La oportunidad de volver a alzar el vuelo se llama CREA

El Centro de Recuperación de Especies Amenazadas superará este año los 1.500 ingresos de animales para su recuperación provenientes de toda la provincia

Una imagen del voladero de buitres que existe en el centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA).
Una imagen del voladero de buitres que existe en el centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA).
Álvaro Sánchez / El Puerto

09 de diciembre 2009 - 01:00

Como si de ávidos turistas en busca de sol se tratara, los buitres leonados comienzan su migración a finales de septiembre hacia lugares más cálidos en los que hospedarse. Un viaje de cientos de kilómetros que les conduce inevitablemente al tórrido continente africano planeando sobre sus alas y con su privilegiada vista como mejor aliado para encontrar carroña de la que alimentarse.

En su escapada hacia el sur, la provincia de Cádiz se convierte en el último tramo antes de llegar a suelo africano, dado que realizan su travesía intercontinental evitando el mar en todo momento. A las dificultades derivadas de los temporales se suman la falta de fuerzas o la imposibilidad de encontrar alimentos, circunstancia que se da principalmente en los más jóvenes de la familia, que en ocasiones quedan vagando agotados en una azotea, una playa o un poste de electricidad entre otros lugares. Ahí es donde entra en acción el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA), dependiente de la Junta de Andalucía, cuyo equipo, dirigido por la bióloga Marina Ortega, y del que también forman parte el veterinario Juan Carlos Capuz y tres cuidadores, cuida con mimo exquisito a los ejemplares que llegan a sus instalaciones junto al Camino de los Enamorados. "Dentro de las especies protegidas tienen prioridad las que tienen un grado más alto de amenaza. En un extremo tendríamos las que no corren peligro, como el cernícalo vulgar y el buitre leonado, y en el otro el lince, el águila imperial, el buitre negro o el alimoche", relata Juan Carlos.

La llegada de animales nuevos (de los que un 90% son aves) al CREA es una constante, ya que como asegura Marina, la responsable del centro, "raro es el día en el que no hay algún aviso". En su interior, además de los buitres leonados tan numerosos por estas fechas, acogen aves como el águila culebrera, el alcatraz, el halcón peregrino o el búho real. El protocolo de actuación se activa con una llamada de teléfono de un particular, de la Guardia Civil o del 112 avisándoles de la presencia de un animal que presenta alguna anomalía, bien sea desnutrición, agotamiento o heridas de algún tipo. Cuando reciben la alerta hacen especial hincapié en preguntar si el ave puede volar, dado que de ser así su captura resulta misión imposible. En caso de que sea factible recogerla la trasladan hasta sus instalaciones, donde pasa una revisión completa con radiografía incluida, y según la problemática se llega a operar insertando clavos en el quirófano en caso de fractura o simplemente se alimenta al animal hasta su reinserción en el medio, que suele producirse varias semanas después siempre y cuando sea posible, dado que en ocasiones ha de recurrirse a la eutanasia por la gravedad de las heridas.

Durante el proceso de recuperación, los cuidadores tratan de tener el mínimo contacto con los animales, dado que su presencia podría entorpecer la reinserción, el mismo motivo por el que no se permite visitar el centro. "El estrés que le causaríamos a los animales sería muy grande por eso intentamos que tengan el menor contacto posible incluso con nosotros, además hay que evitar que te reconozcan como su progenitor porque no sabrían valerse por si mismos fuera", explica la bióloga. Fruto del trabajo de recuperación han liberado en lo que va de año 36 buitres leonados en muladares, pero antes de dejarlos ir les colocan una anilla con el objetivo de tener información sobre las migraciones y sus hábitos biológicos. Para la responsable del centro, "es satisfactorio ver que soltaste hace 3 años a un animal anillado y que aparezca, porque sabes que ha estado en libertad, ha comido, se ha reproducido y ha cumplido una función biológica, y eso indica que nuestra labor funciona".

Algunos particulares, "que seguramente ven muchos documentales de la 2", bromean, han protagonizado anécdotas al tratar de indicar al CREA la especie en apuros, tal y como recuerda sonriente Marina. "Un particular llamó diciendo que había un albatros en la playa y no existen en España. Era un alcatraz. Y la pasada semana avisaron de que había un pingüino en la playa de La Barrosa pero rápidamente supimos que lo habían confundido con un Alca, un ave marina".

En el CREA, más de 20 buitres acaban de comer y desde el fondo del voladero observan mansos a los humanos que enturbian su plácido reposo hablando de ellos. Algunos se picotean marcando su jerarquía en el grupo, otro se rinde y cierra los ojos cayendo en un profundo sueño. Probablemente esté viajando orgulloso con las alas desplegadas sobre la árida tierra africana.

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