los hosteleros de La Janda esperará a mediados de junio para la reapertura

Entre las medidas que se barajan por parte del Ayuntamiento de Vejer están las pulseras de diferente color que se entregarían por parcelas, aplicaciones para reservar las parcelas antes de llegar a la playa y cosas que los hosteleros consideran inviables. “¿Quién controla la parcelación, y quién controla las horas, las pulseras, el aforo?”, se preguntan.

El Consistorio vejeriego está estudiando habilitar un baño público en la zona del Pájaro Verde. Los hosteleros están insistiendo en que se haga porque “si encima tenemos que abrir los baños de los restaurantes para los usuarios de las playas sería tremendo. Y todo esto a cuenta gotas, porque cada vez que salga un cliente hay que limpiar. Se formarían colas entre la gente de la playa y nuestros propios clientes”, comentan.

Los contenedores de basura se van a cambiar de ubicación, porque en la playa están prohibidos. “Se van a intentar colocar las papeleras grandes arriba de las pasarelas”, dicen. Protección Civil, Cruz Roja, Policía Local y Guardia Civil serán los encargados de controlar El Palmar, que el pasado miércoles presentaba un aspecto hermoso pero vacío, con apenas algunos surferos intentando coger olas en un mar como un plato. A los hosteleros les preocupa la cuestión del aforo sobre todo. “Habrá días que la playa esté completa y no podrá bajar nadie más”. Entonces puede haber problemas.

Por todo esto, Antonio Rodríguez decía que de momento van a esperar para poder abrir “a mediados de junio. Intentaremos potenciar la terraza de arriba, con platos fríos, arroces y cosas así. Todo para intentar salvar una campaña que se presumen dura”.

Jinetes paseando a caballo por la playa de La Fontanilla, en Conil. Jinetes paseando a caballo por la playa de La Fontanilla, en Conil.

Jinetes paseando a caballo por la playa de La Fontanilla, en Conil. / Julio González

En idéntica situación que en El Palmar están en Conil. Los hosteleros de zonas tan concurridas como la playa de La Fontanilla prefieren ir paso a paso. Bartolo, del restaurante Francisco La Fontanilla, lo tiene claro. “Por las condiciones de mi negocio tenemos que abrir con al menos 17 personas trabajando, incluso alguna más. Atendemos una gran terraza, el comedor interior y también la barra. Lo que no podemos es dar peor servicio ni arriesgarnos a que haya un rebrote y tener que volver atrás. Estaríamos hablando de pérdidas de mil euros al día, una situación insostenible en el tiempo. Ahora mismo sabemos que la campaña está casi perdida, pero preferimos esperar un poco, hasta mediados de junio, para ver si los hoteles abren y comienza la circulación entre provincias”, dice.

La Fontanilla luce impecable este año. Al igual que La Fuente del Gallo, donde nuestra visita coincide con el inicio del montaje de su chiringuito. En La Fontanilla, Melchor, propietario del chiringuito Feduchy Playa, también comenta que de momento van a esperar. “Nuestra idea es abrir a mediados de junio, cuando esta situación se vaya aclarando un poco, porque ahora mismo hay mucha indecisión”.

Y es que establecimientos como los hoteles Fuerte traen cada año a Conil a miles de personas que llenan sus playas. “Sin los turistas no podemos mantener el negocio. Las noches en esos casos son muy flojas y así es complicado”. Se avecina un verano tan duro como el invierno.

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