Siglos de historia en el Viernes Santo portuense

Como cada Viernes Santo, en El Puerto se ha respirado una atmósfera diferente, tras una Semana Santa llena de altibajos en la que la lluvia jugó alguna mala pasada. La solemnidad de la jornada se respiraba sobre todo avanzada la tarde, cuando con apenas media hora de diferencia realizaban su estación de penitencia las hermandades de la Veracruz y Soledad y Santo Entierro, las dos hermandades más antiguas de la ciudad, con 520 años de historia la primera y 459 años la segunda.

Las mantillas, como cada año, estuvieron muy presentes en ambos cortejos procesionales.

La primera en salir a la calle fue la Veracruz desde San Joaquín. El acompañamiento musical del Paso de Misterio correspondía, por primera vez, a la Banda de Cornetas y Tambores Zoilo Ruiz Mateos, de Rota, y acompañaba al Paso de Palio la Banda de Música Arunda de Ronda.

El equipo de capataces de ambos pasos estaba formado por la familia Alejo Gallardo, y recientemente el policía local fallecido en acto de servicio Sergio Alejo Gallardo era designado capataz perpetuo de la hermandad. El pasado 10 de abril se bendecía además la imagen de un pelícano realizada en su memoria por el escultor Daniel Herrera. Esta imagen representa al pelícano hiriéndose el pecho para derramar su sangre y así alimentar a sus polluelos, como símbolo del amor de Cristo a los hombres.

En el exorno del Paso de Misterio y de Palio se mostraban lirios, ruscus, helechos y siemprevivas.

La hermandad estrenaba, además del pelícano situado tras la cruz, un juego de candelabros guardabrisas para el Paso de Cristo, el juego de ciriales y pértigas del Paso de Palio y la saya de Consolación y Lágrimas.

La Soledad lucía la Medalla de Oro de la ciudad

Media hora después de la salida de la Veracruz, a las ocho de la tarde, partía la cruz de guía de la hermandad de la Soledad desde la Basílica de los Milagros.

Por la mañana se había celebrado un desayuno de convivencia, seguido del rezo de laudes, una ofrenda floral ante los titulares y el rezo del ángelus.

La Virgen de la Soledad lucía por vez primera en una procesión la Medalla de Oro de la Ciudad con la que se distinguió a la Hermandad en 2024, en el que constituía el 390 aniversario de la realización de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

Entre los estrenos destacaba el nuevo llamador para el Paso de Nuestro Señor Jesucristo, realizado por el orfebre joyero Olmo, de Rota.El método utilizado para su realización es el moldeo y fundición a la cera perdida.

El llamador representa la fachada principal del antiguo convento de la Victoria de los mínimos franciscanos, lugar donde se fundó y radicó la hermandad hasta 1868.

También se estrenaban dos faroles entrevarales de Paula Orfebres, situados a ambos lados de Nuestra Señora de la Soledad para darle luz en su salida procesional. Por último se han adaptado los antiguos faroles del Paso de Palio por el mismo taller de orfebrería, proporcionándoles un brazo con el que se consigue que sobresalgan del paso hacia atrás para dar luz al manto y cerrar el conjunto visualmente.

Los capataces del Paso de las Escaleritas eran José Luis Navarro Marín, Pedro Navarro Marín, Roberto Castilla Romero e Iván Vega Girón, del Paso del Cristo Francisco José Jarén y del Paso de Palio Jesús Manuel Hernández.

El acompañamiento musical del Paso de Misterio correspondía a la Capilla Musical Vía-Sacra de El Puerto, mientras que en el Paso de Palio se situaba la Banda de Música de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Rota.

El Paso de Misterio presentaba una decoración con ibis y helechos, mientras que el de Palio mostraba matthiola, flor de arroz o calas.

Una jornada llena de sentimientos que deja paso ya al próximo Domingo de Resurrección.