Cuando Carmen se hace cercana...
La parroquia del Carmen y San Marcos celebró en la víspera de la procesión su 'Oración Flamenca'
Procesión Virgen del Carmen 2025 en El Puerto: Horario y recorrido
Érase una vez cinco hermanos. Todos ellos bien criados. Todos ellos crecidos bajo una misma tradición: la devoción a la Virgen del Carmen. Su sentimiento y amor por la imagen eran tan fuertes y cercanos que para ellos ya no era la Virgen del Carmen; para ellos era "su virgencita". Ya se sabe. Las cosas que trae la confianza. La vida pasaba y ellos crecían bien, siempre con la certeza de que la Virgen Marinera guiaba sus pasos, tanto en lo bueno como en lo malo. Y efectivamente, como siempre pasa, hubo momentos en los que las cosas se pusieron feas. El padre de los hermanos, enfermo con una pancreatitis, rezaba con todas sus fuerzas desde el hospital una víspera de la procesión para conseguir salir de allí y poder acompañarla. "Usted sabe que eso es casi imposible", le decían las enfermeras. Pero los milagros existen y el patriarca pudo ver la procesión. Pero este no fue el único caso. El pasado mes de octubre una de las cinco hermanas de nuestra historia, sanitaria de profesión, tuvo que ser intervenida de urgencia por una sepsis en la sangre. "Tú te dedicas a esto y sabes lo que hay", volvieron a vaticinar los médicos. Sin embargo, cuando la incertidumbre ere más pétrea que nunca, ella nunca soltó de su mano la estampita de su virgencita. "Y Carmen volvió a obrar".
Este testimonio fue uno de los que se escuchó ayer por la noche durante la celebración de la Oración Flamenca que tuvo lugar en la iglesia del Carmen y San Marcos. Esta velada, organizada por la propia parroquia, lleva pocos años organizándose y pretende convertirse en una cita donde rendir homenaje a la virgen, "sentirse más cerca de ella" y pasar en la víspera de la procesión un ratito de rezo "antes de su cumpleaños". Sin embargo, en este evento, la oración se realiza de otra forma, mucho más cercana y espontánea, donde el verdadero protagonismo lo tienen los fieles que se acercan hasta el lugar (y que ayer fueron muchos). Ya sea con poemas o con música. "Todo aquel que tenga algo que compartir con nosotros puede hacerlo", se escuchaba al párroco Antonio Durán a través de los altavoces del templo. Nada más mágico que la espontaneidad. Nada más sincero que algo que sale del corazón de aquel que se arranca.
Durante la oración la parte musical corrió a cargo de los coros Aires de Antaño y Albariza, mientras que la poesía pregonada corrió a cargo de Rafael El Lengue con un pregón robusto donde finamente hilo de forma hérculea su devoción. "Esto parece que se va a alargar al final un poco más". Y efectivamente así fue. No todos los días se tiene un oportunidad como esa. Una oportunidad para orar de la manera más íntima posible. Porque Carmen no es solo una imagen; Carmen es consuelo. Y cuando Ella está cerca, hasta lo imposible encuentra camino.
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