AllergApp: una aplicación para gestionar crisis alérgicas diseñada en Cádiz

Seguramente, respecto a las alergias, la pregunta es qué pasa ahora y qué pasaba antes. Por qué hoy se dan tantos casos y antes no: ¿va con el estilo de vida, o es que en el pasado ocurrían pero no se registraban, y morirse un shock anafiláctico era morirse de un arrechucho, de un mal de ojo, de un mal espíritu, de aires adversos, de sangre débil?

“Pues, realmente, las alergias alimentarias afectan en torno a un 5% de la población infantil –indica el alergólogo Antonio Letrán–, aunque síntomas de alergia respiratoria en España, por ejemplo, los presenta hasta un 25% de la población y se considera que, en 2050, la mitad de los habitantes serán alérgicos”.

Para el especialista, este aumento de las afecciones alérgicas está relacionado con el “estilo de vida, el estrés, el tipo de alimentación... Y luego está la teoría de la higiene, el exceso de limpieza, o el dar menos el pecho: todo eso hace que el sistema inmunológico se tenga que ‘entretener’ con las alergias. Es una teoría, claro, pero es cierto que en las poblaciones amish, por ejemplo, con un estilo de vida más rural, más como antiguamente, en contacto con la naturaleza, los cultivos, las vacas... la frecuencia de alergia es mucho más baja que en los pueblos que los rodean”.

Letrán trabaja como alergólogo entre Jerez y Cádiz, en el HLA La Salud. La iniciativa para desarrollar AllergApp La iniciativa para desarrollar AllergAppllegó a partir de una reacción a los frutos secos que había tenido la hija de un amigo. Tras el susto y el miedo a la reacción, que es lo habitual en este tiempo de episodios, “recordé que precisamente este amigo, José Carlos Toajas, había desarrollado una aplicación interactiva de corte turístico y pensé que lo mismo se podría hacer algo similar con este tipo de escenarios: una opción que sería muy interesante porque, por mucho que sepas lo que tienes que hacer ante una reacción, lo normal es que te bloquees”.

Así que ambos decidieron unir conocimientos para poner en marcha AllergApp: una aplicación que ayuda a los pacientes alérgicos –o, más bien, a quienes les rodean– a controlar y recordar qué hacer en cada episodio.

Allergapp actúa, pues, como un “gran alivio ante la duda terapéutica. No sólo por los nervios del momento que decíamos sino porque muchas familias tienen varios casos y pueden liarse en las dosis, los medicamentos, etc. Además –continúa Antonio Letrán– la aplicación te va a mandar cada seis minutos (el tiempo de detección de presencia de adrenalina intramuscular oscila entre cinco y diez minutos) un recortadorio, con indicaciones al respecto, hasta que el episodio esté controlado del todo”.

Un largo camino, en definitiva, “desde el cartoncito con los puntos”. Durante su primer mes de funcionamiento, AllergApp ha registrado más de mil descargas en Apple Store y Google Play. Completamente gratuita, puede consultarse en tres idiomas (inglés, español y portugués)y los datos que en ella se manejan permanecen en el dispositivo (no van a ninguna nube: una petición que habían recalcado todas las asociaciones de pacientes consultadas). Si los datos se comparten, el responsable es el propio usuario de la aplicación.

Desarrollar una aplicación de este tipo suele tener un coste de entre diez y quince mil euros y Allergapp ha sido posible gracias a una ayuda a proyectos innovadores de Alergosur.No hay, indican, ninguna industria farmacéutica detrás: “Que nosotros sepamos –añade Antonio Letrán–, todavía no existe nada igual en Europa”.

Para utilizarla, hay que crear un perfil de usuario que se fundamenta en un diagnóstico previo y la aplicación de un tratamiento según lo que se haya establecido anteriormente por el especialista. Es decir, “es fundamental tener un análisis y una terapéutica que haya puesto por escrito un profesional”. Por ello, la aplicación va preguntando cosas muy específicas. “AllergApp se basa en referencia bibliográfica, todo tiene su ficha técnica”, indica Letrán.

Además, tras cada episodio, la herramienta permite también generar un documento pdf con datos que puedes mandar “al médico de cabecera, al colegio, o a quien se quede con el niño”.

Letrán menciona aquí otro de los puntos de atención de los pacientes infantiles y adolescentes: la posibilidad de que puedan sufrir una reacción en el centro escolar, con profesionales sanitarios a los que acudir por teléfono y con los profesores para gestionar en primera instancia. El primer feedback de la aplicación, de hecho, recuerda Letrán, fue precisamente de un profesor que tenía tres alérgicos en su clase y que, gracias a la propuesta, pudo controlar una reacción alérgica con una mayor sensación de seguridad.