La casualidad, quizás, quiso que ayer, en tiempos de crisis severa, subieran al escenario del Teatro Moderno para ser distinguidos por sus conciudadanos cuatro personas (Ana Bernal, Juan Llull, Rafael Baro y Jaime Moll) cuyo tesón, ilusión, esfuerzo y fe hizo posible que, en tiempos de vacas flacas y bicicleta, la localidad cobrase un impulso decisivo para crecer en riqueza económica, empleo, cultura, arte y derechos tan fundamentales como el del acceso a una vivienda digna. Un espíritu de entrega al que, de forma distinta, apelaron los portavoces de los grupos municipales y el propio alcalde en sus discursos del Día de Andalucía como la mejor fórmula para capear una crisis con lecturas y responsables bien distintos para unos y otros.
Fue José Maria Román el que hizo una referencia más acusada a ese espíritu emprendedor de los chiclaneros y de los homenajeados para, "desde la capacidad que tenemos y que nos ha llevado a ser lo que somos, superar, con toda seguridad, un momento crítico y para el que no vamos a contar con el auxilio de nadie".
"Es momento de tirar todos a una" señaló, por su parte, Ernesto Marín (PP). Un mensaje, no obstante, que lanzó tras tildar la situación de "preemergencia nacional" y criticar el "falso positivismo y los mensajes falsos que no se ajustan a lo que está ocurriendo ". Más crítico fue Guerrero (PA), que lamentó el papel de Cenicienta de Andalucía. Capacidad y coherencia reclamó Ángeles Polanco (PSA) para, "desde la defensa de lo andaluz", mostrar "nuestra capacidad para salir de la actual situación y demostrar lo que valemos". Finalmente, Nadine Fernández (IU) reclamó una izquierda "renovadora y luchadora" para Andalucía.
Señalar que, tras el izado de banderas, José Pedro Butrón y José Antonio Blanco, aún ediles no adscritos, optaron por ausentarse.
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