El Puerto: Setenta y cinco años sin el Maestro Rocafull
El domingo 16 de noviembre se conmemoraron tres cuartos de siglo sin Joaquín Barba Rocafull, director de la Banda Municipal y figura clave de la cultura local en la primera mitad del XX
Cien años sin el Maestro Veneroni
En la memoria más temprana de los vecinos portuenses de mayor edad aún pervive alguien que en su día fue una célebre figura local y un garante de la cultura de la ciudad: José Joaquín Barba Rocafull, director en tres etapas, en una suma de treinta años, de la Banda Municipal de Música de El Puerto de Santa María.
El popular Rocafull -o “Rocafú”, en la peculiar fonética de los más ancianos de El Puerto- era portuense nativo, habiendo visto la luz por primera vez en el nº 6, actual 11, de la calle Alquiladores, el 23 de febrero de 1885, hijo de Manuel Barba Gómez y Dolores Rocafull Ramírez. Cinco días después es bautizado en la Prioral, con el nombre de José Joaquín Florencio.
Empezó pronto con la música, siendo su instrumento el clarinete, aunque también hay constancia de que tocó la flauta. En los primeros años del siglo XX recibió lecciones en la Academia Santa Cecilia, donde tuvo de profesor de solfeo a Domingo Veneroni, a quien acabó sucediendo en la dirección de la banda, años después. En 1903, apenas cumplidos los 18, y tras haber trabajado como tonelero en su adolescencia, ingresa como soldado raso en Infantería de Marina, en San Fernando, y al año y medio se convierte en músico militar de 3ª clase de la Unidad de Música del Tercio Sur de Infantería de Marina de la misma localidad, banda aún existente y en aquel entonces dirigida por Camilo Pérez Monllor. En algún punto de este periodo tuvo vivienda, suponemos que de soltero, en la calle Chanca nº 7 de El Puerto. En 1908 pasa las pruebas de acceso para la Banda de Música del Regimiento de Infantería de Álava Nº 56, dirigido por Alejandro Contreras y con sede en Cádiz, ascendiendo a músico de 2ª clase en 1911.
En septiembre de 1916 tomó la batuta de la Banda Municipal de Música de El Puerto"
Aunque inicia las oposiciones a 1ª clase, tiene noticia de la pronta jubilación de Veneroni y solicita su baja como militar para dirigir la Banda de El Puerto; sin embargo, la burocracia le impide estar disponible a tiempo y, tras una breve interinidad de García y García Cacho, toma la batuta de la formación de su tierra en septiembre de 1916. También en esta época es profesor de la Academia Santa Cecilia. Esta primera etapa al frente de la Banda Municipal de El Puerto dura hasta 1921, cuando es disuelta por orden del Ayuntamiento debido a desplantes de los músicos, que alegaban necesidad de mejoras, situación ésta, de las disoluciones por la negativa a tocar en respuesta a impagos, habitual en aquellos tiempos.
Volvería a la dirección de la Banda portuense en una segunda etapa entre 1924 y 1933, tras lo cual una institución privada, el Conjunto Musical Portuense, sería requerido por el Cabildo para hacer las veces de Banda Municipal; sin embargo, el estallido de la Guerra Civil trunca la continuidad de este proyecto y Barba Rocafull es requerido de nuevo, anunciándose en la Revista Portuense su nombramiento como director para reorganizar a la Banda el 8 de septiembre, día de la Patrona, de 1936. Ya permanecería en el cargo de forma continuada hasta finales de 1949, poco antes de su muerte.
De su matrimonio con María Victoria Ramírez nacieron ocho hijos, de los que solo una vive aún"
Se había casado en 1909 con María Victoria Ramírez Delgado, y tuvieron ocho hijos, que, ordenados de mayor a menor edad, eran Ángeles, Maruja (fallecida en 2017 a los 104 años), Dolores, Milagros, Victoria, Gloria, Alberto (el único varón que llegó a adulto, fue músico en la Banda de su padre) y Purificación Concepción (la única que aún vive, en Granada, de 94 años); también tuvo otros tres varones fallecidos cuando eran muy pequeños, tragedia frecuente en la época. Para alimentarlos a todos, debió compaginar su labor como músico con trabajar en Osborne, cuyo Conde, cuando el Maestro le solicitó empleo, quedó prendado de su cultura al punto de pedir que sus hijas hicieran juntas la comunión. El domicilio familiar se encontraba en Luna 47, actual 57, por donde, siempre que pasaba con su Banda, dedicaba la música a su esposa e hijos. Esta citada casa tenía un piano con el que interpretaba y componía, y que hace pocos años permanecía en la Cristalería Pérez de la calle Larga; era también el lugar donde entrevistaba a los candidatos a formar parte de la Banda.
Falleció el 16 de noviembre de 1950, hace ahora setenta y cinco años, cuando contaba 65, “víctima de penosa enfermedad”, según apuntaba la publicación local Cruzados; fue sepultado, con numeroso acompañamiento, en el Cementerio Municipal de El Puerto, donde aún reposan sus restos mortales, en un nicho junto a otros familiares.
Sus composiciones y su afición a los pasodobles
Rocafull dejó varias obras compuestas, ignorándose la localización de las partituras de todas ellas. Éstas incluyen el villancico Caminemos, el vals Puri (dedicado a su hija del mismo nombre), la marcha ordinaria Alfonso Sancho (dedicada a dicho alcalde de El Puerto, gran benefactor de la Banda), la marcha procesional Santísimo Cristo de la Flagelación y María Santísima de la Amargura (su última obra, hacia 1949 o 1950, dedicada a la Hermandad portuense de dichas advocaciones), y varios pasodobles: Amontillado Fino Coquinero, Administrador, Deportivo Portuense y El Rempujo (dedicado a Francisco Díaz Leal, dueño de la taberna de El Polvorista llamada igual que el pasodoble, cerrada en 2013). Al parecer era un gran aficionado a este género, como Luis Suárez Ávila contó en Diario de Cádiz en 2001: “Se decía que todo lo solucionaba con un pasodoble... Tan es así que, se contaba que a la entrada del paso de San Pedro, en sus negaciones, por la angosta puerta de la Capilla de la Aurora, acompañado por un gallo sobre una columna, la gente que presenciaba la entrada, gritó alarmada: ¡El gallo! ¡El gallo!, porque peligraba el gallo de San Pedro, que rozaba con una jamba de la puerta. Y a los gritos del gentío: ¡El gallo! ¡El gallo!, se cuenta que Rocafull mandó a la banda interpretar el pasodoble de Rafael El Gallo, a petición del público.”
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