El Puerto de Santa María se convirtió en la noche del domingo en el epicentro de la música dance, de la mano del DJ francés David Guetta que ofrecía en esta ciudad su único concierto en Andalucía.

Desde las siete de la tarde había largas colas para acceder al recinto habilitado en la zona del recinto ferial portuense donde se suelen ubicar los cacharritos, en las inmediaciones de Viña Rango. Algunas colas de coches en el acceso al recinto y multitud de personas que acudieron a pie daban ya idea a esa hora de la dimensión de la convocatoria, que llegó a congregar a 20.000 personas.

Tras la actuación de los DJ locales Castro y Cherni llegaba  la estrella americana Acraze, que pinchó durante dos horas -finalmente no hubo rastro de otro de los artistas invitados, Brian Cross- pero la gente estaba deseando que llegara el momento de ver al DJ número uno del mundo en acción. Ese momento llegó a la una y media de la madrugada, tras la espera necesaria para el cambio de escenario, y desde luego la entrada de Guetta fue apoteósica, con un espectacular juego de luces en el escenario y el lanzamiento de serpentinas y confetis sobre el público, además del uso continuo de  proyecciones LED, cañones de CO2, potentes focos y llamaradas.

El primer tema que sonó fue quizás el más conocido del francés, Titanium, aunque después fueron sonando uno tras otro todos sus éxitos  con nuevas mezclas musicales.

El sonido del concierto, a todo volumen, se pudo escuchar desde buena parte del término municipal portuense. David Guetta estuvo en todo momento muy receptivo con el público, poniéndolo a bailar y dirigiéndolo con sus manos. "¡Buenas noches Andalucía!", fue lo primero que dijo, para dirigirse después en varias ocasiones más al respetable en inglés.

Por los palcos vips, llenos, se dejaron ver empresarios locales, veraneantes y algunos  protagonistas del papel couché,  mientras que en la pista de baile los asistentes no perdían detalle de la actuación, aunque lo más llamativo era ver las cámaras de los móviles grabando sin parar.

También dijo el DJ, siempre dirigiéndose al público en inglés, que podía sentir la energía en el ambiente, alegrándose de este reencuentro andaluz después de los años de pandemia.

La actuación de Guetta se prolongó hasta las tres de la madrugada y en ese momento, aunque quedaba aún el DJ catalán Abel Ramos por salir para el fin de fiesta, se produjo la salida en desbandada de la mayor parte del público.

A la salida sí se produjeron algunos colapsos de tráfico, con largas esperas para salir de los aparcamientos habilitados -a 5 euros la plaza- y con pocos agentes de Policía Local para regular el tráfico -hubo cuatro agentes en el dispositivo del concierto y dos para el resto de la ciudad-,  aunque hubo refuerzo por parte de la Guardia Civil. 

Muchísima gente salió a pie hacia el centro de la ciudad, algunos de ellos en patines y bicicletas de alquiler, llegando a caerse la aplicación de estos servicios en algunos momentos.

Tras esta primera gran cita en el nuevo recinto de conciertos de Las Banderas llegarán ahora el Puro Latino (del 4 al 6 de agosto) y el festival de música electrónica Dreambeach, el 13 de agosto.